Hellsky | Kookmin

Capítulo 8

Capítulo 8

—Y eso sería todo por ahora—mencionó Jimin, cerrando el libro y soltando un suspiro mientras se acomodaba en el asiento—te lo terminaré de leer luego.

—Bien—accedió Jungkook, removiéndose en la incómoda silla en donde llevaba demasiado tiempo sentado, su trasero dolía—espero que me lo termines, Park.

Jimin bufó divertido.

—Bien podrías terminarlo tú mismo, leerle a alguien más es agotador para la garganta—se quejó aunque en sus labios había una sonrisa. Jungkook sonrió también.

—¿Qué se supone que haremos?—inquirió el azabache tiempo después, la duda estaba carcomiéndolo—¿esperar aquí hasta el amanecer o algo así?.

—Podemos regresar—comentó el castaño.

—No quisiera hacerlo—confesó Jungkook—prefiero esperar que…las cosas se calmen un poco, no se si me entiendes.

Jimin asintió.

—Creo que lo hago, he tenido ese sentimiento…también podríamos ir a mi casa, es literalmente sobre la tuya, creo que es nuestra mejor opción por el momento.

—Jimin no—

—Es lo mejor, no quiero quedarme aquí, estoy jodidamente cansado—gruñó ligeramente—pero tampoco voy a regresar y dejarte aquí, no podría dormir con mi conciencia sabiendo que estas ahí afuera en alguna parte.

Jungkook quedó en silencio, no sabía que se supone que debía hacer, realmente no quería volver a su casa, pero quedarse en casa de Jimin no le parecía indicado tampoco, aunque la expresión del más bajo parecía completamente indispuesta a ceder.

—Se lo que estás pensando Jeon—habló—y solo cállate y hazme caso, veelo como que con esto estaremos a mano por las veces que me has ayudado, no me gusta deberle favores a la gente.

Esa era una excusa…válida pero muy tonta, Jimin ya había hecho mucho por él esa noche, se había preocupado por él como para dejar su habitación para perseguirlo, quien debería algo en todo caso sería Jungkook, Jimin podría haberse levado las manos en cuanto a él y sin embargo ahí estaba, metiéndose al lodo por él.

—¿Eres muy empático verdad?—soltó con una genuina expresión divertida. Jimin se puso rojo.

—Oh cállate–gruñó y el libro de Romeo y Julieta que había estado leyendo fue lanzado hacia Jeon que lo atrapó con una gran sonrisa, había dado en el clavo. Jimin bufó ante su expresión—accede de una puta vez antes de que me arrepienta—dijo en advertencia.

—¿Sabes?, las apariencias realmente puede equivocarse contigo, no en mal sentido realmente, solo que eres de los cerebritos del salón pero en cada oración sueltas mínimo una grosería, además de que eres bastante rudo también, es fascinante—molestó.

—Hasta un par de días te veía como un idiota mimado y aquí estamos Jeon, las apariencias pueden desmoronarse de una forma muy curiosa.

—Lo que si va a desmoronarse de una manera muy curiosa será mi trasero de estar tanto tiempo sentado aquí.

Jimin soltó una risita ante eso, levantándose y ambos comenzaron a caminar hacia la ventana por la que habían entrado, rumbo a irse.