extra uno

6K 364 17
                                    

Liam

Por la manera inquieta en la que mi madre se encuentra, me doy cuenta con facilidad se que está tramando algo.  La miro, curioso  y termino poniendo mis brazos sobre el escritorio, dejando todo lo que debería estar haciendo para  que lo libere.

—Señora Ross ¿Por qué está tan nerviosa?

Mamá vuelve a verme confundida, luego se expresión cambia a una seria y supongo que no le ha echo  una pizca de gracia eso de señora, esbozo una sonrisita  burlona y ladeo mi cabeza.  Muriendo de ganas por tener una respuesta.

—Estuvimos hablando con Liz, sobre su hija.  Deberías verla ¡Es preciosa! Sería increíble que se una a nosotros.

Encarnó  una ceja,  bueno. Finalmente había descubierto porque mi madre estaba tan alterada, pero honestamente no entendía la gravedad del drama.

—¿No es solo una niña, cuántos años tiene, trece? 

Yo no conocía con detalle a la señora Liz, amiga de mi madre. Pero sabía cosas como que tenía hijos, y una vez había visto a su hija menor, creo. Pero lo había empezado a dudar cuando mi madre soltó una risita, y negó con su cabeza muy entretenida.

—No, no. Tu conociste a Becky, ella es muy pequeña para empezar a trabajar. Me refiero a su otra hija, Clara de dieciocho  años.

Bueno, me había perdido una parte del chisme. En definitiva, no conocía a ninguna Clara. Y por alguna razón, de pronto empecé a dudar de si la idea era  buena o no.

—¿Tiene algún tipo de experiencia en el modelaje, o algo relacionado al arte?

¡Atrapada! Mi Madre  se quedó parada, de golpe. Conociendo porqué no estoy de acuerdo con que se nos una gente sin experiencia, joven. Me dedica una tierna sonrisa como si eso solucionara todos los problemas del mundo,  suelto un bufido y  se perfectamente que no va  a gustarle lo que le diré.

—Olvídalo, mamá. La gente sin experiencia no nos sirve, no saben controlarse. Todo se le va de las manos.. ¿Es que no viste lo que pasó con Ana, con Scott? —Silencio. — ¿No viste lo que pasó conmigo?

—Nadie tuvo intenciones de lastimar a nadie, Liam. Ustedes eran jóvenes, y bueno...Ya sabemos lo que pasó,  pero será distinto con Clara. Tiene carácter, además cuidaremos de ella si es necesario.

—Por supuesto que es necesario. 

Otra persona, quizás me culparia de lo de Ana y lo de Scott,  me mantendría alejado de la tal Clara, por su propio bien.  Por mi propio bien, también. Pero mi madre no emitió ninguna objeción, y yo sabía que la mayoría del tiempo era un imbécil.  Pero también sabía que existían peores personas que yo.

—Pues con veintiuno, sigue siendo una niña. Además, no tiene experiencia. ¿¡Qué hará aquí!? No aguantara la exposición.

—Quizás ella no tenga la misma reacción que tu, hijo. Se que fue duro, y que apenas pudiste olvidar lo de los ataques de pánico pero…

—Ya, ya. Suficiente por favor. —Le suplique, respetuosamente. —Bueno, veremos qué ocurre. Si ella está de acuerdo y todo eso. 

—Tendremos una cena en su casa esta noche, para conocernos y ponernos al día. ¿De acuerdo? Confía en nosotras, cariño. Todo irá bien, sé que no tienes malas intenciones. 

Aprendiendo a ser femenina © #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora