CAPÍTULO 2

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•Kevin•

–Muy bien Kevin, Nick, ya esto quedó listo– Dice Joe

–Lo que no entiendo es ¿Por qué nosotros tuvimos que ayudarte a deshacerte de todo esto?

– Porque somos sus hermanos Nick.

–Si, pero el que terminó con Regina fue él, no nosotros Kevin.

-Nick, cuando tú terminaste con la innombrable, cómo tu dices, tanto Kevin como yo te ayudamos a quitar todo recuerdo de ella, así que cierra la boca.

A Joe una vez más lo defrauda una mujer, ya que ellas solo estaban con él porque pertenecía a la banda DNCE y a la antigua banda de los Jonás Brothers.

*****

•Maya•

Estoy rumbo a casa, y paso por dónde la señora Gloria, una gran persona aunque ya es algo mayor, le tengo un gran aprecio, la quiero como una madre.

–Hola mi niña, ¿Cómo has estado?

–Bien señora Gloria.

–¡Por Dios! ¿Qué te ha sucedido? ¿Qué te ha pasado en la mano?

–No es nada, solo lo mismo de siempre, Mikeila.– Respondo como su fuera lo más normal del mundo, pues ya estoy acostumbrada a eso.

–No Maya, eso no puede seguir así, mira nada más como tienes la mano, voy a traer algo para ponerte en la mano.

Sonrío y asiento, ella es muy buena conmigo, me ayuda en todo lo que puede, me aconseja, me quiere tanto, Marcos y ella son mi familia. No quiero ni imaginar cómo se pondrá Marcos cuando vea mi mano.

Cuando llegó a casa lo primero que hace es preguntar qué me sucedió en la mano para que esté tan lastimada.

–Vamos Maya, no me iré hasta que me digas lo que realmente te paso en la mano.

–Ya te lo dije Marcos, me golpeé con una puerta.

–Si claro, y esa puerta tiene nombre, Mikeila ¿Verdad?

Abrí los ojos como platos al escuchar lo que dijo, creí que él no sabía que su hermana me maltrataba de esa manera.

–Lo sabía, sabía que había sido ella.

Sale hecho una furia hacia el cuarto de Mikeila mientras yo corro tras él, sabia que iba a reclamarle, no quiero más problemas con ella ni con Olivia, porque si ella se entera que sus hijos se pelean por mi culpa, es capaz de darme una paliza.

–No, no, no Marcos, por favor, no le digas nada.– digo deteniéndolo.

–Como quieres que no le diga nada, mira como tienes la mano Maya, y todo por ella.

–Olvídalo por favor, hazlo por mí, no quiero más problemas con tu madre ni con tu hermana, te lo suplico.

–No, no Maya, Mikeila me va a escuchar.

Corro tras él, pero me desestabilizo y caigo al piso lastimando mi mano, él se da cuenta y corre a ayudarme.

–Te lastimaste ¿Verdad?

–Si, pero no importa, por favor Marcos, te suplico que no le digas nada.

–No Maya, esto,– Toma mi mano– Esto es imperdonable.

Me levanta y se va hasta el cuarto de Mikeila, trato de alcanzarlo y es cuando escucho el primer grito.

–¡Te dije que lo la lastimaras Mikeila!, Tiene la mano deshecha, ¿Qué le hiciste? Y no me vengas con que nada porque ese golpe no es el golpe de una simple puerta, tiene la marca de un tacón, de tú tacón.

–Ay Marcos, ¿Cuándo dejaras de defenderla? Ni ella misma lo hace y la muy idiota solo agacha la cabeza y pide perdón.

–¿Y que puede hacer? Soporte día tras día las humillaciones y malos tratos que le dan mi madre y tú, no le queda de otra que bajar la cabeza.

No quiero escuchar más, ya se lo que me espera con Olivia, va a golpearme hasta cansarse por hacer pelear a sus hijos.

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