"Eres Camilo Madrigal," besó su pelo suavemente. "El chico más lindo, dulce y divertido de todo Encanto."
No respondió. Parecía dudar sobre sus palabras, analizando cada una de ellas con cuidado.
"Dime, ¿cómo volviste a la normalidad?" Preguntó entonces, esperando una respuesta.
"No lo sé. Supongo que cambié automáticamente, cuando creía que jamás volvería a ser yo. No lo forcé."
"Entiendo."
El menor jugaba con los dedos contrarios, sintiendo sus ojos arder por las lágrimas que ya no lo molestaban.
"Yo creo que deberías dejar de usar tu don."
Eso llamó la atención del de rizos, y levantó la mirada para encontrarse con la de su novio.
"¿Dejar... de usar mi don? ¿Cómo se supone que haga eso?"
"Esforzándote por mantenerlo dormido. Solo durante un tiempo. Estás exigiéndote demasiado, Cami. Tienes que reconocer tus límites. Tu cuerpo te lo está pidiendo, y si no lo escuchas algo peor podría sucederte."
Camilo apartó la vista, avergonzado por no haber podido darse cuenta de lo que él mismo necesitaba: parar. Pero ¿cómo podría siquiera pensar en parar?
Desde que obtuvo su don, no hubo ocasión en la que no lo aprovechara. Para bromear, para ayudar, para divertirse. No podía solo detenerse, era una parte de sí que tenía completamente incorporada.
"Haremos otras cosas para que te diviertas," le aseguró el pelinegro. "Me quedaré contigo todo lo que pueda, y encontraremos cosas interesantes que hacer. Tal vez consigas un nuevo pasatiempo."
"¿Qué hay de mi familia? ¿Y el pueblo? Si alguien me necesita..."
"Les diremos que estás descansando. Tú debes ser tu prioridad, amor, y serás la mía hasta que aprendas a cuidarte antes que a los demás."
El de tez canela frunció los labios, intentando no mostrar una enorme sonrisa de la nada. Apretó la mano del otro chico mientras volvía a verle a los ojos, con los suyos propios brillando a la vez que sus mejillas se teñían de carmesí.
"¿Qué?" Preguntó Mateo, alzando la comisura de los labios al verlo alegre nuevamente.
"Me llamaste 'amor'," le hizo notar, sonriendo embobado.
El de ojos café pensó un momento, repasando las palabras que habían salido de su boca segundos atrás.
"¿Lo hice?"
"Sí."
Peinó los rulos del Madrigal hacia atrás, enredando sus dedos en su esponjoso cabello mientras sus ojos no dejaban de observarlo.
"¿Y te gusta que te llame así?"
"Es lindo."
Comentó aquello como si su estómago no hubiese dado mil vueltas al escuchar esa palabra, como si todo el mundo la dijera todo el tiempo. Porque así era, pero esta vez era solo para él. Y no venía de parte de su mamá.
"'Es lindo'," se burló el otro, besando su frente. "Estás rojo como una fresa."
"No es cierto," empujó la cara de su chico con la mano, haciéndole reír. "Y es 'rojo como un tomate'."
"Prefiero las fresas, tú te pareces más a ellas. Con tus mejillas coloradas y todas esas pecas que tanto me encantan."
Tomó su rostro entre las manos y comenzó a repartir pequeños besos sobre su piel, causándole suaves risitas.
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SUNFLOWER, VOL. 6 ─ camilo madrigal.
Fanfictiondonde camilo se enamora a primera vista de un chico en el que nunca había puesto su atención, sin poder dejar de pensar en él ni por un minuto. " sunflower, my eyes, want you more than a melody. let me inside, wish i could get to know you. " ꒰ �...