CAPÍTULO 6

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•Maya•

He cambiado mucho desde que vivo en casa de doña Gloria, ya no uso esos espantosos vestido que escogía Olivia para mí, ahora uso ropa más acorde a mi edad, hoy opte por unos jeans un poco holgados, ya que no me siento segura usando ropa ajustada, pienso que ese estilo no va conmigo.

Han pasado tres semanas desde que me mudé, mi cambio ha sido favorable, Luke y yo pasamos más tiempo juntos, es detallista y siempre tiene algo lindo que decirme, no puedo ocultar que en todo este tiempo he empezado a sentir cosas por él, siempre estamos juntos, comemos en horas del receso, me invita a salir... Poco a poco ha ido creciendo este sentimiento hacia él, me hace sentir bien, no puedo quitar la sonrisa de mi rostro cuando estoy con él o cuando se cruza por mis pensamientos.

Al llegar a la universidad, me encuentro con Luke como de costumbre, lo saludo.

—Hola Luke, ¿Cómo estás?

—Hey, Maya, bien ¿Y tu?

—Bien, gracias por preguntar. Nos vemos luego.— Digo alejándome pero soy interrumpida por la mano de Luke, me volteo para verlo.

—Oye, me preguntaba si... Quisieras venir a una fiesta que voy a dar en mi casa este fin de semana.

—Hmmm, no se, déjame pensarlo ¿Te parece?

—Claro.

***

No sé que hacer, Marcos no puede ir conmigo a la fiesta ya que está enfermo, pero no puedo quedarme en casa, quiero divertirme, así que acepto ir a la fiesta de Luke.

Voy al centro comercial a comprar un lindo vestido para la fiesta de Luke, decido arreglarme un poco, el vestido es de color azul y llega un poco más arriba de mis rodillas, no es tan ajustado pero me hace ver linda, recojo mi cabello en un moño bien peinado en forma de tomate, me acerco al espejo y veo a una Maya totalmente distinta.

Al llegar a la fiesta lo primero que hago es buscar a Luke, no trato con todos así que él es mi único amigo, conversamos un rato sobre cómo estuvo nuestra semana y me dice lo linda que me veo, no reímos y pasamos el rato, Luke se ofrece a traerme una bebida, al tomarla me sentí un poco mareada, y cuando me quise dar cuenta ya Luke no estaba conmigo. Fui a buscarlo y no se cómo, ni en qué momento llegué a una habitación, pero no llegue sola, alguien me trajo pero no pude ver quién, caí en la cama y desde ahí todo se puso oscuro.

****

Al despertar estaba totalmente desnuda, solo una sábana cubriéndome, aterrada me levanté en busca de mi ropa, pero no encontré nada, solo hallé el vestido que había comprado el día anterior echo pedazos en el suelo, desesperada y con lágrimas en mis mejillas busque algo de ropa para ponerme, para mí mala suerte no había nada, salí envuelta en la sabana y corrí con todas mis fuerzas a casa de la señora Gloria, al llegar me encerré en el cuarto de baño a quitar toda la suciedad en mi, talle con fuerza, me sentía sucia y estúpida, fui a la dichosa fiesta con tal de estar con Luke y estás fueron las consecuencias. Necesito saber que ha pasado, cómo llegue allá, quien me llevo, todo.

Trato de calmarme y pensar con cabeza fría, tratando de recordar, Luke me puede ayudar.

Voy a buscar a Luke para ver si el sabe algo o vio algo, al llegar su madre me deja pasar hasta su habitación, la cual está por el pasillo, antes de tocar, escucho su voz, está hablando con alguien, su madre me dijo que estaba solo, así que debe estar hablando por teléfono.

—Si, Mikeila, ya te dije que lo hice... No, le di la bebida y se quedó dormida de inmediato... Si, si, aunque a decir verdad no lo disfruté, ¿sabes lo incómodo que es tener sexo con alguien que está inconsciente?... Si, era virgen, así que me costó un poco de trabajo.

No puedo creer lo que estoy escuchando, salgo corriendo lejos de ahí.
Luke abuso de mi, me siento tan tonta, tan decepcionada, pensé que éramos amigos, yo sentía algo por él. No puedo quedarme aquí, no puedo seguir aquí.

Camino sin rumbo alguno por la cuidad, pensando en qué podía hacer, debo irme de la cuidad, tengo un poco de dinero ahorrado así que voy a casa y para mí suerte la señora Gloria no está, le dejo una nota despidiéndose sin darle ninguna explicación, pero recalcando lo mucho que la quiero y la cena ayuda que ha sido, busco un poco de ropa y salgo al aeropuerto.

—Buenas, un boleto para el siguiente vuelo a Los Ángeles por favor.

—Claro que si, permítame un momento... El próximo vuelo sale a las 8, ¿Le parece bien?

—Perfecto, gracias.

Me siento a esperar, ya no habrá vuelta a tras, me iré de esta cuidad y no pienso volver.

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