Tercer día después del incidente.

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En esa mañana el primero en despertar fue el peli-verde, aunque con mucha pesadez y flojera debido a las horas de sueño que perdió anoche,  posteriormente se dirigió al lugar del medio albino para notar que éste aún seguía dormido; intentó despertarlo sacudiendolo un poco pero antes de conseguir despertarlo recibió varios reproches por parte de este. Justamente cuando el medio albino se iba despertando también lo hizo Denki, se enderezó lentamente sin olvidar lo de su dolor en sus caderas y por eso tuvo que hacerlo lentamente para evitar mayor dolor, una vez estuvo sentado en la cama bostezó para posteriormente girarse a ver donde momentos antes se le había hecho ver un bulto y se topó con el chico de ojos verdes que lo miraba espectante, siendo iluminado por los rayos de Sol que entraban por la ventana, pero que después se decidió a dedicarle una sonrisa.

–Buenos días Kaminari– habló ya poniéndose de pie, ya que momentos antes se había hincado para despertar al bicolor.

–Buenos días Midoriya– saludó igualmente el rubio dedicándole una pequeña sonrisa pero sincera.

–Buenos días Kaminari– saludó igualmente el medio albino.

–Buenos días Todoroki– devolvió el saludo.

Seguido de ésto el más alto comenzó a recoger las cobijas mientras el pecoso se dirigía hacía el lado opuesto de la cama, cerca a la puerta, y se sentaba en la orilla de la cama.

–¿Cómo te sientes Kaminari?,¿Necesitas algo? o ¿Te incomoda algo?– preguntó con amabilidad.

Éste nuevo tono que Izuku mostraba sorprendió un poco al de quirk eléctrico, pies después de lo ocurrido anoche pensó que tal vez se levantarían un poco molestos, pero al ver que parecieron olvidarlo decidió también hacerlo.

–No Midoriya, me encuentro bien gracias– dijo con una sonrisa –¿Y ustedes, pudieron dormir bien?.

–Si, no te preocupes por eso– respondió.

Mientras tanto el más alto ya había terminado de recoger lo otro y se dirigió cerca del pecoso, sin entrar a la conversación como tal pero haciendo presencia en el lugar.

–¿Está bien si te dejamos para irnos a cambiar?– preguntó amablemente el peli-verde –¿Si te puedes cambiar por tu cuenta verdad?.

–Claro, no se preocupen por eso, puedo hacerlo.

–Bien, entonces nos vemos en un rato– dijo comenzando a caminar a la par del bicolor.

A lo que sólo obtuvo como respuesta un asentimiento por parte del rubio, el medio albino sólo movió su mano en signo de despedida y el rubio hizo lo mismo. Una vez estuvieron afuera el rubio soltó un suspiro y se movió con dificultad para poder tomar su ropa, que igual no estaba hasta su armario pero aún le dolía mucho y sin contar que se encontraba algo débil. Cuando por fin estuvo listo se puso a revisar su mochila checando que todo estuviera en orden, pero un pensamiento lo detuvo a medias dejándolo estático con el cuaderno en mano.
¿Por qué Midoriya se comportó tan amable?
Ya lo había notado momentos antes, pero no se puso a indagar en ello, y bueno era Midoriya y Midoriya es Midoriya, sin embargo era raro aún así ese como comportamiento demasiado amable, pero sus pensamientos se vieron interrumpidos por la persona en la que justamente estaba pensando.

–¿Puedo pasar?– preguntó después de tocar tres veces la puerta.

–Claro, adelante– respondió terminando de guardar todas sus cosas en la mochila.

Con el consentimiento dado, se abrió paso adentro de la habitación y se dirigió en dirección al rubio.

–¿Estás listo para irnos?– preguntó al rubio que comenzaba a ponerse la mochila.

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