Capítulo 14

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Rose POV

Algo esta pasando y no logro verlo, esto debe tener que ver con Julia debe haber dejado su marca y ahora todos me ven diferente. Antes de irme al menos me ignoraban, ahora me miran de una manera diferente, Maia cada vez que puede me grita, que no soy su madre, que quiere a su otra mamá de regreso y sobre todo a sus hermanos.

Hasta Gabriel ha sido diferente desde el día que regrese, ha pasado un mes y no me ha pedido que duerma con él y mucho menos sexo, claro esta que por sexo no me preocupo para eso está Simón, el cual tampoco sabe nada. Si bien le pregunte me insistió que sólo vio pocas veces a Julia, pero ella se mantuvo alejada de él.

Tendré que aprender a jugar el juego de la sumisa con los Emerson y eso incluye a Gabriel, el carácter pasivo de mi hermana les agradará más que el mío, no tengo idea de cómo es Julia, sin embargo, tengo que hablar con ella, el comentario de la mocosa me tiene dando vueltas en la cabeza también, tengo que llamarla. Le marco a su móvil, uno, dos, tres, cuatro tonos, la llamada se corta. Vuelvo a intentar uno, dos, tres, cuatro.

- ¡Halo! - Contesta la voz grave de un hombre.

- ¿Quién es usted y que hace con el móvil de mi hermana? - Pregunto molesta.

- ¿Qué quieres de tu hermana, Rose? ¿A caso no te cansas de seguirla usando para tus porquerías? – La voz me suena conocida pero no la recuerdo.

-No tengo que dar explicaciones a un desconocido. Sino me dices ¿Dónde está Julia? llamaré a la policía- Le advierto.

-Anda llama a la policía y yo les contaré como engañaste a tu hermana gemela para tomar tu lugar para ir a vivir la vida loca –

- ¿Quién mierda eres? - Le pregunto nerviosa.

-Eso es Rose, por lo que entiendo no me reconoces, no importa. De las personas en común que tienes con Julia soy el único que te conoce a la perfección. Mantente alejada de Julia, de lo contrario le contaré a Gabriel de tu juego, así veré caer tu torre de naipes y me cobraré todo lo que le has hecho a tu hermana. Olvídate de ella, que ella ya lo ha hecho contigo-

De pronto solamente queda el silencio, me ha colgado. Las únicas personas en común entre Julia y yo son nuestros padres, pero ninguno de ellos se pondría del lado de Julia, tendré que ir a buscarla a su apartamento. Bajo las escaleras de la casa con mi ropa de deporte, me encuentro a Gabriel todavía en casa y eso si es extraño.

- ¿Ha sucedido algo? - Le pregunto curiosa.

- ¿Por qué lo preguntas? -

-No, es extraño verte a esta hora en la casa-

-Soy el dueño de la empresa, Rose; puedo llegar a la hora que desee. ¿Tú a dónde vas? - La actitud de Gabriel es un tanto fría.

-Ya sabes, voy a ir a correr. Como siempre lo hago. ¿O quieres que juguemos un rato en la cama? – Tanteo el terreno, tengo días sin sexo y hoy me apetece tener a Gabriel entre mis piernas.

-Lo siento Rose, pero tengo que ir a una reunión de la escuela de Maia. Soy su único padre y ella mi única hija por lo que tengo que acudir cuando me llaman- Sus palabras me suenan a reproche, por lo que las ignoro.

Sigo mi camino rumbo al departamento de Julia, cuando llego a la entrada del edificio, una extraña sensación me sacude el cuerpo, miro para todos lados, todo es normal alrededor según mi apreciación. Subo por el elevador con una extraña sensación como si alguien me estuviese mirando, al llegar al piso del apartamento de Julia me dirijo a este, abro la puerta con la llave extra que tengo y al entrar encuentro todo vacío, sólo hay unas bolsas de basura, las examino encontrándome con los vestidos que le había dejado a Julia, se llevo las maletas mas no así la ropa, es una mal agradecida, en la única mesa que queda hay una bolsa con una nota.

"Te dejo estas joyas, mismas que le dejaste a Julia.

Sé que las necesitaras algún día cuando se te caiga el teatro.

- ¿Aun no sabes quién soy? Cuídate porque seré tu peor pesadilla"

¡MALDISIÓN! ¿Quién mierda será? Tengo que cuidar mis pasos y hacer los movimientos adecuados, salgo del edificio, pero me paro en seco cuando me encuentro con uno de los rostros que he tratado de olvidar tras mi regreso, Rene Dubois, tengo que poner cara de inocente y mantener mi verdadero nombre.

- ¡Ma chère Julia! Nunca imaginé volver a verte – Me dice el idiota francés.

-Perdón señor, ¿Quién es usted? –

-Julia, soy yo Rene. Nos conocimos en Paris – Insiste el imbécil.

-Disculpe señor, mi nombre es Rose... Rose Emerson y estoy casada, así que por favor no me moleste – Me quitó de su camino, para tomar un taxi e irme a casa.

En el camino recibo un mensaje de Simón lo que me deja aún más preocupada.

"Tu marido anda de mal humor. ¿Qué no le has hecho, Rose? ¿Por qué contrató los servicios de un investigador?"

Paso de esos mensajes si no tiene la información que necesito, no me sirve de nada, sin embargo, lo del investigador me preocupa que este sospechando que lago pasa, tengo que moverme y se quién me puede ayudar, aunque no sea de forma voluntaria. Tomo mi teléfono y marco el número que nunca quise marcar.

-Raquel, soy yo, Rose. Mira sé que no hemos sido las mejores amigas, no obstante, quiero cambiar las cosas y que nos llevemos mejor, por el bien de todos – El silencio se hace en la línea.

-Rachel, ¿Estás ahí? -

-Si, si aquí estoy. ¿Qué se te ofrece hoy? -

- ¿Me gustaría que pasáramos una tarde de chicas? Tu dirás el día-

.

- ¿Qué te parece mañana por la tarde? - Pregunta la estúpida.

-Me parece excelente. Yo pasaré por ti – Le informo.

Bueno, a hacer el teatro...



Hola!!! Queiro informarles que la próxima actualización de esta historía será después del proximo martes.

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La Señora EmersonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora