Capítulo 2

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Capítulo 2


La última caja fue dejada sobre el suelo, levantando una pequeña nube de polvo y haciendo un ruido sordo. Sacudió sus manos y enderezó su espalda dolorida, joder, estaba agotado pero finalmente había terminado, era sorprendente el esfuerzo que había tomado mover unas cuantas cajas pero ahora había terminado.

Ahí, con las cosas en el suelo de su nueva y pequeña habitación era como si el hecho de que se había mudado fuera ahora real y no una ilusión, como una brisa helada de realidad que lo golpeaba en el rostro.

Las cosas habían cambiado mucho desde la muerte de su padre, demasiado y había sido demasiado repentino, un día estaba tranquilamente en el colegio, un par de horas después estaba llorando la muerte de su padre que falleció instantáneamente por el choque de un auto y esa misma noche su madre había comenzado a beber, a tres meses de eso podía decir que las cosas habían resultado terriblemente mal, su madre había hecho tantas estupideces en esos días que lo habían perdido prácticamente todo y apenas tenían para pagar ese pequeño y grisáceo apartamento y sobrevivir un par de semanas, luego de eso el dinero se acabaría por completo y quedaría a la deriva.

Jungkook no puede permitir eso, no pueden quedarse en la calle, tiene que encontrar un trabajo lo más pronto posible para seguir adelante aunque no sabe cómo le va a hacer para pagar el apartamento y mantenerse a si mismo y a su madre teniendo en cuenta que apenas tiene 18 y seguramente no encontrará algo en el que le paguen decentemente con esa edad,además de que nunca ha trabajado en su vida pero aún así tiene que intentarlo, se lo debe a si mismo, a la familia que solía tener y sobre todo a su padre.

Se escucharon ruidos en la cocina.

Oh, ese era otro gran problema, la adicción al alcohol que había desarrollado su madre en esos meses, empezó por tomar cada que se sentía triste, luego cuando estaba estresada y ahora era por todo, nada y porque ya se había vuelto adicta al mundo de fantasías brumosas al cual el alcohol la llevaba.

─¿Mamá? ─ llamó, mientras sus pasos recorrían el pequeño trayecto de su habitación a la cocina. Ella estaba ahí, con una camisola de dormir y el cabello despeinado, una botella abierta en su mano mientras que con la otra intentaba encontrar un vaso teniendo los ojos entrecerrados.

En momentos así Jungkook no sabe que hacer.

 Él le entregó el vaso, rendido.

 ─Oh, finalmente─ dijo ella con su voz sonando pastosa. Deslizando el vaso de vidrio entre sus delgados dedos y tomaba un largo trago de alcohol directamente del pico de la botella.

Estaba bastante ebria.

─¿Estás bien? ─peguntó rendido, aunque siempre era la misma falsa respuesta a lo obvio.

Como siempre su madre asintió como si nada y él apretó su mandíbula hasta sentir sus dientes restregarse entre si tanto como fue posible.

Ella no estaba bien, era bastante obvio y es tan frustrante todo el asunto que Jungkook solo quiere tirarlo todo al suelo y hacerlo pedazos, empezando por la botella de ese maldito líquido, hacer pedazos cada una de ellas hasta desaparecerlas por completo, destrozarlas hasta que su madre se olvide de ellas.

─Ya está, mamá─ musitó lo más apacible que pudo, intentando retirar con delicadeza la botella del alcance de su madre.

 Fue imposible.

Ella apretó sus dedos con desesperación alrededor del vidrio, como si dejarlo ir le hiciera daño, como si no dejara ir algo importante.

Irónicamente ella si estaba dejando ir algo importante, su salud y con ella, su vida.

Ella podía estar tambaleándose apeligrando por caer al suelo y lastimarse, o lastimarlos a ambos pero jamás soltó la botella.

Así que Jungkook suspiró otra vez, lo había hecho tantas veces que ya había perdido la cuenta, y entonces sostuvo a su madre y la llevó hasta su habitación, cuidando cada uno de sus pasos y cuidando su andar, con el odioso olor a alcohol en su nariz, como si de repente estuviera tatuado ahí y no se iría y era simplemente desagradable e irritante para él, tan insistente.

Estuvo casi una hora completa intentando que finalmente la mujer dejara la botella a medio tomar, fue toda una lucha campal porque su madre ebria no veía como una opción soltar una botella si no estaba completamente vacía y luego de muchos intentos, suspiros y toneladas inimaginables de paciencia Jungkook logró hacer dormir a su madre, la misma cayendo como roca en el mundo de los sueños.

Verla así, dormida y apacible fue una mezcla de sentimientos, se marcaba el contraste de su madre ebria e inestable con la mujer exhausta de ojeras que lucía demacrada sobre la cama al dormir y también con la persona que era su madre antes de que todo pasara, una mujer que se esforzaba por mantenerse bella y saludable, entregada a su familia y dedicada el trabajo. Teniendo todo eso en cuenta su madre ahora era la completa definición de una persona destruida.

Su madre era brillante cuando estaba su padre, ahora era como los residuos de una vela.

Jungkook siente que la gran roca a su espalda se hace más pesada a cada momento y él estaba realmente agotado de cargarla, agotado ante todos los cambios y pérdidas.

Entró a su habitación arrastrando los pies, completamente exhausto por ese gran día de mierda y el recorrido a su cama era lo único en lo que se enfocaba su cabeza .Su cuerpo agradeció el contacto con el colchón y sus músculos tensos se fueron relajando poco a poco, él estaba por conciliar el sueño cuando algo sucedió.

Se escucharon voces, personas discutir desde el apartamento de arriba, parecía una pelea de casados aunque poco después se escuchó otra voz, aunque esa no estaba gritando, hablaba bajo por lo que se escuchaba distorsionada y no fue capaz de entender o identificarla, tampoco escuchó la conversación, solo el portazo y pasos por la escalera y por último la voz de la mujer de antes reprimiendo a alguien, no hubo respuesta.

Jungkook intuía que eran problemas familiares, tal vez problemas de convivencia o algo así pero él sintió empatía por la 3ra persona que se vió involucrada en la discusión, le pareció como su fuera acorralada, aunque esas no eran más que suposiciones de su cerebro cansado y somnoliento, el solo había escuchado después de todo.

Aunque los sollozos bajos que logró escuchar esa noche confirmaron que sus conjeturas no eran tan erradas después de todo, también Jungkook llegó a la conclusión de que todos la tenía difícil ahí, uno más que otros pero estaban definitivamente lejos de ser color de rosa, todos tenían su propia roca, su propia historia agria que esconder con sonrisas o máscaras de indiferencia.

Siendo sincero, si Jungkook tuviera que definir ese lugar con una palabra sería con algo como:

Otro mundo, el oscuro, feo y sucio mundo, la otra cara de la moneda a su antiguo entorno.

O simplemente la dura realidad, de muchos.

Puede que fueran los sollozos de fondo que hacían el ambiente tan deprimente, pero Jungkook terminó llorando también.

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Hellsky | KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora