la luz de mi vida

CAPÍTULO 7

•Joe•

Por fin terminamos el concierto, estoy cansado pero tan feliz, el concierto salió muy bien y he podido olvidar un poco mis problemas. Kevin y Danielle me acompañaron y es algo de agradezco enormemente, no quería viajar solo y pone a pensar en muchas cosas por ejemplo en Regina Y el dolor de cabeza que me daba.
—¡Joe ya nos vamos parece que Valentina tiene dolor de estómago y Danielle quiere verle!

—¡Ya voy Kev! ¿Está muy mal Val?

—No, no es nada grave, pero Dan quiere asegurarse de ello.

Asiento porque conozco bien a Dan, cuando una de sus hijas se enferma quiere estar al pendiente de ellas para cuidarlas.

—Bueno, al menos Alena está bien, en un momento nos vamos ¿Que tal te pareció el concierto Kev?—pregunte

—Excelente, me gustó mucho, pude ver qué disfrutaste mucho cada canción.

Asiento, es verdad que disfruto mucho lo que hago, Kev saca su móvil y me muestra un vídeos que está circulando por las redes , no puedo evitar reír.

—No han pasado ni dos horas y ya hay un vídeo del concierto en las redes.

—Hermano, sabes cómo son las fans— Me dice Kev con una sonrisa.

—Si, lo sé— Le respondo.

Siento a alguien entrar por la puerta, y justo es la última persona en el mundo que tenía ganas de ver.

—¿Qué diablos estás haciendo aquí Regina? ¿En qué idioma quieres que te diga que no te quiero ver?

—Joe, por favor déjame hablar y explicarte que fue lo que pasó, yo te amo.— me dijo al borde de las lágrimas.

—Regina, si de verdad amarás a mi hermano, lo dejarías tranquilo y no le molestaría más.— Le dijo Kevin con cierta molestia.

—¡Tu no te metas Kevin!— le gritó molesta.

—Mira Regina, creo que he Sido lo suficientemente claro cuando te dije que me interesaban una mierda tus explicaciones, así que déjame en paz y vete a revolcar con el imbécil de Edward.

Me molestaba ver lo estúpido que había sido al creer que Regina me amaba, desde que la conocí Kevin me advirtió de ella, me dijo que podría ser mi ruina y no se equivocó, cómo siempre él tenía razón.

—Ya oíste a mi hermano, ¡Seguridad!—le dijo Kev, llamando a los guardias— Saquen a esta mujer de aquí y no dejen que vuelva a poner un pie en este lugar, no la quiero ver más.

—No, no, suéltame idiota. —dijo Regina batallando con los guardias.

Regina se retorcía como la culebra ponzoñosa que era mientras la sacaba.

—¿Es que nunca me dejara tranquilo? Esto parece una maldita pesadilla.

—Te lo dije, te dije que esa mujer estaba loca.—dice Kev soltando una carcajada por la mueca de disgusto y desesperación que había puesto.

—Vamos hombre, se que es muy pronto pero, esto pasará y te volverás a enamorar.

—No lo sé Kev, no creo que esté listo para eso—digo soltando un suspiro y negando con la cabeza.

—Se que es difícil, pero, no todas las mujeres son iguales, tal vez encuentres a tu "hilo rojo"— Dice Kev con una sonrisa.

—Tal vez Kev, tal vez, — digo suspirando— bueno, debemos irnos al aeropuerto sino Dan nos matará.