capítulo once

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Drake  mantiene su concentración en la tablet y por lo tanto ni siquiera se da cuenta de que estoy ahí, aprovechó eso para soltar un grito asustando desprevenidamente causando también que caiga al suelo.

—¡Demonios! —Se quejó, poniéndose de pie. — ¿Por qué estás tan loca?

—No estoy loca, estoy aburrida. —Me defendi sentándome  junto a él.  — ¿Qué  se supone que estás haciendo?

—Compro cosas por internet.

—¿Compras algo para mi?

—No.

Le di una mirada en blanco y me crucé de brazos, había estado pensando en una cosa que podía comprar pero todavía no tenía demasiado dinero -Lo sé,  lo sé  ¡Que penoso!- Pero estaba pensando en que quizás no estaría mal tener un poco de maquillaje.

Aunque a estas alturas ni siquiera es misterio que no se usarlo bien, prefiero mi rostro al natural porque es una de las pocas cosas sobre mi cuerpo  de lo que no me siento insegura.  Quizás busco usarlo solo por apariencia o porque admito que  me agrada como se ve en el resto de la gente, sobre todo cuando saben usarlo.

—Quiero comprarme algo, pero me da vergüenza hablarlo con mamá. 

Drake mueve sus cejas hacia arriba y hace un lado la tablet para mirarme por unos segundos, no entiendo su expresión hasta que abre la boca.

—¿Tiene que ver con algo sobre sexo?

Abro mis ojos ¡Idiota! No tenía nada que ver con sexo, pero si así fuera  no hablaría de eso con él.  Niego rápidamente reincorporandome.

—Hablaba de maquillaje.

Frunce el ceño confundido y vuelve a mirar la tablet.

—No entiendo porque te  da vergüenza pedirle a mamá.  Se supone que hablan entre ustedes sobre eso.  Más ahora que planea convertirte en… No se que. 

Convertirme  en no se qué.  Ha de ser una muy buena incógnita  que ni Dora la exploradora  sería capaz de resolver. Muerdo mi mejilla y suelto el aire que he estado aguantando.

Temo a la reacción de mi madre cuando le diga que quiero comprarme maquillaje, se que quizás su exageración  se hará presente y quizás a mi papá le moleste eso. Además no es que quiera un centro comercial entero,  solo quiero algunas cosas como para probar algo nuevo y ya.

—Bueno, di que quieres y te lo compro. Pero con límites, tampoco tengo tanto dinero como crees.

Lo miro con sorpresa y agradecimiento, he tenido una charla con Cassie  sobre esto ya que ella conoce más de maquillaje y moda que yo. Relamo mis labios y elijo una base económica, un delineador un polvo compacto  y un labial. Drake me mira curioso.

—¿Solo eso?

—Dijiste que con limites y creo que no necesito más para empezar, te pagaré  cuando cobre mi sueldo.

—Esta bien, acepto el trato.

Drake añade todo al carrito de compra y confirma el envío, suelto un suspiro y cierro los ojos. La experiencia del otro día con esas chicas hablando de mi me había dejado un gusto amargo en todo el cuerpo. Se supone que no debería importarme y tenía que sacar carácter para mandarlos a la mierda a todos, pero en parte mi padre tenía razón:  Todavía no estaba preparada para toda esa exposición  y no sabía lidiar con el resto del mundo o los malos comentarios.


—Vendrán mis amigos hoy a la tarde, avisó sobre todo por si aparece la desquiciada de Cassie.

—Oye, no seas grosero.

—No entiendo  porque a nadie le gusta escuchar sus verdades, en fin ya sabes que….

—¿Eso incluye a Noah?

Drake asiente lentamente y es mi momento de hiper ventilar. Bueno, Noah es uno de los amigos de Drake y es todo lo que está bien en el planeta, en serio. Aquel chico es simplemente precioso y digno de mirar, no entiendo como nadie me ha encontrado babeando por el todavía. 

No tener un crush por Noah Brown era medio una misión imposible, sobre todo cuando sonreía porque unos adorables hoyuelos  aparecían en sus mejillas.

—El otro día me pregunto por ti.

Volteó  hacia el completamente aturdida.

—Espera ¿Qué?  ¿Sabe mi nombre?

Drake se rio y asintió, tener  a Noah preguntando por mi era nuevo e inesperado.  Sentí como mis mejillas empezaron a calentarse.

—Ah, bien.

No se que ganaba ahora  con hacerme la indiferente pero lo intente. Aunque por dentro ya estaba nerviosa como toda una quinceañera  con su primer amor –Bastante absurdo porque apenas me había enterado que Noah sabía mi nombre. – 

—No traeras  a Cassie la loca ¿Verdad?

—No puedo prometer nada.

Con una sonrisa me alejé de la habitación y volví a mi cuarto a perder tiempo con el móvil, a mi madre posiblemente le de un ataque si se entera que no estoy haciendo nada productivo.

Por curiosidad y quizás aburrimiento, agarre mi teléfono y busque en Instagram  la cuenta de Liam, tal como Cassie había indicado su usuario estaba en privado pero vi que teníamos seguidores en común. Frunci  el ceño todavía más  Drakeblack  Becky.b y Cassie_rocks siguen a este usuario. 

¡Ah! Traidores. 

¿Drake lo seguía?  Eso sí me había tomado de sorpresa, cerré la sesión de mi Instagram y entre al de mi hermano quien a veces usaba su cuenta desde mi móvil y dejaba la contraseña guardada.   Puse el nombre de Liam en el buscador y me llevé una doble sorpresa porque el también seguía a Drake.

Me pregunto con qué  lo habrá sobornado la sabandija.

No fui capaz de encontrar mucho en esa cuenta  media fantasma, no tenía historias destacadas  y solo contaba con unas veintitrés  publicaciones. Algunas selfies  pero más que nada fotografias que tomaba a otras cosas.   Se alejaba mucho del perfil de alguien famoso, por ejemplo en la cuenta de Scott estaba lleno de fotos suyas y también canjes o publicidades.

Maldije al darme cuenta de lo que estaba haciendo ¡Estaba stalkeando al gusano de Liam!  Un comentario si podía decir: Era guapo tanto en fotos como en persona.

Aquel pensamiento colmó el vaso  y  termine cerrado la aplicación, lo mío era tan ridículo y vergonzoso que tendría que agradecer que nadie más esté viendo. Claro, además de los millones de hackers que rondan por internet.

Me había dado un poco de curiosidad el saber porque Liam había decidido no ser famoso, cerré mis ojos y suspire.

Estaba comenzando a pensar en cosas que no debería.

Aprendiendo a ser femenina © #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora