3. Coincidencias.

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Pov ___________:

—Frente a una multitud de nerd's me humilló —fingí estrangular a alguien en el aire—, extrañamente esos nerd's eran los únicos que estaban ahí y resulta que todo el colegio se enteró —desvanecí mi rabia—, cuídate de los callados.

—De verdad es una pena que Félix haya roto tu corazón.

Lleve una mano a mi pecho.

—Más me duele no haberte conocido a ti primero —le guiñe un ojo y soltó una risita a la vez que se ruborizaba—. ¿Y tú?

—Mi amor es prácticamente imposible e inútil —reposo su rostro sobre su palma—. Me he declarado cientos de veces y ella me rechaza todas esas veces —exhaló, desplomandose en la silla—; debería ser como tú. Con una vez debería bastarme para no seguir insistiendo.

Sonreí con dulzura.

—Adrien, cada persona tiene su tiempo para asimilar el dolor —tomé su mano por sobre la mesa, sonrió ruborizado—, algunos podemos superarlo rápido, otros dejan que su herida cicatrice con calma, ambas son bien recibidas. 

Adrien colocó su otra mano sobre la mía.

—También me hubiera gustado conocerte antes —guiñó un ojo y reí.

Se inclinó besando tiernamente nuestra unión, reí y acto seguido una ola de luces parpadeantes nos iluminó. Varias voces gritaban preguntas sofocantes: "¡Joven Agreste!, ¿es su novia?, ¿cómo se llama?, ¿de dónde es?, ¡joven Agreste!"

Adrien logró cubrirme, permitiéndome esconder mi rostro contra su pecho, sus brazos taparon mi rostro y yo comencé a hiperventilar. Esta clase de atención no es a la que estoy acostumbrada, de hecho, jamás he estado en una polémica que incluye medios de comunicación.

—Les voy a pedir por favor que dejen de tomar fotografías —pidió Adrien con seriedad pero ellos hicieron caso omiso.

Vi como tomaba su celular de la mesa, presionaba un contacto de emergencia y lo llevaba a su oído. Cerré los ojos, tratando de calmarme.

En cuestión de segundos, las luces cesaron de intensidad, Adrien me obligo a levantarme con calma, vacilé pero confíe en él.

—¿Qué diablos pasó? —me sobresalte al escuchar su voz.

—Sácala de aquí —pidió Adrien con tono bajo—, por favor.

—Está bien.

Sentí como otra tela cubría mi cabeza, Félix tomó mis brazos y me atrajo a él. Abrazó mi cuerpo y comenzamos a caminar, saliendo del bullicio de periodistas que fueron acallados por Adrien.

Salimos del restaurante por la puerta trasera, me alejé del rubio para apoyarme de mis rodillas, normalizando mi respiración y con su saco grisáceo cubriendo mi cabeza.

—Gracias —musité con la voz en un hilo.

Trague saliva, me enderece y lo vi mirándome fijamente.

—¿Estás bien?

Me quite el saco de la cabeza.

—Claro, ¿por qué lo dices? —peiné mi cabellera oscura.

—Estás pálida.

Aprecie mi reflejo en un ventanal del restaurante, yo me veía normal. Ignoré sus palabras y comencé a rascar con mis propias uñas las palmas de mis manos.

—¿Ya viene Adrien? —cambie de tema.

Félix arrugó su ceño, disgustado. No sé cómo es que en tan pocas horas habíamos logrado conectar de manera tan profunda. Quizá por que tenía un parecido con Félix, no sé. El rubio frente a mi prestó atención a lo que mis manos hacían, estaba por tomar mis manos pero se contuvo.

Softcore 《Félix Graham y tú》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora