Kill him - MINSUNG

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Jisung temblaba, abrazado a Minho escondidos tras la ropa del mayor en un pequeño armario en el que a penas cabían.

– Está bien Hannie, pronto saldremos todos de aquí – Susurró el mayor, abrazando un poco más fuerte a Jisung

– Changbin aun tiene que aclarar las cosas con Hyunjin, Chan aun me debe 100 wones de nuestra apuesta, Minseo tiene que ver crecer a Innie... – Aun con la voz temblorosa y el pánico corriendo por sus venas, el chico aun necesitaba pensar en sus amigos ¿Estarían bien escondidos? ¿Su antiguo mentor lograría convencer a JYP de que ya no estaban en esa casa?

El llanto lejano de un bebé y los gritos desesperados de Minseo rompieron el silencio.

– Minho... Quédate aquí –

– No Sung, Innie es como mi hermano –

– Te quieren muerto idiota, hazme caso, yo iré – Jisung se deshizo del abrazo de Minho y corrió por toda la casa buscando el llanto del bebé.

– ¡Soltad al bebé! –

– Mirad quien se digna a aparecer... Han Traidor Jisung ¿Me dirás dónde están los Lee por las buenas? Te estoy dando una última oportunidad por que eres mi empleado favorito –

– Primero dame al niño – Con una seña de la mano, el hombre que sostenía sin cuidado el pequeño cuerpecito de Jeongin se lo entregó a Jisung, que lo arropó en sus brazos, recibiendo un susurro de Minseo dándole las gracias.

– No están en la casa, los ayudé a escapar, estan en la casa de la hermana del señor Lee –

– No te creo –

– Señor, también hemos encontrado a Bang y a Seo en la casa – El CEO se giró hacía Jisung con una ceja en alto y una sonrisa burlona.

– Vigilamos la casa, también era nuestro plan hacerles perder tiempo para que no siguieran a los Lee antes de que estuvieran seguros –

– ¡Deja de mentir! – El hombre levantó su pistola bañada en plata, de la que siempre le recordaba que podría matar a un oso y la puso el la frente del joven asesino.

– ¡Estoy aquí, déjalo! –

– Oh... Un joven sacrificándose por amor... Que ridículo ¡Dime dónde se esconde tu padre y quizás os deje vivir a todos! –

– No lo se, todos hemos corrido a un sitio distinto, podría incluso haber salido por la enredadera de su habitación y ninguno de nosotros lo sabría –

El hombre se paseó con parsimonia, haciendo sonar la suela de sus zapatos en la madera del suelo hasta quedar a pocos centímetros de Minho.

– Tu y yo quizás podamos entendernos, Romeo ¡Comprobad la enredadera! – Tres hombres salieron corriendo hacia la habitación y el CEO sonrió cínicamente.

– Por cada mentira que digas... Dispararé a una de estas personas a las que pareces importarles tanto ¿Quién será primero? ¿La criada? ¿Tu novio? ¿O este chico tan lindo que ha venido a tu casa a ver si estabas bien? –

– ¿Quién...? – Uno de los hombres de JYP tiraba de las muñecas de un chico alto de piel pálida y cabello negro, ligeramente largo.

– ¡Hyunjin! – Minho no lo había visto por estar centrado en lo que el hombre le iba diciendo, pero Changbin había gritado el nombre del chico y hubiera caído de rodillas al suelo, si dos enormes hombres no lo estuvieran sujetando de los brazos.

– Y no se te ocurra pensar llamar a la policía por que tengo hombres bien pagados dentro y se encargarán de borrar todas las pruebas que lleven hasta mí –

– Eres un cerdo sin sentimientos –

– Y tu padre me debe dinero – Había una fuerte pelea de miradas entre el CEO y Minho, ninguno iba a ceder fácilmente.

– ¿Dónde está tu padre? –

– Te digo que no lo se –

– Hacia donde ha corrido a esconderse –

– No me estaba fijando, estaba pendiente de Jisung y Minseo –

– Si que lo sabes Romeo, no me mientas –

– No lo sé –

Las miradas de ambos soltaban chispas, y cualquiera de estas entendería pronto un fuego que podría quemarlos a todos hasta sus cenizas o sacarlos de allí, todo dependía de quién ganase ese tira y afloja.

– Cambiaré mi pregunta entonces, debes conocer bien tu casa ¿Qué lugares son buenos para esconderse? –

– Los armarios pequeños, hay uno en cada habitación, yo lo uso para guardar ropa, estaba escondido ahí, y si no ha bajado por su enredadera, debe haber usado uno de esos, aunque como es un maniático, es probable que haya construido más escondites de los que yo no tengo ni idea, le gustaba mucho un libro donde el hijo mata a su padre, quizás pensó que yo podría hacerlo, no nos llevamos bien –

– Sabía que contigo y la presión adecuada me dirías lo que quería escuchar – El hombre se giró y Minho tuvo que evitar sonreír su triunfo, obviamente sabía donde estaba su padre y era humanamente imposible que el jefe de Jisung pensase que el señor Lee se había escondido en una caja fuerte en su habitación, la mentira del parricidio parecía tan creíble que incluso los que sabían que era mentira, dudaron.

– Si lo encuentras ¿Dejarás que todos nos marchemos? –

– Quizás si –