Marco
Días, han sido días los que he pasado buscando a Maya, nadie sabe nada de ella. Es como si se la hubiese tragado la tierra.
El director de la universidad me dijo que ha seguido sus clases de forma virtual, ya terminada la carrera debe venir a recoger sus papeles para poder ejercer.
Doña Gloria debe saber dónde está Maya, ella es como una mamá, y una persona muy importante para Maya, no creo que se haya ido sin una explicación, así que ahora mismo estoy rumbo a su casa a ver si me da respuesta alguna.
Bajo de mi coche y voy directo a la puerta, toco una, dos, tres veces.
— Un momento– responde ella desde el interior. — ¡Marco! que alegría verte. ¿A qué se debe tu visita?
Se hace a un lado para dejarme entrar y así lo hago.
— ¿Cómo está doña Gloria?
— Bien mijo, un poco sola, pero tranquila.
— Doña Gloria, usted debe saber dónde está Maya, por favor dígamelo.
— Oh hijo, créeme que si lo supiera te habría dicho, sé que tú quieres a Maya como una hermana, pero no sé nada, ese día regresé a casa y Maya ya no estaba, no dijo dónde iba o con quien, solo se fue.
— No dejó una nota, una carta, algo que explicara el por qué y a dónde iba, es como si se la hubiese tragado la tierra.
Doña Gloria movió su cabeza en forma negativa.
— Ya debo irme, cualquier cosa que sepa de ella, me dice por favor. — Dije saliendo por la puerta.
No pudo habérsela tragado la tierra, alguien debe saber algo.
Llego a mi casa y bajo del coche, desde que Maya se fue no es la misma, mamá contrato a una muchacha para que haga los quehaceres del hogar, si es que a esto se le puede llamar hogar.
— Gusano ¿Dónde andabas? Mamá está preguntando por ti. — dice Mikeila cuando me ve llegar.
— Déjame en paz. – digo entrando en mi habitación.
— Ella no va a volver, gusano. Se fue y espero que no regrese. — Dice Mikeila en el umbral de la puerta.
— ¿Qué sabes de ella?
— ¿Yo? Nada y espero seguir así.
— Te juro que si le has hecho algo...
— Déjate de tus amenazas absurdas, nunca le harías daño a tu hermanita. — Dice sonriendo de manera dulce.
— Aún no conoces mis límites. — Digo pasando por un lado y empujando su hombro a propósito — Dile a mamá que estaré en casa de Louis.
Abro la puerta y salgo, mi coche está estacionado en la acera pero no quiero ir en él, caminaré un rato para pensar claramente, alguien debe saber de ella.
*****
Camino por el parque donde tengo tantos recuerdos con Maya, su primer helado, cuando le enseñé a montar bici, la vez que la defendí de unos niños que se burlaban de ella...
— ¡Hey amigo! — Veo a Sebastián, un compañero de la universidad, acercarse a mi — ¿Cómo has estado?
— Todo bien, bro.
— ¿Aun sigues buscando a Maya?
— Si, quisiera saber dónde está; cómo está; si está bien; es frustrante no saberlo.
— Bueno, si te sirve de algo, la última vez que la vieron fue saliendo de casa de Luke, dicen que estaba llorando y un tanto desesperada.
— ¿En serio? ¿Qué le habrá dicho ese infeliz?
— No lo sé bro, pero yo que tú iría a preguntarle por ella.
— Gracias bro, eso haré.
Me alejo de él corriendo en dirección opuesta hacia la casa de Luke.
Recuerdo a Maya hablar un par de veces con él, al igual que Mikeila, aunque las veces que lo ví hablando con Maya se portaba muy amable con ella.
Toco la puerta y me abre quien creo, sería la madre de Luke.
— Hola, soy Marco ¿Se encuentra Luke? — Digo con voz agitada por haber corrido.
— Claro, adelante ya lo llamo.
Me deja pasar y cierra la puerta detrás de ella. Entro a la sala que está repleta de cuadros familiares y pinturas al parecer nada costosas. La señora se pierde por un corredor y yo me quedo observando todo.
Tiempo después regresa con Luke detrás de ella.
— Los dejaré solos.
— ¿Qué haces aquí? — preguntó apenas estuvimos solos.
— Quería saber que había pasado con Maya.
— ¿De qué hablas?
Camino hacia él, quedando casi a la misma altura, siendo yo más alto por varios centímetros.
- La última vez que vieron a Maya, fue saliendo de aquí llorando ¿Qué le hiciste?
- Nada. - dice con tono burlón.
- Se que tú y Mikeila tienen algo que ver, los vi varias veces hablando juntos. Me llego a enterar que ustedes le hicieron algo a Maya y se las cobrare caro, a ambos.
Me alejo de Luke y voy hacia la puerta, pero antes de salir su voz me detiene.
- Ve a buscar a tu pequeña zorra, seguro se está revolcando con otro, igual que lo hizo conmigo.
Sus palabras hacen eco en mi mente, sé que Maya jamás estaría con un tipo así.
- ¿Qué mierda le hiciste? - la rabia circula por todo mi cuerpo, lo tomo del cuello de su camisa haciendo que este se arrugue por la fuerza que estoy ejerciendo.
- Me la folle, me folle a Maya.
- Mientes, ella jamás estaría con basuras como tú.
- ¿Crees que miento? Aún recuerdo como gemía y me pedía más.
Mi puño impacta en su cara con tanta fuerza logrando que un poco de sangre salga de la comisura de su labio ahora roto. La madre de Luke llega para auxiliarlo.
- ¿Qué demonios pasa? - inquiere esta.
No digo nada, salgo azotando la puerta. Camino sin rumbo alguno hasta que llega la noche, me detengo en un bar en el centro de la ciudad, pido una botella de whisky y me siento en la barra a beberla. Así paso la noche, tomando y pensando en ella.
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la luz de mi vida
RomanceEl cambio mi vida al 100% Existen muchas cosas fuera de nuestro control, cosas que no dependen de nosotros mismo, cosas que nos superan, a eso me tuve que enfrentar. Luche contra mi misma, mis temores, mis debilidades, mi alrededor, luche contra tod...