ABUSED

〰 De vuelta a los dormitorios 〰

Después de un rato llegó su queridísimo Aizawa-sensei, todos festejaron por ello, pero el azabache los mando guardar silencio —no en la forma grosera, sino que para que los demás maestros no se inminutaran— para darles una disculpa por dejarlos tanto tiempo solos y posteriormente comenzar la clase.

Todos estuvieron mejor y en un ambiente menos pesado a la llegada de su sensei, así que el tiempo se les fue demasiado rápido y cuando menos lo acordaron sonó el timbre que indicaba la salida.

–Es todo por hoy se pueden retirar– aviso el azabache.

–¡Sí!– festejaron todos.

Rápidamente comenzaron a aguardar sus cosas y no demoraron en salir mientras Kaminari sólo se quedaba en su lugar viendo. Todos habían salido y ya solo quedaba él y su maestro, que extrañamente aún no se iba, primero pensó que sería un problema, tomando en cuenta la situación que tiene con Midoriya y Todoroki, pero después pensó en intentar algo para que no se notará tanto la tensión.

–Eh.. Aizawa-sensei– llamó obtenido la atención inmediata del mayor.

–¿Si? Kaminari– inquirió cesando momentáneamente lo que estaba haciendo.

–Mañana si va a venir usted ¿Verdad?.

–No te puedo responder esa pregunta, pero no te preocupes igualmente mañana es fin de semana– respondió con una mirada extrañamente calma y ¿Amigable? –, tú deberías de estar preocupado por pensar en los lugares a donde vas a ir con tus amigos ¿no es así?.

–A, jajaja, si así es– asintió con una risa nerviosa.

–A todo esto ¿Por qué aún sigue en el salón?– preguntó con algo de curiosidad, él era de los primeros en irse.

–Ah, ¿Yo? Pues nada más, le quería preguntar sobre eso y ya.

Ante su respuesta asintió y siguió aguardando un par de cosas y papeles en lo que parecía ser una especie de portafolio. Por su parte, el menor también decidió hacer lo mismo y rezar porque el profesor se fuera y así no le interrogara sobre su presencia.

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Con Midoriya y Todoroki
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Por otro lado, Midoriya y Todoroki se encontraban de regreso a su salón, ya se habían asegurado de que no quedará ningún estudiante por los pasillos, así concluyeron que ya era momento de salir e ir con el rubio. Pero al llegar al lugar escucharon voces en el y pudieron reconocer fácilmente la del blondo, pero les costó reconocer la de sensei; se sorprendieron de que escuchar lo que parecía la finalización de una conversación entre esos dos, así que decidieron quedarse a ver qué proseguía, pero ya no escucharon nada más y para cuando decidieron asomarse vieron que efectivamente ahí estaba su maestro.

Se ocultaron rápidamente por acto inercia, pero ¿Por qué su sensei aún seguía en el salón? No sabían la respuesta, pero debían de idear un plan para que saliera de ahí y así poderse ir con el rubio.

–Todoroki-kun debemos hacer algo– habló preocupado el pecoso temiendo que pudiera descubrir la mentira del rubio.

–Si, pero ¿Qué?.

El contrario pareció pensarlo por mucho tiempo y el medio albino también hasta que al segundo se le ocurrió una idea.

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