[Perspectiva de Mazen]
Regresé, a donde pertenecía... Año 1999. En mi aldea, alejada de la civilización "Alquat Walnazaha", así se llamaba aquella aldea que yo funde cuando era joven, donde hice amistades, una familia y un hogar. No podía reaccionar a lo que estaba viendo, a mi hija y a mi esposa viva. Me llamaron para que saliera y un anciano me esperaba a la entrada de su casa, junto a otras personas que me pedía ayuda.
Ya recordé algo, yo era uno de los más fuertes en la aldea, empecé el día ayudando a reparar y a cargar todo lo que me pedían con mucha generosidad. Al medio día me di el tiempo para irme a una pradera cerca de la aldea con Amira y Abla. Amira se sienta en mi regazo y me mira fijamente con sus ojos color almendra.
—Papá, ¿tu antes eras un luchador verdad? —preguntó Amira.
—Claro, yo era uno de los mejores en mi grupo. Siempre me pedían ir primero en las peleas —sonreí
—Entonces... ¿Me podrías enseñar a pelear? —pregunta emocionada.
—No estoy tan seguro... Debería preguntarle a tu madre para asegurarme —mire a Abla.
—Claro, tan solo que no me llegué con el ojo morado a la casa, de ahí está bien —responde mi esposa acariciando la cabeza de Amira.
—Gracias mami, prometo hacer mi mayor esfuerzo —dice Amira abrazando a su madre.
Luego de eso nos vamos corriendo a un campo abierto, la brisa soplaba y daban una sensación relajante. Por primera vez me sentí libre, sentía eso viendo a las dos personas más importantes para mí, no quería despertar de ese "sueño" del cual me metieron, no quería. Al llegar a una choza vieja y descuidada me adentré para quitar una alfombra de color naranja en el suelo, debajo de aquella estaba la manija de un cobertizo, antes de abrirla sentí que algo me llamaba, una voz que gritaba mi nombre, ignoré eso y me dispuse abrir el cobertizo cuando lo abrí un puño salió y me golpeo bien fuerte la cara y me dejo inconsciente.
La voz que me llamaba se hacía más fuerte, de un brinco me desperté, mi cara sudaba y vi que no estaba en mi aldea, más bien me encontraba en un cuartel militar y lado mío estaba un joven soldado... no recordaba su nombre, pero ya tenía un control de mis acciones.
—Ahmed. Ya levántate que el entrenamiento ya comenzó hace cinco minutos —aquel joven portaba unos lentes circulares, era bajito, media un metro sesenta, su pelo era chuzo y de color castaño y su apellido era Klein. R.
—¿Dónde estoy? —pregunte atónito y rápidamente buscaba un calendario
—Estamos en Afganistán... ¿No te acuerdas? —sonrió al ver como reaccione.
—Creo que sí, gracias por hacerme acuerdo... Klein.
—Ya estas actuando raro Ahmed, ya luego me cuentas, vamos antes de que nos pongan un castigo.
—Voy... ¿Dónde están? Mi esposa y mi hija... —susurre mientras me alistaba.
Cuando estaba a punto de salir encontré un calendario que para mi sorpresa estaba marcado en el 19 agosto del año 2005, apenas recuerdo lo que viví en este cuartel, pasé todo el día callado y ni entablar conversación con alguien del lugar, solo el joven Klein se me acercaba para hablar conmigo y me dijo varias cosas que solo me dejaron sin palabras. Unos alemanes me encontraron vagando en la carretera, no había comido en días y apenas encontraba agua. Me llevaron a Alemania y me identificaron, al mencionar alemanes un vago recuerdo se me vino y solo observe dos hombres en frente mío y me tenía encadenado. Luego de eso Klein no me conto nada más, solo me había aclarado que me enviaron a Afganistán para cumplir un servicio militar, solo que ese servicio no me daba mal espina, me estaban observando, me sentía observado y escuchaba murmullos como el de "el sirio está comiendo a lado de Klein" "manténganlo vigilado y que no piense escapar" "el gorila está en la sección B con la pulga", ¿Por qué me quería escapar?
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La Legión Z. Rubrus Lapis.
Science FictionCuando un niño piensa que en su vida cotidiana es normal, un suceso que cayo en su patio lo cambio por completo y todo lo que conoce podría estar en peligro. Hasta que al final su propósito desconocido despierta. También decir que esta historia va e...