ABUSED

°×Amenazas de un viejo amigo×°

El día pasó de lo más lento sentía cada hora, cada minuto, cada segundo y cada palabra tan eterna como miles de años luz. No veía la hora de irse, quedarse en su cuarto, perderse en la música y sus dibujos, y esperar a que el campo terrestre se tiñera de negro, con la luna y las estrellas brillando para indicar que el descanso después de un día largo comenzaba y la gente podía dormir en paz. Anhelaba tanto cerrar sus párpados y quedarse con ellos cerrados en el reino de los sueños, o al menos sin ver ni ser consciente de lo que pasaba a su alrededor sólo el y una inmensa obscuridad, con eso se conformaba aunque sea poco.

Sin darse cuenta poco a poco, y probablemente debido a esos pensamientos acerca de la noche y los sueños pero quizás también debido a que no había dormido bien unos cuantos días atrás, sus párpados iban bajando lentamente, luchando por volver a su estado original pero volviendo a caer a los segundos. Por suerte o por desgracia la voz de su maestro lo saco de ése pequeño bucle que se comenzaba a formar.

-¡Kaminari!- llamó al dueño del nombre con un tono un tanto alto llamando la atención del mismo.

-¿Sí sensei?- respondió casi al instante un poco desconcertado.

-Pon atención a la clase- regañó al peli rubio.

Un regaño simple a vista del blondo, pues estaba acostumbrado a regaños más extensos. Entonces no le quedó más remedio que acatar indicaciones o podría ser que ya no corriera con la misma suerte y esta vez si fuera un peor regaño.

Como pudo logró quitarse el sueño y ponerse al corriente, ¿acaso había estado tanto tiempo en esa baga ensoñación como para haberse perdido de tanto y tener que hacer todos esos apuntes de rápido?. Okey, suficiente, había aprendido la lección no volverse a dormir o aflojerar en clases.

Pasaron los minutos y por fin dieron el toque del receso, que a Kaminari le daba lo mismo, de igual forma no iba, no, más bien no podía salir afuera por... lo que le había pasado.

Todos se salieron sin más, sólo su maestro se le quedó viendo un rato, pero optó por salir de igual forma "no era su problema" así que también se fue sin decir una sola palabra.

Midoriya y Todoroki iban algo adelantados con su grupo iban charlando de cosas tribales, la clase, los exámenes pasados, las materias, los entrenamientos...

Hasta que a Iida de pronto se le vino a la mente una observación que nunca antes había hecho, sólo llevaba ayer y tal vez hoy también se podría contar, pero si era algo muy extraño a su parecer. De igual forma quería sacarse de la duda, después de todo Midoriya y Todoroki en muchas ocasiones llegaban antes que él al salón.

-Midoriya, Todoroki- los nombrados se detuvieron de golpe y giraron a verlo, pues todo este tiempo había permanecido atrás y se veía pensativo -, ¿Ustedes saben...- detuvo sus palabras pensándolo mejor, sólo eran dos días, no era para tanto, no lo suficiente como para empezar a hacer cuestionarios absurdos.

Los otros dos y el resto del Dekusquat lo miraban espectantes esperando a que siguiera, mientras éste sólo se mostraba pensativo.

–Si, Iida-kun?- preguntó el pecoso viendo atento al mencionado.

Éste pareció pensarlo unos momentos más para terminar negando con los ojos cerrados.

-Nada, lo siento, sólo fue un pequeño pensamiento de duda erróneo- respondió mirándolos a los ojos.

-O-key?- respondió con duda el pecoso, pero sin indagar más en el tema, después de todo, por algo no lo había preguntado.

Siguieron caminando, pero en ese instante el medio albino noto algo que Midoriya no, porque éste iba algo concentrado en descifrar lo que Iida intentó preguntar pero que no lo hizo. ¿Acaso habrá sigo algo que tenga que ver con Kaminari?, ¿Habrá visto algo raro en él?, ¿Algo que le hizo sospechar?.

El medio albino tocó levemente el hombro del más bajo para llamar su atención disimuladamente, pero éste no le hizo caso, se quedó en otro mundo, pero tampoco lo quería sarandear para que regresara a este mundo. De igual manera, aunque lo hubiera querido no hubiera podido pues ya habían llegado a los comedores, ya no podía hacer nada, sólo suponía que debían ser alucinaciones y que sus ojos lo habían engañado.

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*Con Kaminari*
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El blondo soltó un suspiro de alivio y se acomodó para poder ver si podía descansar y así se le fuera el sueño, eso haría. Pero justo cuando sus ojos se estaban cerrando escuchó unos pasos, por lo que no le quedó más remedio que levantar su cabeza y ver quién era. Pero grande fue su sorpresa al ver que era.

–Ba,kugou?– preguntó volteando a verlo –¿Kirishima?– preguntó viendo como éste también entraba al salón –¿Sero?.

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Lo siento si es muy poco, pero necesitaba dejarlos en suspenso hasta mañana.

Por cierto, ¿Qué forma de escribir los diálogos les gusta más?

—Dialogo—

–Dialogo–

—Diálogo—

-Dialogo-

Por fin tendré tiempo de intentar actualizar todos los días.

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