capítulo veintiséis

85.5K 5.9K 376
                                    

Estaba empezando a marearme.

El no se dio cuenta ni siquiera de que entre,  estaba recostado en mi cama mientras leía un libro con el ceño fruncido. Mi corazón empezó a subir y bajar con pesadez  ¿De qué demonios se trataba esto?  Hice lo primero que se me ocurrió.

Golpearlo.

Lo estaba golpeando con mi mochila,  su reacción fue asustarse así como yo me había asustado cuando lo encontré ahí como si nada.

—¡Lárgate, lárgate no tengo nada de valor!  —Chille mientras seguía golpeándolo, sin embargo sujetó mi bolso  y lo dejó en el aire haciendo que casi choque con su pecho.

—¿¡Qué rayos está mal en ti!?  —Exclamó enfadado, lo miré para asegurarme de que no lo conocía.

No, no lo hacía. 

—¡¡ESTAS EN MI HABITACIÓN Y NO TE CONOZCO!!— Chille muy fuerte, y estaba apunto de tirarle con una lámpara cuando él se cubrió la cabeza con sus brazos y también gritó:

—¡SOY EL HIJO  DE EVERY!

Bueno,  aquella información logró calmarme solo un poco.  Aclare mi garganta incómoda pero de cualquier forma no baje la lámpara.

—¿¡Y!? Eso no te da derecho a meterte en mi habitación, acostarte en mi cama y leer mis libros. —Acuse enfadada. ¿Quién  demonios se creía que era?  

Sin embargo, él estaba tan tranquilo que eso solo  me hacía dar más ganas de golpearlo.

—Tu hermano dijo que podía hacerlo.

Mi hermano.

Mi her...¡Maldición, Drake!

Aún enfurecida empecé a sacarlo de ahí a empujones, escuché una risita divertida salir de sus labios. Pero no me rendí, aunque me costó un poco pude sacarlo de mi habitación.

—Este cuarto no es de Drake si no mío y  te  voy a prohibir la entrada de ahora en más. ¿Lo entiendes, no? Loco.

—Yo no soy el que quiere matar a alguien con una lámpara de Winnie the pooh. 

Miré la lámpara, luego al chico y repetí esa acción algunas veces. Mierda, esto era tan patético que con todas las fuerzas y ganas del mundo termine  cerrando la puerta en su cara.

Tenía el presentimiento de que sería una semana de mierda, me tumbe en la cama sin ganas. ¿Hijo de Every? No me lo imaginaba así para nada,  cerré mis ojos. Será como tener dos Drake en la casa.

Le marqué a Cassie para suplicar por refuerzos, al menos con ella y Matt no me sentiría tan invadida por desconocidos. Me quejé cuando sentí que algo golpeó mi espalda, y saque el libro que él  había estado leyendo.

"Las mil y una noches"

Di una mirada en blanco y lo guardé en su lugar, pero me detuve al darme cuenta de que sólo llevaba unas pocas páginas. Quizás podría pasárselo, al menos así se mantendría enfocado en el libro y no en meterse donde no lo llaman. Si, podría ser.

Agarré el libro y salí de mi habitación para buscarlos, estaba en el living mirando tele con Drake. Sin decir nada,  deje que el libro cayera sobre su regazo. Me miró confundido.

—¿Dónde está Every?  

Apuntó a la cocina, y caminé hacia allí de brazos cruzados. Cuando me encontré con la mujer que estaba horneando algo, le sonreí aunque estaba de espaldas en realidad Every no me caía tan mal.

Aprendiendo a ser femenina © #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora