Capítulo 12
La luz se filtraba tan molesta a través de sus párpados a pesar de que estaban cerrados, apretó los ojos, sin lograr algo y su consciencia regresando y con ella el potente dolor de cabeza, ese pitido potente que parecía que le partiría el cráneo.Sus ojos se sentía resecos e irritados mientras los abría, librando una batalla contra la molesta luz que no dejaba de irritar. Lo que abarcó primero su campo de visión fue la silueta de Jimin; su coronilla de cabellera castaña estaba casi pegada a su rostro, causando que los pequeños mechones se agitaran por su respiración. Jungkook sonrió, apreciando como se habían quedado dormidos, Jimin se había logrado acomodar de tal manera que tenía sus extremidades inferiores de costado sobre el banco del 24 horas mientras que sus brazos presionaban su torso, enterrando su rostro en su cuello y respirándole en la nuca.
Jungkook sonrió ante eso y lo atrajo más hacia el, como si tal cosa fuera posible.
Sintió el pequeño cuerpo removerse suavemente bajo su poderoso agarre.
Jimin gruñó bajito, restregando su cara en el hombro ajeno. Jungkook acarició su cabello y dejó palmaditas en su espalda.
—Buenos días, dormilón—le susurró juguetonamente recibiendo una risita ronca y algo ahogada en respuesta.
—Buenos días—jadeó—joder, el cuello me está matando y la claridad no ayuda con la resaca—se quejó.
Jungkook jugueteó con sus dedos con el cabello ajeno, inconscientemente domesticándolo.
—Deberíamos irnos ahora, hemos causado suficiente molestias—habló bajito, dirigiendo su mirada a la chica que estaba tras él mostrador bebiendo un café, ella le dió una mirada condescendiente. Jungkook le mostró una pequeña sonrisa—además está amaneciendo, mientras más pase el tiempo más complicado será escabullirse por esa ventana, Rapunzel.
Jimin se rió.
—Jodidamente no me has llamado por el nombre de una princesa de Disney—dijo incrédulo, otra carcajada saliendo después de eso—eso ha sido demasiado dulce para ti Jeon.
—¿Qué puedo decir?, tengo mis momentos—musitó con una sonrisa.
Poco después ambos salieron del lugar, luego de disculparse con la trabajadora por las molestias y se apresuraron rumbo a su hogares.
Cuando Jungkook estuvo finalmente en su cama, luego de asegurarse de que Jimin llegara bien y sin percances. Él tenía una enorme sonrisa boba en el rostro cuando se durmió.
Y así había comenzado esa extraña interacción que ambos tenían, habían pasado algunos días y no habían hablado de él punto exacto en donde ambos estaban, tampoco se habían vuelto a besar, sin embargo si que algo había cambiado.
Ellos.
Como era el uno con el otro.
Se habían vuelto mucho más cercanos, el tiempo juntos solo crecía como un dique y las ataduras sin ser notadas quedaban en el olvido.
Esa incomodidad, ese ambiente amargo que solía recubrirlos como un manto había desaparecido sin que Jimin y Jungkook lo notaran si quiera. No más palabras mordaces, solo sonrisas y platicas amenas.
Era una tarde de sábado y Jungkook había invitado a Jimin a una Feria del Libro que se estaba realizando, no era un evento demasiado grande o elaborado, era sencillo y poco concurrido y por eso a Jimin le gustó apenas llegó.
Habían tantos libros que le habían gustado o que deseaba leer, era como encontrase de lleno con todas esas veces en las que estuvo encerrado en esa vieja y polvorienta biblioteca escapándose del mundo exterior.
Era simplemente precioso.
—Joder Jungkook—jadeó—gracias por invitarme a venir aquí, de verdad, te lo agradezco muchísimo—su voz estaba cargada de sentimientos encontrados.
Se sentía desnudo, al descubierto y todo por una acción tan simple como llevarlo a una Feria de Libros, podría ser una tontería pero para él era algo realmente significativo.
Era importante.
Jungkook le sonrió, acercándose para acariciar su cabello, seguramente comprendiendo todas las señales de que estaba a punto de llorar como un niño. Jimin agradeció internamente esa acción, sus ojos brillaban cuando una mano se posó en su mejilla en la acarició con suavidad.
—Venga, vamos a comprar unos cuantos libros, soy un chico con salario ahora, seré tu Sugar Daddy por hoy—bromeó y Jimin sonrió negando, dándole un suave golpe en el pecho por su idiotez que le resultaba genuinamente divertida.
—No seré considerado entonces—advirtió.
Jeon rió.
—Tampoco esperaba que lo fueras—aseguró, tomando la mano de Jimin y tirando de él, empezando así ambos a caminar.
Recorrieron casi toda la feria ese día, entre risas y bromas tontas, Jungkook había quedado llorando dramáticamente por su bolsillo mientras Jimin celebraba maliciosamente por su travesura con todos los libros que habían comprado abrazados con fuerzas contra su pecho.
Se veía tan juvenil, tan libre, a Jungkook le gustaba verlo así, tan desinhibido y feliz, era totalmente diferente al Jimin que solía mostrara, era un chico divertido y muy carismático, era una pena que ocultara su verdadera personalidad dentro de sus fuertes barreras.
Jimin sonriendo era un contraste extremo con el Jimin que fruncía el rostro todo el tiempo y decía groserías, era un contraste hermoso.
Él era hermoso.
Cuando la hora de irse se acercaba Jungkook insistió en que fueran a comprar unos helados así que ahí estaban, esperando sus pedidos mientras Jimin revisaba una y otra vez los libros que le había comprado como si fueran algo de tanta importancia que debía asegurarse de que estuvieran realmente ahí.
Los entregaron los helados poco después.
—Toma—dijo Jungkook, extendiéndole a Jimin el helado de chocolate y vainilla mientras el tomaba el de fresa para si mismo.
—Gracias—lo escuchó susurrar—por el día de hoy…por los libros, este helado... en realidad, gracias por todo Jungkook.
El azabache sintió su pecho sacudirse, una oleada de calor se ubicaba dentro.
Jungkook solo sonrió y le extendió su mano. Una vez más.
—Vamos a casa Jimin.
Jimin se le quedó viendo de esa manera en que lo había estado haciendo en todo el día, como si quisiera colgarse de él y no soltarlo en un buen rato, entonces una sonrisa lo abarcó todo.
Sus ojos avellanas se volvieron pequeñas líneas mientras la felicidad iluminaba todas sus fracciones como si un rayo de sol le estuviera dando en el rostro.
—Vamos a casa Kook.
Sus manos se encontraron, como si estuvieran destinadas a unirse.
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Hellsky | Kookmin
Fanfiction"Sin saberlo era parte de tu infierno, cuando lo descubrí pues, nosotros simplemente nos volvimos el infierno abrazador del otro". "Ambos se creían como los lados diferentes de una moneda pero eran como mirarse en el espejo". __Contenido homosexual...