Capítulo 20: Escape

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- Kirie - le dijo Yota- llama a Daiki- le lanzó su teléfono móvil, dejándolo muy cercano a ella. Kirie no se inmutó, estaba arrinconada en una esquina de la oscura habitación, posó por unos segundos la mirada hacia el objeto y la desvío después para mirar hacia la nada, pensando en lo increíble que fue que su teléfono móvil no se arruinara.

- ¿Que no me escuchas?- Gritó molesto acercándose - Llama a Daiki, dile que no podras ir mañana - lo dijo lentamente agarrandole de los cabellos.

- Lo haré, no tengo opción o ¿si? - susurró apenas con la mirada fría.

Sostenía el teléfono con nerviosismo , a la espera de que su novio le contestará, sentía que no podría manejar la situación una vez que escuchará su voz. Debía hacer algo, debia avisarle, a pesar de que su vida peligrara si lo hacía, aunque su vida ya pendía de un hilo...

- ¿Kirie?- le contestó Porfin con voz adormilada, era más de la media noche- Te llame muchas veces, ¿todo bien?

- A-Aomine... - Su voz temblaba, respiró profundamente para calmarse- Perdón por no contestar antes, solo que... Todo esta mal.- dijo por lo bajo, sintiendo la mirada fría de Yota - Estoy enferma- aclaró - no creo que vaya al partido de mañana. ¿Sabes ?

- Lo sé , me tenías preocupado señorita, tanto que fui a tu trabajo, y me dijieron que pedíste salir antes porque te sentías mal, y yo que te dije que no fueras- Sintió un tono de regaño tras la línea, no evitó que brotaran algunas lágrimas de sus ojos, si tan solo le hubiera hecho caso...asi hubiera podido verlo de nuevo, y es mas, hubiera podido decirle lo peligroso que resultaba ser "su amigo" Yota.

- ¿Estás llorando?- preguntó el moreno al escuchar un pequeño e imperceptible sollozo- Perdón no quise regañarte- dijo preocupado

- Te amo, Daiki- contestó con la voz entrecortada y con un tono de voz como si se tratara de una despedida.

- Kirie, harás que me sonroje mucho y que es eso de ¿Daiki? ¿Desde cuando me llamas así? - dijo sorprendido- Yo te amo más que a mi vida misma- le respondio tiernamente - Tú solo quédate en cama a descansar, iré a visitarte tan pronto termine el partido- dijo animado- sé que juego mejor cuando tú estas observando, pero esta ocasión no será distinta a las demás, ganaremos.

No evitó sonreír tristemente ante la gran emoción del moreno, lo que él no sabía era que este partido sería muy diferente a los demás.

- Pues no ganes...- susurró- eso sería lo mejor- Vio como Yota le clavo una mirada asesina, era tarde para rectificar lo dicho, solo rogaba que Aomine se diera cuenta de que algo no iba bien.

//////

Tenues rayos de sol se daban paso atraves del único ventanal de aquella sucia y tétrica habitación, iluminandolo aunque sea un poco. Había amanecido.

No necesitaba ser adivina para predecir que se encontraba en la guarida de la mal llamada pandilla, porque pandilla era un término errado, eran más bien una clase baja de Yakuza, la mafia misma y con la que Yota había crecido desde muy pequeño, eso lo supo cuando lo oyó decir del tipo loco de los cuchillos, alias "Ryu" a quien temía más o igual que a Yota.

Se tocó el abdomen, y puso una expresión de dolor, los golpes dados en esa región eran un castigo por no haber hablado "correctamente" con Aomine. Brotaron más lágrimas de sus ojos violáceos al pensar en el plan de Yota, no podía creerlo, ¿sería alguien capaz de hacer tal cosa?

- ¿Hay manera de escapar?- susurró - Puso una cara de preocupacion después de analizarlo. Las opciones que tenía para poder liberarse eran nulas. No podría, más sabiendo que cruzando la puerta estaba "él de los cuchillos" y alguna gente más , pero y.. ¿la ventana?

Se levantó apenas, rogando que esa sea su salida, sea su salvación...pero la ventana estaba trabada, y muy dura de abrir, y aunque lo logrará no podía darse el lujo de saltar dos pisos abajo. Eso sería un suicidio, o capaz no lo sea..

Esperó pacientemente a que Yota se fuera al encuentro contra Teiko, y con él parte del grupo. Y así resultó, solo se quedo resguardada por Ryu.

Miró nuevamente por la ventana los dos pisos abajo, miró después el seguro oxidado, pensando que era imposible poder destrabarlo

Solo quedaba una cosa por hacer: Romper el cristal.

Trato de bloquear la puerta, lo más que pudo con el pequeño y sucio sofá que por lo menos le habían dado para dormir, el único objeto de la habitación.

Rompió parte de la manga izquierda de su suéter, y se envolvió la mano con el retazo dispuesta a golpear con fuerza el vidrio para así quebrarlo y no lastimarse con los fragmentos si lo lograba. Solo esperaba contar con la fuerza necesaria.

Tenía poco que perder, de todos modos si no hacía nada no se lo perdonaría, necesitaba salvar su vida y más la de Aomine...

¡Gracias por leer!...espero les haya causado emoción (como a mí ) D: ¿Que tal les pareció?





















¡El desarrollo de un Amor inesperado! (KNB)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora