*Capítulo 2: Reencuentro *

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Por fin era sábado. Kirie la muchacha de cabello liso y negro azabache, estaba feliz de por fin darse un descanso y distraerse, había oído acerca de un partido de baloncesto, y de un equipo que tenía jugadores prodigio . Y como a ella le fascinaba ese deporte, no dudo en asistir ese día, así se relajaba y disfrutaba de la vida tal como le aconsejo el moreno de la biblioteca.

Estaba asombrada al ver a ese equipo de talentosos en acción.

Gritaba emocionada como el público expectante que estaba allí.

Las clavadas, pases y robos de balón, parecían de otro mundo.

Pronto se dio cuenta que el asiento vacío que estaba a su lado, era ocupado por el chico de ojos azules penetrantes, ese mismo que estaba en la biblioteca cuando ella irrumpió en llanto, la única diferencia es que traía el mismo uniforme que los jugadores inhumanos de gran potencial.

Se sentía algo intimidada por la fuerte presencia de aquel extraño.

Mientras que el chico que ni la notaba, se la pasaba angustiado e inquieto mirando como se desarrollaba el juego.

Ya finalizado el partido, aquel moreno fue a la cancha a reclamar algo al equipo triunfante al que supuestamente pertenecía.

Kirie no se movió, permaneció allí , otra vez él la tenía muy asombrada. Así que se quedó a ver que pasaba, mientras que la gente ya abandonaba el lugar.

-Es injusto, que me prohíban participar en los partidos. Akas.....

-No es injusto- Lo interrumpió el muchacho de ojos heterocrómicos al que el moreno se dirigía-Solo es la consecuencia de tus actos, además fuiste advertido, y las reglas no las impongo yo. Solo las cumplo por el bien del equipo.

-Aomine-kun....-soltó triste otro muchacho de cabellos y ojos celestes

-Está bien... no podré jugar baloncesto nunca más de manera oficial. Me doy cuenta de eso y no me importa - dijo orgullosamente pero con la mirada fruncida al mismo tiempo que volteaba para irse.

-Dai-chan no seas dramático- pronunció la única chica que estaba allí con ellos, era hermosa de piel pálida y de cabellos rosa que se veía preocupada por él

-Midorima-kun podría darte clases de tutoría....Aomine-kun.. espera... - habló de nuevo el chico de hermosos ojos celestes

Ella miraba atenta al moreno y al desarrollo de esa situación, en parte le agradó la idea de encontrarse de nuevo con él, así podría decirle unas cuantas "cositas", por ser muy descortés con ella esa vez en la biblioteca. Aunque el hubiera tenido la razón pero ¿Podría encararlo?... ¿Podría hacerlo?, trago saliva ante la idea.

"¿Aomine?" pensó en el nombre que había dicho el chico de ojos y cabellos celestes.

El moreno no escuchó o al menos fingió no escucharlos y se fue.

Chocó miradas con Kirie que toda callada lo observaba, ella desvío la mirada de él de inmediato, sin embargo pasando por lado suyo la reconoció.

-Eres la chica llorona de la biblioteca.. ¿Qué haces aquí? ¿Me estás siguiendo o qué? - Lo dijo sin ningún rodeo con la mirada sería y fija en ella.

-C-Claro que no... -apenas dijo Kirie, se sentía muy agobiada por la energía que emanaba el muchacho - Y-Yo solo vine a presenciar el partido, jamás imagine que me toparía aquí contigo...

-Que más da, ya no importa nada-dijo Aomine dándole la espalda para seguir su camino. Llevaba un mirada muy decaída, rostro triste y labios fruncidos.

Pronto Kirie notó que se acercaban hacia ella aquellos con los que "Aomine" había conversado, a excepción del chico de ojos heterocrómicos.

-Vimos que conversaba con el chico que acaba de irse. Lamento si es que Aomine-kun la ofendió- le dijo muy respetuosamente el chico de bellos ojos celestes, que por cierto se puso muy cerca de Kirie, invadiendo su espacio personal, al menos eso creía ella que se había sonrojado ante tal aproximación.

-Suele ser muy maleducado con la gente cuando las cosas no van bien- Soltó la chica de cabellos rosa mientras sonreía tristemente

-No. No me dijo nada ofensivo, de hecho ya lo había conocido días atrás - les respondió tímidamente Kirie al recordar la forma tan ruda como el moreno le había pedido que no llorara- No se porque pero desearía poder ayudarlo... -se dijo así misma en voz alta.

-¿Cómo ayudarías a Aomine-kun? - Dijo el muchacho muy atento y esperanzado, pero muy serio a la vez, acercándose aún más a Kirie.

...

Esa mala costumbre de decir todo en voz alta la metía siempre en asuntos fuera de su incumbencia, pensó que debía deshacerse de ese hábito lo antes posible.

...

-¿No sabes cómo? Estuve pensando conseguirle un maestro, es decir que tomase clases extras...creo que sería lo indicado - Replicó aquel muchacho que hacia sonrojar más a Kirie, puesto que se había aproximado más de lo que ella hubiera querido.

Kirie suspiro sabiendo que su espíritu colaborador le obligaría a decirlo:

- Creo que podría ayudar. Yo solía ser tutora, de hecho se me daba bien enseñar. Aún así "Aomine" debería primero aceptar tomar las clases antes de conseguirle un maestro.

El chico de ojos celestes la miro pensativo y sentenció -No importa, hablaremos con Aomine- kun para que tome la tutoría, no veo otra solución, lo convenceremos entre los tres- Lo dijo mirando a ambas chicas.

Kirie sentía que la chica de cabellos rosa la fulminaba con la mirada, pero ¿Porque?

-¡Comencemos con la misión! - Dijo la chica "rosa" con mucha euforia, apartándolos con cierta brusquedad, Kirie notó que él parecía estar muy acostumbrado a esas reacciones por parte de la pelirosada pues no se inmutó ni dijo nada.

De todos modos... ¡¿En que se había involucrado Kirie?!

¡El desarrollo de un Amor inesperado! (KNB)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora