Capítulo 9: ¿Te gusta alguien?

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A pesar de que fuese invierno Kirie no sentía el frío, sino una gran calidez que invadía su corazón, no importaba nada, solo la amistad que le brindaba el moreno de ojos azules profundos.

Veía a Aomine en la cancha, haciendo clavadas, con grandes saltos y demás, era muy bueno en lo que hacía. Lo miraba hipnotizada, y perdida en sus pensamientos:

Había llegado a la conclusión de que no podía tolerar esos sentimientos de amor nacientes. Debía eliminarlos, no estaban bien. Solo porque él le dio una amistad "de verdad" no significaba que debía enamorarse de él. Además ella era mayor, aunque a la vista no lo pareciese.

Pronto, el moreno se le acercó, interrumpiendo todo pensamiento.

-Kirie vamos juntos a casa-dijo Aomine mientras driblaba el balón de básquetbol.

-Claro, pero déjame tocar al menos una vez el balón -dijo ella impaciente- Era sábado por la mañana y en el parque extrañamente se encontraban solo los dos, quizá el frío y las ventiscas que se asomaban ahuyentaban a pasar un rato agradable allí.

-Déjame probar...-dijo Kirie tratando de quitarle el balón. Lo que sin duda fue en vano, puesto que él era veloz y muy ágil.

- Eres lenta-replicó el moreno.

-Lo sé- dijo ella y aprovechando la pequeña distracción del muchacho, logró tener en sus manos el balón.

-Esto es todo un logro-dijo feliz levantando muy en alto lo que había robado-Logré vencer a un integrante de la Generación Milagrosa-sin evitar reír mientras lo decía.

-¡Idiota! -Dijo Aomine con una gran sonrisa -Yo soy el único que puede vencerme, ya verás, te lo quitare muy fácilmente.

-¡Espera! Déjame intentar un tiro-dijo ella aproximándose a la canasta.

El tiro que hizo no fue tan malo llegó a estar próximo a la canasta y eso que lo hacía desde media cancha. Aomine estaba sorprendido, que no era... ¿frágil? Dibujo una sonrisa en su rostro mientras la observaba. Para después percatarse que Kirie se encontraba mirando fijamente la palma de su mano, con una expresión de dolor. Rápidamente él se aproximó.

- ¿Qué sucede? -Dijo preocupado, mientras veía una cicatriz que se abría en la palma de la muchacha

-No es nada, solo se me abrió una pequeña cortada-dijo calmadamente-pero arde, y duele pero solo un poco.

- ¿Pequeña cortada? Idiota no minimices nada-tomó la mano de la muchacha examinando la herida a detalle-...Esto es una herida profunda ¿Hace cuánto te lo hiciste?

-El mismo día- Desviando la mirada del muchacho-... en el que me puse a llorar frenéticamente. Ese no era mi día - Rió tristemente

Aomine inmediatamente la llevó a uno de los dispersores de agua de los jardines del parque, y sólo se limitó a limpiar esa herida abierta, que se encontraba contaminada por la suciedad del balón. Ella mientras lo observaba perpleja solo alcanzó a decir -Gracias...

Pronto, al regresar a la cancha, el moreno saco todo el material necesario para curar esa herida, lo saco de la mochila que traía consigo.

-¿Estás preparado para casos de este tipo? - Dijo ella aún más perpleja.

-Sí, nuestro entrenador siempre nos dice que debemos tener todo lo necesario en caso de presentarse algo grave en los partidos. Y siendo tu tan torpe sabía que debía traer todo lo necesario.

-Claro, eso no me hace sentir mejor-dijo ella mientras cerraba fuertemente esos ojos violáceos. Aomine amaba que hiciera eso, era algo muy típico de ella.

Antes de cubrir la herida, la miro fijamente, para después ruborizarse un poco, y seguir con la curación.

-¿Qué pasa?- dijo ella, examinando al moreno.

- Nada-dijo fríamente mientras finalizaba con todo.

-Bueno, de todos modos ¡Gracias! -le dijo amablemente ella. Mirando la gasa que cubría esa herida profunda recientemente curada.

...

-¿Nos vamos ya?-dijo Aomine con tono serio.

-Mm...Pareces molesto. ¿Es porque lo minimizó todo? o ¿Porque tuviste que hacerte cargo de esto?- levantando y mostrando la palma de la mano.

...

-Kirie... ¿te gusta alguien? -Sorpresivamente soltó Aomine, algo ruborizado, evitando mirar a la chica de la que se estaba enamorando.
¿Porque con ella sacar todo era más difícil? Estaba molesto por eso.

Mientras que ella lo miraba más que sorprendida, sus mejillas rápidamente se habían coloreado de un rojo carmesí ante la inesperada pregunta.

¡El desarrollo de un Amor inesperado! (KNB)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora