La Legión Z. Rubrus Lapis.

Capitulo 3 / Conociendo El Aura

Lunes 10, de 2018

Con el amanecer ya a punto de manifestarse en cielo, postrado en el techo de la casa y cuaderno en mano. Milton anduvo pensando en no hablar sobre lo que pasó hace tres días, ni siquiera hablar con sus padres, con sus amigos ni nada de eso.

"Es lunes en la madrugada y una nueva semana acaba de empezar nuevamente, las cuatro horas con cuarenta minutos, al despertarme muy temprano quise tomar aire fresco, ya que algo me inquieta desde anoche. Abrí la ventana de mi cuarto y pude escalar hasta al techo de mi casa para pensar con claridad, ahora que ya no me canso como una persona normal y corriente, puedo estar despierto más de veinte horas, además..." escribió en un cuaderno.

"Ahora puedo entender todo lo que dicen las personas adultas, algo que no lograba hacer, los chistes de doble sentido e incluso las metáforas de algunos mecánicos que están por ahí, incluyendo los marineros. Sin mencionar de lo que dicen los jóvenes que están en cuarto curso de secundaria, esos si son medio enfermos al tratar de temas obscenos, mi mente ahora se abrió más de lo habitual, pero el conocimiento no." —agregó.

Su mente se perdía con la poca oscuridad del conjunto, cada cosa que veía lo ignoraba o lo dejaba pasar. Hasta descubrir otra de las habilidades que su cuerpo había adaptado, sus cinco sentidos agudizados y mejorados, pero si se centraba en uno, por ejemplo, la vista, el resto de los cuatro sentidos no lograban dar lo mismo. Con sólo mirar el cielo pudo observar el millón de estrellas dispersas en el espacio, al centrar su olfato podía oler lo que había a su alrededor, un gato que pasaba por la calle, césped y el humo apestoso que expulsaban los autos que pasaban por ahí.

También nombrando de su oído a larga distancia, que ya había experimentado su audición cuando sucedió el incidente, el gusto y tacto eran las más comunes que no había probado al máximo, pero dejando de lado eso, algo lo empieza a inquietar en todo sentido de la palabra, y fue cuando pulverizó a Jhon por accidente con una técnica aleatoria, dentro de su cabeza pensó que cualquiera estaría paniqueado por lo que hubiese ocurrido por ver tal escena. Sin embargo, Milton no sentía angustia alguna, aunque la sintió al principio, pero dentro suyo ya había experimentado alguna experiencia al matar a una persona, solo que no sabía de donde era sensación.

—Lo que experimentas al ver morir a un individuo, ya lo viviste cuando fuiste yo en el pasado —una voz pálida susurro a su oído. No entendió lo que le dijo cuando mencionó que fue alguien más, pero sus dudas no serían olvidadas para que sean resueltas al pasar del tiempo.

Se sienta en la ladera y mete su mano en el bolsillo del abrigo para ver la hora, en un reloj sin correas en los extremos que estaba algo viejo, ya eran las cinco de la madrugada y el empezaba a cambiar el tono de la noche, así que volvió a su habitación con mucho cuidado para no armar escándalo y empieza su rutina de siempre al estar en un lunes por la madrugada.

Se cambia de ropa y se pone con un uniforme de parada, compuesta por la típica camisa de cuello con corbata negra, el pantalón elegante que ahora le encaja perfecto y menos preferido para Milton, zapatos de cuero negros y su cálido abrigo.

Ya listo, sale de su cuatro con sigilo, para ver a su madre que sigue dormida, para no despertarla se encargara de su propio desayuno, para eso, centrándose en su objetivo principal detiene el tiempo, haciendo que un minuto sea un segundo para su rango temporal.

Va a la cocina y se prepara lo que más le gusta en su menú principal, sándwich de manjar y leche tibia. Lo termina de preparar y se sirve con los ojos entre abiertos, aunque no sea tan rentable comer solo eso, lo disfruta y se incluye una manzana.

El tiempo es algo lento para Milton cuando todavía estaba comiendo, sin embargo, para una persona normal Milton, come su comida como si no hubiese tragado en días, un bocado por segundo sin que pare.