- ¿Quién eres? -
- Nadie, vuelve a dormirte -
- No puedes ser nadie ¿Eres un acosador o algo? -
- Soy un asesino... -
Donde Han Jisung trabaja para JYP, un hombre relacionado con la mafia coreana, y el hombre al que el padre de Minho le debe dinero...
Han Jisung no se había alejado más de diez metros de la casa de Minho desde el domingo, y ahora, se mordía las uñas.
Era el último día
Si esa mañana Jisung no se presentaba con el cuerpo muerto de Lee Minho, su jefe se haría cargo de la situación. Era bastante obvio que Han no iba a matar al chico, su papel ya no era el de asesino, sino el de guardaespaldas, y si era capaz, no solo salvaría a Minho, también a Minseo y su pequeño, por que Park JinYoung no dejaría con vida a nadie en esa casa cuando la noche cayera.
Llamó a Chan mientras el sol lentamente se acercaba al ocaso.
– ¿Tu crees que lo lograré? Se sincero hyung ¿Crees que lograré salvarlos? –
– Sung, eres el jovencito más hábil que conozco, se que podrás hacerlo, confío en tí, hazlo tu también –
Jisung sonrió por un momento, pensando en lo importante que era el australiano para él, como la figura paterna que nunca tuvo.
– Estaréis bien, por algo eres el favorito del CEO –
– Eso espero... –
– Estaré allí cuando caiga la noche, por si necesitas ayuda, Binnie también, creo que el enano ha ido a despedirse de Hyunjin, por si las cosas salen mal –
– Gracias Chan hyung –
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– ¿¡Dónde esta!? –
– Señor, cálmese un momento –
– ¿¡Dónde demonios está Han Jisung!? –
El límite de tiempo había pasado, y el CEO no veía el trabajo terminado, Lee Minho seguía tranquilamente vivo, y su padre, quien le debía dinero, seguía con su vida.
Estaba enfadado, colérico ¿Qué había ocurrido con Jisung? Ahora tendría que encargarse por su cuenta.
– Jihyo, ponlo todo en marcha, salimos en una hora hacia la casa de los Lee –
– Si señor – Contestó cabizbaja la chica, quien seguía pidiendo en silencio, que a Jisung no le pasase nada malo esa noche.
El equipo personal del CEO se vistió con sus trajes negros, con chalecos antibalas, y botas militares, tomaron sus armas y pusieron en marcha las tres furgonetas en dirección a casa de los Lee.
Jihyo, líder del equipo femenino, envío un mensaje al chico, un escueto "Jisung, el jefe va a por tí, ponte a salvo" mientras cerraba los ojos con fuerza, sintiéndose culpable por no poder hacer nada más.