۝ Estilo nupcial ۝

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Rojo como un tomate o una rosa, era la palabra que describía el rostro de Kaminari hace rato, ya que ahora había disminuido un poco el tono carmesí.

Su rostro estaba muy sonrojado, mientras iba aferrandose al uniforme del peli-verde que lo llevaba en brazos, como si temiere que lo llegara a soltar, cosa que obvio no iba a pasar, y ésto ¿Por qué? Porque este último lo llevaba cargando al estilo nupcial.

–Me alegra que hayas aceptado– porque me empezaba a doler un poco la espalda.

Pensó y dijo mirando al rubio con una sonrisa. No es que el cuerpo de Kaminari pesara tanto, de hecho era muy liviano —aunque este detalle no significara que eso estaba bien—, sólo que no acostumbraba a cargar a las personas en su espalda, para él era más cómodo y fácil cargarlas en sus brazos.

En respuesta sólo obtuvo un sonido de nerviosismo por parte del rubio que no supo descifrar y una mirada de Todoroki que yacía a su lado caminando en silencio, cargando su mochila y la del blondo para que Izuku no tuviera que cargarla. El de ojos dorados cubría parte de su rostro con una de las manos que se aferraba al uniforme del que lo cargaba, era algo vergonzoso, pero no incómodo o molesto, además jamás imaginó que al aceptar fuera esa forma de la que hablaba, la típica forma cliché como los príncipes o caballeros cargan a las princesas en esos cuentos de hadas.

Cómo de costumbre fueron los primeros en llegar y Kaminari se quedó ahí como comúnmente lo hacía, pero aún lejos de esos brazos maltratados su rostro y mejillas seguían ardiendo y el rubor no desaparecía. Eso cambió cuando la primera persona llegó al salón, Iida, no hizo comentario alguno pues ya le había visto llegar temprano pero si les extraño que estuviera mirando a la ventana con el fin aparente de no verle a la cara.

Así fueron llegando hasta que llegó Jiro, quien últimamente se acercaba a él para hablar y en esta ocasión no era la exención.

–Hola Kaminari– saludó acercándose ganándose la mirada rápida del susodicho.

–A, hola Jirocorrespondió con una sonrisa que ahora lucía diferente.

–No es raro que te pierdas durante clases, pero sí que lo hagas cuando aún no comienzan.

–¿De qué hablas?

Un zape en la cabeza fue lo que se ganó por querer hacerse el listo.

¡Au! ¿Y eso por qué?– preguntó sobándose.

–Por bobo– respondió.

El resto del tiempo libre matutino fueron palabras de la vida cotidiana. Hasta que llegó su profesor y tuvieron que poner atención a las clases, o al menos intentarlo.

El tiempo pasó y nada interesante ocurrió durante eso. Llegó la hora del receso y extrañamente no pasó nada, sólo Todoroki que se había escabullido para llevarle comida al rubio que sabía como safarse de la comida —pues cada que el medio albino le llevaba era bastante y para alguien que no comía en las porciones adecuadas era demasiado—, como la vez pasada su intento de persuasión no funcionó y tuvo que comérselo, pues palabras como "no te hubieras molestado", "es demasiado para mi", "con poco hubiera tenido suficiente", "no podré acabarmelo", entre otras no hacían efecto en Todoroki.

Así que ese día, al menos en lo que iba de él y en la escuela, no ocurrió nada relevante. Cuando era el momento todos se fueron para dirigirse a sus dormitorios y el dúo volvió por Denki.

Nuevamente ahora Todoroki tomó la mochila del menor para cargarla y posteriormente Midoriya procedió a tomarlo para cargarlo. El rubio protestará de no ser porque en realidad no se sentía en el derecho de hacerlo, así que se aferró al uniforme del mayor como en la mañana y nuevamente el rojo subió por sus mejillas hasta llegar a sus orejas, sólo que en una densidad menor a la inicial.

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