03

493 63 26
                                    

Se observó al espejo una última vez, nervioso. Aplastó su cabello hacia atrás, intentando formar una opinión sobre cómo se veía así. Negó con la cabeza y se peinó como normalmente, cerrando los ojos para evitar quedarse por más tiempo viendo su reflejo sin saber muy bien para qué.

Bajó las escaleras y se encontró con su hermana Dolores colgando la ropa. Tendría que ayudarla si se acercaba, pero necesitaba su consejo, por más mínimo que fuera.

"Hey, Dolores," sonrió dulcemente, caminando hacia ella.

"¿Pasa algo?" Preguntó la chica, mirándolo por un momento.

"Oh, no, nada, ¿qué podría pasar?" frunció la nariz. "¿Te ayudo?"

"Claro," se encogió de hombros, tomando otra prenda para colgarla. "¿Vas a salir con alguien?"

"Qué te importa," respondió provocativo, hasta que recordó que él mismo había ido con su hermana. "Bueno, sí. ¿Cómo sabes?"

"Usas otro tono de sombra en los ojos."

Camilo frunció los labios, sin decir nada más. Dolores era muy observadora, seguramente por tener que oírlo todo sobre todos, le gustaba fijarse en las cosas pequeñas, lo que no podía escuchar.

"¿Crees que me veo bien?" Inquirió con las cejas levemente alzadas, esperando una respuesta que no destruyera su autoestima.

La morena lo observó un momento, ladeando la cabeza y entrecerrando los ojos, murmurando un 'hm'.

"Sí, estás bien," asintió, permitiéndole al muchacho volver a respirar con normalidad. "Tu cabello es lindo."

Sonrió de lado al pronunciar esas últimas palabras, haciendo que su hermano pestañeara un par de veces, sin comprender el por qué del todo. Simplemente le devolvió la sonrisa y le agradeció, terminando de colgar una camisa para luego dar la vuelta con intención de irse.

Entonces algo hizo 'click' en su cabeza, y giró rápidamente, viéndola con los ojos bien abiertos.

"¿Nos escuchaste?" Quería alzar la voz, pero habló en el mismo tono de siempre, solo que molesto.

"¿A ti y a quién más?" Sonrió un poco sin mirarlo, siendo ahora ella quien lo provocaba.

"Sabes muy bien a quién," empujó su hombro, cruzándose de brazos. "Dolores, ¡merezco un poco de privacidad!"

"¡Quéjate con el Encanto, no conmigo!"

Sí era cierto que ella no tenía la culpa de poder escuchar hasta el sonido más inaudible, Camilo no podía imaginarse con un don así, seguramente llegaba un momento en el que era molesto. Pero podía enfocarse en sonidos específicos, y que lo hiciera con sus conversaciones le molestaba aún más.

"Mamá quería saber en dónde estabas, ya que no te fuiste solo, sino que te llevaste a Antonio contigo también," se encogió de hombros. "Fue solo una coincidencia escuchar lo demás."

"Chismosa," gruñó. "¿Le dijiste a alguien... eso?"

"Te crees muy interesante, ¿eh?"

"Dolores, hablo en serio."

"No le dije a nadie. No me incumbe si tienes novio o no."

"Exacto," asintió satisfecho. "Pero no es mi novio. Apenas supe su nombre, solo quiero que seamos amigos."

"Ya veo. Eso explica la sombra de ojos dorada," comentó con sarcasmo.

"¡Dijiste que me veía bien!"

"Sí te ves bien, no te preocupes. Seguramente serán mejores amigos."

SUNFLOWER, VOL. 6 ─ camilo madrigal.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora