ˆ Cuarto día después del incidente ˆ

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Esa noche todo fue tranquilidad, el medio albino tomó al peli-verde para cargarlo y colocarlo en la cama improvisada y Kaminari durmió un cama, como de costumbre. Como Todoroki era el que dormía en la silla, porque no iba a dejar al pecoso ahí ya que no quería despertarlo, fue el primero en despertar y después de lo ocurrido ayer, se levantó de inmediato y se dirigió primero a su cuarto para después ir a la cocina.

Mientras tanto el peli-verde a penas despertaba y tenía una facha poco favorable, como cuando las personas se quedan llorando todas las noches, y Kaminari quien apenas empezaba a despertar se asustó un poco de verlo así, casi grita del susto pero no lo hizo, por suerte.

–¿M-midoriya?– cuestionó temiendo que no fuera él y en realidad fuera alguien más y así no estuviere en la U.A sino en otra parte.

–Kaminari, buenos días– respondió con una sonrisa adormilada.

–Buenos días– correspondió aliviado de que si fuera él y no fuera lo que había pensado.

–¿Y Todoroki-kun?– inquirió viendo todo rededor.

Mmm, no lo sé, me acabo de despertar también– confesó notando la ausencia del bicolor.

–Bueno, ¿Te ayudo?– preguntó, refiriéndose a si lo ayudaba cambiándose.

–No, gracias puedo solo. De hecho he notado una mejoría– rechazó cortésmente.

–Me alegro– dijo viéndolo –, me voy para buscar a Todoroki y después volver por tí– indicó mirando la puerta –¿Está bien?.

–Si, claro. No te preocupes por eso– respondió con una sonrisa.

Así el mayor salió de la habitación para buscar a su amigo y el rubio se quedó solo, no mentía cuando decía que estaba bien, así que decidió intentar caminar... mala idea, se cayó porque aún le dolía. Mierda. Pensó levantandose. Creí que ya estaría mejor. Lo cual era muy distante de la realidad. Se puso de pie y ya rindiéndose se dispuso a cambiarse. Justamente cuando terminaba de alistarse, tocaron su puerta, eso lo tomó por sorpresa, pero de igual forma sabía que sólo habían tres probabilidades de personas.

–Adelante– concedió mirando la puerta.

El heterocromatico se asomó por ella y después de ver que el rubio estaba despierto se adentró en ella con un poco de comida. Eso dejó sorprendido al blondo.

–Buenos días Kaminari,. Toma para que comas algo, vuelvo en un rato– dijo dejando lo que traía en la mesa de noche ante la mirada atónita del rubio quien alcanzó a reaccionar antes de que se fuera.

–Gracias.

El contrario sólo asintió para cruzar por la puerta.

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Después de rato, a la misma hora de siempre, se presentaron los dos en el cuarto del blondo, éste ya se encontraba listo para irse.

–¿Estás listo?– preguntó el medio albino, pues le tocaba a él llevarlo ese día.

–Si Todoroki-kun, gracias– respondió.

–Bien, hay que irnos– dijo el de orbes verdes mirando a ambos de una linda forma.

Ambos asintieron y salieron de la habitación asegurándose de que no hubiera nadie, salieron de los dormitorios para dirigirse al elevador. Cuando llegaron a las escuela aún era muy temprano así que no había nadie de su salón, pero si había otras personas de otros salones, ninguno que le tomara especial relevancia a esos tres pasando por ahí, excepto una persona que tal vez usaría esa información para obtener grandes beneficios.

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