Capítulo 4 / La Gran Luz.

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Miércoles 12, diciembre del 2018.

(Perspectiva de Milton)

Cuando uno siente que nada puede ser normal en este mundo, pues para mí ya no es nada normal; un meteorito cayó en mi patio, una piedra que aún no sé su nombre se adhirió a mi muñeca, alguien intento matarme, interferí e hice un ¿homicidio? etcétera, etcétera, etcétera.

Pues como sabrán aproveche mi día libre para perfeccionar mi vuelo y de paso darme un paseo corto por todo el país, si, en los cielos lejanos del Ecuador, alguien con apariencia humana está volando a plena luz del día, pues todo tipo de consecuencia lo paga mi responsabilidad y mi cabeza (si estuviese en la edad media me condenarían a la hoguera).

Este día sí tuvo sus percances, cancelaron las clases por un día en mi institución, en la cual ya están arreglando todo lo que Jenifer y sus amigos destruyeron. Con lo cual tuvieron que dejar que los jóvenes (incluyendo los más pequeños) no asistan para evitar los contratiempos con las reparaciones y algunos padres de familia se dieron su tiempo de organizar una minga junto a los de bachillerato, además con el dinero ya conseguido del robo, nos iban a ubicar un nuevo techo para el graderío de la cancha sintética.

(Perspectiva del autor)

Mientras que el viento refresca su rostro y rozaban sus alas holográficas, alcanza a observar a lo lejos a unos hombres trajeados entrando a una cueva, pero el aspecto y actitud de ellos era bastante sospechosa que parecía que algo ocultaban. Milton desciende lentamente para no ser descubierto o visto para averiguar la situación y se oculta detrás de unas rocas gigantes.

Los hombres trajeados entran a la cueva llevando unas máscaras antigás, tomando el camino de frente siguen hacia un camino iluminado, que Milton les sigue el paso con mucha cautela hacia la oscura cueva.

El camino era demasiado estrecho y apenas se podía caminar con zapatos, ya que si alguien estuviese descalzo los fragmentos de los cristales en el suelo ya les hubiese lastimado los pies. Eso ocasiona que Milton al no ver por donde pisa, rompe una ramita por accidente para terminar alertando a los hombres trajeados.

—¿Escuchaste eso verdad?

—Si, habrá que alertar al jefe, no queremos interrupciones en este lugar. Todo sea para alcanzar nuestros objetivos, vamos.

Ellos voltearon para ver quién los seguía y al ver que no había nadie siguieron con su camino, Milton se ha vuelto invisible para el ojo humano, se sorprende que la piedra estese alerta ante cualquier situación y más en la que ya está. Al instante se vuelve visible y observa su brazalete derecho, en el cual una nueva placa había aparecido con forma de un cuadrado trasparente con un punto en el centro, que desaparece en un segundo y sigue con el camino.

Los trajeados se detienen por un momento para inspeccionar la zona, Milton se esconde en una columna y ve que abren una trampilla que se ocultaba con montículos de tierra y rocas apiladas.

Ambos hombres ingresan y antes de que se cierre la escotilla, con un movimiento rápido y sin tocarlos en la bajada logra infiltrarse sin ningún problema, al bajar nota que hay varias personas enmascaradas adentro y descubre que se adentró en una mina subterránea que queda más impresionado.

—¿Ya está todo lo que ordene? —pregunta una voz grave que se escuchaba a lo lejos.

—Si señor, solo falta que algunos trabajadores...

—Escúchame Álvaro, quiero todo. Escuchaste, todos los cristales posibles hasta que esta cueva se quede completamente vacía, pagué una fortuna entera por esto y me andas con un "falta".

—Hash. Usted no tiene remedio, era por la exportación de estas rocas, sé que es fácil sobornar a la policía con dinero, con un "arreglemos" y fajo de billetes ya estaría. Sin embargo, esa noticia de difamaría por todas partes y eso preocupa a los trabajadores —dice Álvaro con una voz persuasiva.

La Legión Z. Rubrus Lapis.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora