Capítulo XIX

4.2K 330 51
                                    

Todo mi odio que tenia guardado para Derek por aquella noche de la violación, desaparece de golpe.

No sé que hacer ahora.

Me encuentro paralizado, observando el ojo flotante en un pequeño bidón de pintura con sangre, y con la terrible escena grabada en mi retina de Leo y Elias muertos.

Eli me sigue mirando... Sin parecer preocuparse por lo que yo haga.

Sabe que morirá de todas formas.

Es entonces cuando decido echar a correr.

No pienso en nada. Me guío por instintos y decisiones que tomo sobre la marcha.

Un gruñido desgarrador y oxidado recorre todo el hotel.

Me doy media vuelta y veo el monstruo que Eli esconde tras la sonrisa.

La mandibula le ha crecido para tener varias filas de colmillos alargados arriba y abajo. Sus ojos están vacios, muertos, sin iris ni pupilas. Solo un fondo blanco que refleja un alma sucumbida en la oscuridad.

Piel pálida, ojeras, pelo sucio y alborotado...

Ahora la sonrisa psicópata me parece como una normal y corriente.

Cuando estoy llegando al hall antes de que Eli me de caza, me doy cuenta de que me falta algo...

No tengo móvil, ni dinero, ni plan, ni nada...

¡Solo llevo las calzonas y no tengo ni idea de que hacer!

"Piensa Stiles, piensa..."

Me digo a mí mismo en solo dos segundos que me detengo.

"En recepción seguro que hay un telefono o algo así para poder reservar en el hotel."

Me dirijo a la zona de recepción, pero me detengo cuando veo como Ernesto tapia las puertas del hotel.

Vuelvo a observar de reojo y en total silencio.

Su ropa está llena de polvo. Todo él está envuelto en una fina capa de color grisacea. La piel está totalmente pálida y seca.

Es como si se hubiera fragmentado la tierra en varias partes por culpa de la sequia.

El pelo está seco, muerto, sin color...

Cuando termina de tapiar la puerta, se detiene en pie a observarla y preparandose para algo.

Creo que sabe que le observo...

De repente, se empieza a girar con total lentitud, dejando mostrar su rostro.

Sus ojos son de un amarillo intenso, pero reflejan el miedo...

Se siente preso del monstruo que le domina, pero intenta evitarlo.

Sabe que no es él, sino en lo que se ha convertido.

No tiene labios, solo una linea que le sirve a modo de boca.

Intenta hablar, pretendiendo hacer el esfuerzo de ayudarme, pero justo al abrir la boca, se comienza ha esparcir y deshacer por el suelo.

Su boca desaparece como las cenizas en el aire, seguido de las extremidades, con lo que acaba desplomandose sobre el suelo del hotel.

Lo unico que queda de él, es el mismo polvo que se conseguiría tirando un saco de arena que se rompe y esparce por el suelo.

Una mezcla de miedo, nervios y tristeza, me impregna el cuerpo.

Solo quiso ayudarme y se convirtió en polvo...

50 Triskeles: De Hale.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora