Capítulo 231: La orden Solís y la orden Margitta

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La orden Solís y la orden Margitta, dos de las pequeñas organizaciones más reconocidas de la Iglesia, ambas tienen la gran peculiaridad de que la mayoría de sus integrantes son solo del sexo femenino y cuyas actividades son principalmente las obras de caridad para ayudar a la gente más necesitada en los barrios bajos de la capital real y de todos los lugares en donde está ubicada la Iglesia por el reino.

Mientras que la orden Margitta está dirigida por algunos miembros que conforman la facción conservadora, la orden Solís está a cargo del Arzobispo Darius, quien tomó el mando de dicha organización después del deceso de su fundador.

Estas dos organizaciones al estar conformadas en su mayoría por personas normales que solo siguen con fe y devoción las enseñanzas de la Iglesia, es que no se han visto envueltas en la guerra civil entre las dos facciones, salvo los pequeños rumores que las hermanas hacen circular entre ellas por como la relación entre estas dos organizaciones siempre fue amistosa.

Y la orden Solís, fue a la que se unieron de nombre, Yuuna, Mizuki y Misha, las cuales ahora estaban caminando vestidas con el hábito de una monja junto a una hermana de la Iglesia que estaba hablando felizmente sobre la ceremonia que se realizara hoy día.

La ceremonia de Plerudia, o más conocida como la ceremonia de los deseos eternos, una celebración esperada por miles de creyentes, en donde se tiene una gran ceremonia en uno de los salones principales de la Iglesia, agradeciendo por la buena suerte del año para poder pedir con toda fuerza un deseo que los cielos deberán aprobar para que estos puedan llegar a ser realidad.


"Me alegra que hayan decidido participar de este gran evento, todas las hermanas han estado teniendo curiosidad por saber quiénes eran las personas que recientemente se nos habían unido, seguramente se lleven una sorpresa cuando vean los hermosas que son"  La monja que acompañaba al trio de aventureras, cuyo nombre era Melty, esbozo una pequeña sonrisa que luego fue dirigida hacia Misha "Sobre todo Misha, su cabello es tan hermoso como el de la Santa de las leyendas"  Melty intentó abrazarla, pero Misha la esquivó un poco incomoda.


"Jaja...agradezco sus palabras, pero no me gusta que la gente se me apegue mucho"  Misha forzó una pequeña risa y se disculpó por su comportamiento, mostrando una forma de hablar y actuar que ni Yuuna ni Mizuki habían visto antes, lo cual las dejó sorprendidas.


"Ah cierto, señorita Melty"  Yuuna intervino antes de que las cosas se tornaran incomodas.


"Llámame solo Melty"  Melty respondió con confianza mostrando una gran sonrisa.


"Está bien..."  Yuuna estuvo un poco impactada por la actitud de la monja, pero logró calmarse después de unos segundos para hacer su pregunta "¿Qué es lo que debemos hacer exactamente y a nosotras también se nos está permitido pedir algún deseo?"


"Oh eso~"  La hermana respondió con ánimo "No necesitan preocuparse sobre lo que debemos hacer ya que es sencillo, un montón de personas van a venir para participar de la ceremonia y nosotras, como las hermanas encargadas, vamos a tener que atenderlos para que se realicen las actividades en orden mientras intercambian palabra de ánimo con ellos"  Melty marcó su sonrisa con sus dedos "Por otro lado, cuando la ceremonia llegue a su final es el momento en que todos pedirán su deseo incluida nosotras las hermanas que estuvieron a cargo de su preparación"

¡No me pidas que derrote al Rey Demonio~!(Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora