CAPÍTULO 3

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Muchas gracias por cada comentario y cada ⭐.
Me alegra mucho que les guste esta historia y que la sigan hasta el final😉

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Esteban se tumbó con la sangre todavía ardiendo. Se sentía diferente. No solo se sentía satisfecho. Era como si se hubiera topado con una fuente de energía que lo recargaba y lo drenaba al mismo tiempo.

-No lo han hecho bien -dijo él al fin, con voz ronca.

-¿Qué? -preguntó María, su voz un débil susurro.

El cuerpo de él se estremeció ante su dulce cadencia.

-Los chicos con los que te has acostado. Con los que no tuviste orgasmos. No tenían ni idea de lo que estaban haciendo.

María era una de las mujeres más sensuales que él había conocido. Su pasión, su receptividad lo habían vuelto loco en la cama. Aunque había sido obvio que ella no había tenido mucha experiencia.

En un momento, cuando él por fin la había penetrado en profundidad, había llegado a tener la sensación de que había sido el primero. Había estado tan apretada a su alrededor que parecía virgen. Sin embargo, las vírgenes no se entregaban a desconocidos como si nada, ni hablaban de orgasmos con tanta facilidad.

Consciente de que ella nunca había llegado al clímax antes, Esteban se había tomado su tiempo para explorarla y volverla loca con sus caricias, hasta hacerla gemir y suplicar.

Cuando había deslizado un dedo en su húmedo interior, María apenas había necesitado un segundo para llegar al orgasmo, gritando de placer. Y, cuando él le había tocado de nuevo en su parte más sensible...

Esteban cerró los ojos ante el vívido recuerdo de su dulce feminidad, de sus muslos sedosos rodeándolo, de sus gritos atragantados de gozo.

Él había estado a punto de llegar al orgasmo también en ese mismo instante. Pero había merecido la pena esperar. Encontró el éxtasis dentro de ella, mientras María lo miraba con ojos muy abiertos y maravillados y llegaba al clímax una tercera vez. Le sería difícil olvidar tanta intensidad. Nunca antes se había perdido a sí mismo de ese modo dentro de una mujer.

Sin embargo, estaría encantado de repetirlo una y otra vez con una amante como María.

Si tan bien sintonizaban cuando apenas acababan de conocerse, ¿cómo sería el sexo entre ellos cuando aprendieran a estar todavía mejor sintonizados?, se preguntó a sí mismo.

La adrenalina le recorría la sangre a toda velocidad, incendiándolo.

-Bueno, me alegro de que tú sepas lo que haces -comentó ella con voz cálida-. Ha sido increíble.

Algo en el tono tenso de su voz hizo que Esteban se volviera hacia ella.

También estaba tumbada boca arriba, mirando al techo, sus pechos subiendo y bajando con la respiración acelerada. Al verlos de nuevo y recordar su dulce sabor, Esteban empezó a notar otra erección.

¿Otra vez? ¿Tan pronto?

Él sonrió, inhalando el aroma a sexo que flotaba a su alrededor. Iba a murmurar algo sugestivo, cuando posó los ojos en el rostro de ella. Cerró la boca de golpe.

ATADO A TU AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora