La Legión Z. Rubrus Lapis.

Capítulo 6 / Advertencia

Enero del 2019

En una sala deteriorada, llena de oxido, sangre y mugre en sus paredes, un adolescente de unos dieciséis años aproximadamente despierta asustado, se da cuenta que está amarrado a una silla de pies a cabeza, en toda la habitación solo se llega a ver un foco que cuelga del techo, un barandal de acero bañado en aceite para motor y una puerta sin chapa.

—¿Dónde estoy? ... Qué —como se sentía débil logra ver sus manos atadas con algunas marcas de forcejeo en las muñecas al igual que sus pies que estaban llenos de cortes.

Detrás de él se abre la puerta que estaba oculta por la suciedad, aquel sujeto empieza hablar turbiamente.

—Es bueno que despertaste chico. Ya te parecías a la bella durmiente en un sueño muy profundo —dijo el hombre a espaldas del adolescente.

El hombre que hablaba a espaldas se quita la máscara que tenía puesta revelando que es Marconi y acto seguido le coloca una venda en los ojos al chico para que no lo viera y jugar toda la noche.

—Tú, ¿qué quieres de mí?... ¿Por qué estoy encerrado en este cuarto?... ¡Oe dímelo ya! —pregunto el chico aterrado intentando desatarse.

Marconi busca entre la mugre de la pared una abertura para abrir un compartimiento, sacando una mesa con artefactos y herramientas de tortura simple (Un taladro, martillo, alicate, agujas y un mechero).

—Muy pronto lo sabrás... Pero antes de que empiece mi maravilloso espectáculo, despídete de tu vida actual y disfruta tú la próxima —Marconi solo se ríe carcajadas mientras agarra el taladro y le inserta una broca con punta fina, al encender la herramienta el chico solo se quedó completamente quieto.

—No, no, por favor, no me hagas nada te lo pido. No, no... ¡Ahhhhhh! —los gritos de aquel joven no rebotaban ni se escuchaban a través de la pared, solo los llantos de sufrimiento yacían presente a los oídos de Marconi.

...

—Ehjep... Maldita sea. Otra vez... —Milton despierta asustado por la pesadilla que tuvo, su cuerpo estaba completamente húmedo por el sudor y su respiración se agitaba cada vez más. Viendo el reloj que marcaba las cuatro AM, se revuelve el cabello y se levanta de su cama, para irse al baño y ducharse con agua fría, se queda pensando en lo que soñó con una mirada tétrica marcada en sus ojos, sus pupilas solo se achicaron por el momento.

—Mar... coni. Mejor termino esta ducha antes que desperdicie más agua —sale de la ducha secándose con su calor corporal y va hacia su habitación para cambiarse de ropa, esta vez le toca el uniforme deportivo.

Prepara su propio desayuno que lleva algo de frituras y un café, se cepilla los dientes con rapidez, alista su mochila y sale de la casa para ir al colegio caminado. Siempre escucha a varias personas a lo lejos, como tienen problemas con sus hijos por la demora que a veces dan, desesperados por la puntualidad, hasta escucha a un niño junto a su madre que estaban haciendo una tarea atrasada.

Tan solo con escuchar esas cosas típicas se le surge una sonrisa y sigue caminando hasta que repentinamente, Milton ve una gran camioneta negra, adentro del vehículo se encontraban hombres de chaqueta de cuero que permanecían callados, respiración firme y solo parpadeaban una sola vez por minuto, luego de analizar a cada uno se encuentra con un nivel de Aura más alta que esos hombres. Gracias a una de las clases de Luxuo, aprendió a percibir si un ser puede tener una presencia de Aura, tanto alta o baja, además de ver el color que los representa. Al darse cuenta de la presencia conocida, un Aura nivel medio, pero poderoso, color concho de vino y que su núcleo está en un objeto y no en el corazón. Diego Marconi.

Al darse cuenta opta por esconderse en un mini market (abierto las veinticuatro horas), pueda que no levante sospechas, pero Milton ya sabe que Marconi lo conoce y nunca se dejaría ver de ese viejo sucio. Caso contrario, el revolver empieza calentarse lentamente y a esparcir Aura en una dirección especifica, indicando un objetivo, lo cual Marconi se da cuenta.