CAPITULO 5: ¿Esto es química o amor?

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En medio del silencio los segundos transcurrían como si se tratase de un hermoso rio fluyendo con libertad por la naturaleza misma de la situación, sus fauces caían sobre aquella hermosa mañana, esa fauce que nacía del momento y se perdían en aquellos inquietantes ojos, en esos profundos turquesas que invocaban en ella un interminable sentimiento. Thomas cerró sus ojos más por costumbre que por otra cosa, ella imito su mismo gesto; a escasos milímetros de tocarse aquel murmullo en el interior de el despertó la necesidad de detenerse, el era demasiado ecuánime y escrupuloso para dejarse influenciar por pequeñeces como esas pero por alguna razón había perdido la cordura, realzando en su mente el insulto:

<< ¿Qué crees que estás haciendo? Esto no está bien, no está nada bien. Debes detenerte. Deja de actuar como un crio>>

Detuvo su intención de proseguir pero ella continuaba esperándolo, lo sentía en aquella respiración que no se alejaba de su rostro, no sabía qué hacer y entonces aquel ligero roce le quemo la piel, sintió ese extraño revoltijo surgir de su estomago y se limito a romper la distancia que los separaba sin éxito, porque antes de lograrlo un ruido los aparto de su inconsciente momento.

La puerta de la entrada había sido abierta de manera brusca y eso solo significaba una cosa.

Sarah: ¡¡He llegadoooooo!!

El grito alegre y eufórico de su hermana mayor había interrumpido lo que era para él un glorioso momento, chasqueo silenciosamente la lengua y se dedico a esperar que la recién llegada lo buscase, la conocía perfectamente y por esa sencilla idea se aparto de Sia buscando el acomodo en una silla próxima a la mesa. Mucho no paso para escuchar el campaneo de Sia, ella seguía allí pero no lograba saber perfectamente donde, los pasos de unos tacones pronto resonaron en la puerta de la cocina y otro grito le hizo preguntarse de dónde diablos había salido aquella mujer ¿Realmente era su hermana?, le abochornaba la patética situación, o así lo sentía.

Sarah: ¡THOMAAAS! Mi feo hermanito querido... Thomas.... -Corrió a él con lagrimas en los ojos- Te he extrañado tanto Thomas -Lo abrazo con todo aquel amor que tenia para el- ¿Cómo has estado? Ahhhhggg tengo tanto que contarte -El no tenía otra opción que dejarla devorar toda aquella emoción, aunque no le gustaban los abrazos estaba emocionado también, el había echado de menos a esa gran mujer-

Thomas: Si lo sé, Ya entendí, Sarah dije que entendí, ¿Sarah? -La mujer no parecía comprender el mensaje, se sentía asfixiado con aquel abrazo enérgico- ¡¡YA BASTA!! Sarah por favor... No es para tanto.

Sarah: ¿No es para tanto? ¿No es para tanto? Te parece poco que tenga un año y medio sin verte y que de paso ni recibas mis llamadas... ¿No es para tanto Thomas?

Thomas: Definitivo, hoy planeas gastarme el nombre.

Sarah: Por eso eres tan feo. -Observo de reojo a la silenciosa y muy nerviosa chica mientras se apartaba solo un poco de él sin dejar de abrazarlo-

Thomas: ¿Dónde.... Están.....? -Estaba dudoso de la pregunta-

Sarah: ¿Los niños? -El chasqueo de fastidio de Thomas le parecía divertido a la mayor que sonreía como boba- Están dormidos. Los he dejado en la sala, pero al despertar seguro que te harán el día jajajaja

Thomas: Si que lo harán... -Suspiro pesadamente, antes de que todo aquello le ocurriera el dedicaba tiempo maravilloso a sus sobrinos, no era padre y aun no mantenía una relación con nadie pero amaba los niños, deseaba con todo su ser tener los suyos y al cabo de unos meses esa idea desapareció, su ceguera le impediría ver esas hermosas criaturas y disfrutar de ellas como debía, no quería darle poco a sus hijos y se había limitado a no ilusionarse con esa idea, si nunca se enamoraba nunca tendría hijos- ¿les explicaste?..... Ya sabes.... -La pregunta quedo en el aire un momento y su hermana lo soltó para darle un besos en la frente-

Raison D'etreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora