ѕιєтє

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Y ahí estaba de nuevo Jisung, frente a la ventana de Minho, viendo como acariciaba a su gato naranja acurrucado sobre su pecho.

Changbin había llegado esa tarde al apartamento que compartían los tres, gritando "¡Te quedan nueve días! ¿Qué haces aún ahí? ¡Mueve ese culo de roedor que tienes y ve a verlo!" Y tras una pequeña explicación, se apresuró a la casa de los Lee.

Lo que había escuchado de Changbin, que venía del mismo Hwang, le había devuelto los ánimos, Minho no se arrepentía de aquella noche, y aún tenía nueve días para enseñarle al mayor que no era un juego para él.

Escaló por la tubería de la casa hasta la habitación de Minho y llamó a la ventana, a pesar de saber bien como abrirla.
El mayor, totalmente ruborizado, abrió la ventana y se apartó para dejarlo pasar a su habitación otra vez.

- Hola... - Dijo el asesino sin saber realmente como comenzar esa conversación.

- Supongo que has estado muy ocupado con el trabajo estos días -

- Si, podría decirse - Jisung estaba claramente nervioso.

- No quiero saber de que iba tu trabajo ¿Cierto? - Preguntó el mayor medio bromeando, quizás por que notaba lo tensos que estaban los hombros de Jisung.

- En realidad hasta dentro de diez días, mi único trabajo eres tu y por mi parte, mantenerte tan vivo como pueda -

Minho río suave, el tono dulce de Jisung y el recuerdo de los labios ajenos contra los suyos lo había tenido embobado esos días, cayendo un poquito más cada dia que pasaba por su adorable asesino.

- ¡Casi se me olvida! Tienes que conocer a mis gatos -

Minho correteó por su habitación recogiendo del suelo uno a uno a los tres animalitos para llevarlos sobre el colchón de su cama

- El naranja es Soonie, el blanquito es Doongie y es gris y pequeñito es Dori - Dijo acariciando en el mentón de los tres mininos, por lo visto eso debía gustarles mucho.

Jisung imitó esto, y Doongie se subió al regazo del asesino, haciendo que su corazoncito se sintiera cálido, la sensación hogareña de estar solo ellos y los gatos era... increíble, era la única palabra en la que Jisung podía pensar.

- Creo que le gustas, y es raro Doongie es el mas desconfiado -

- Supongo que es listo y sabe que no quiero hacerle daño - Dijo Jisung mirando atentamente cada movimiento del mayor.

Minho levantó la mirada de Soonie para encontrarse con los ojos oscuros y brillantes del chico mirándolo con adoración, y algo dentro suyo se sintió derretirse bajo esa mirada.

Recordó la llamada de teléfono que había tenido con Hyunjin, y lo que había dicho hace un par de días "pues cuando pase, déjate llevar, si te apetece besar a tu asesino personal, pues hazlo" Minho se echo hacia delante, Doongie salió del regazo de Jisung, y en ese momento, el chico dejó de ser un prodigioso asesino de la mafia coreana para volver a ser el joven de veinte años que estaba a pocos centímetros de los labios del chico que le comenzaba a gustar.

"A la mierda" dijo Jisung para si, volviendo a tomar las mejillas del mayor para borrar la distancia entre ellos, Minho esta vez correspondió con menos torpeza, y empujó el pecho ajeno hasta que la espalda de este estuvo recostada sobre el colchón.

¿Qué me has hecho Han Jisung? –

"Yo nada,eres tu el que ha hecho que lo mande todo a la mierda por salvarte"  quiso contestar Jisung, sin embargo estaba demasiado entretenido volviendo a besar a Minho, y disfrutando del tacto suave de sus labios. El mayor estaba recostado sobre el chico y sostenía su peso con sus brazos a los lados del cuerpo de Jisung, separó sus labios y puso su peso solo en un brazo para acariciar las mejillas del pelinegro.

Jisung estaba totalmente en trance, apreciando cada rasgo de Minho, tatuando esa imagen en su memoria, era consciente de que había una posibilidad de que el mayor muriera en ocho días, y el tendría que seguir solo.

Una lágrima se deslizó por el lado de la cara de Jisung, y tras esa, un torrente de lágrimas le siguieron, acompañadas de pequeños sollozos que no pudo ahogar en su garganta.

– Hannie... ¿Qué ocurre? –

– ¿Qué será de mí si te pasa algo? ¿Cómo podría seguir yo solo? –

– No me pasará nada, y a ti tampoco, somos un equipo ahora ¿Sí? Tenemos pendiente tener una cita normal – Ni siquiera el propio Minho estaba seguro de aquello, pero si podía hacer que Jisung dejase de llorar, mentiría un poco.

Juntó su frente con la de Jisung y sus narices rozaron con cariño, era indudable que ambos habían caído demasiado profundo por el otro a esas alturas, pero de nada servía lamentarse, debían aprovechar sus últimos ocho días.

El momento era tranquilo e íntimo, solo se escuchaban sus respiraciones y el ronroneo de uno de los gatos de Minho.

Minho ¿Podrías...? ¡Oh dios! ¡Lo siento! –

Los jóvenes se separaron bruscamente al escuchar la voz de Minseo, la pobre mujer se tapaba los ojos para respetar la privacidad del hijo de su empleador.

Noona, está bien puedes mirar, no hacíamos nada ¿Qué ocurre? –

– Yo... Dejé el biberón de Innie muy alto y no encuentro el banquillo para subirme y está a punto de llorar y sabes como se pone tu padre cuando llora tan tarde –

Minho susurró una rápida disculpa a Jisung, dejó un corto y efímero beso sobre sus labios y salió corriendo de su habitación para ir a buscar el Biberón del bebé, no era un chico especialmente alto, pero superaba el metro sesenta de Yang Minseo.

En la habitación se quedaron solos el joven asesino, la mujer y el bebé a punto de llorar por el hambre.

Tu... debes ser Jisung ¿Cierto? – Vió como el chico asentía confundido por la repentina pregunta – Minho me ha hablado mucho de ti – Y Minseo vió como una sonrisa tímida crecía en los labios de Jisung.

– ¿Pudo... sostenerlo? – Dijo mirando curiosamente al pequeño Jeongin.

– Claro, ven te enseño a hacerlo – Minseo vio como su hijo se acomodaba en el pecho de Jisung, y la enorme sonrisa del chico.

– Es un bebé muy tranquilo –

– Si, la verdad es que Innie es un amor –

Pocos minutos después, Minho llegó con el biberón del bebé ya preparado, encontrándose con Jisung meciendo al pequeño y hablando cómodamente con la mujer.

– Noona –

– Muchas gracias Minho. Jisung ¿Quieres intentar darle tu la cena? – Minseo había notado lo feliz que estaba el joven y supo que no se había equivocado al verlo sonreir con emoción.

 Jisung ¿Quieres intentar darle tu la cena? – Minseo había notado lo feliz que estaba el joven y supo que no se había equivocado al verlo sonreir con emoción

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Kill him - MINSUNG Donde viven las historias. Descúbrelo ahora