Lo prometido es deuda, aquí Takahiro y Sanzu.
Mellea Copolla era el nombre de la mujer que se llevo a Takahiro para hablar de negocios, había venido con su hermano desde Italia para asistir, aunque con su vestido, al forma en que hablaba, su lenguaje corporal y las indirectas mostraban sus verdaderas intenciones.
Takahiro: -(que desagradable)- pensó
La única razón por la que la estaba soportando, era porque necesitaba firmar un trato con el hermano de Mellea para poder abrirse por el mercado en Europa, estaban en un lugar apartado, con muchas puertas, creo que no tengo que explicar que cosas se escuchaban por ellas.
Mellea era una mujer hermosa sin duda, de larga cabellera rubia, piel blanca, rasgos europeos con ojos rojos, con un vestido rojo ceñido al cuerpo, con una abertura donde se podía ver una de sus piernas, espalda descubierta, sin mangas y un corte en V bastante pronunciado.
Pero como todos sabemos, a Takahiro le van más las salchichas.
La mujer con una de sus manos acaricio el brazo de Takahiro, estaba por acercarse más, pero alguien llego para detenerla.
Sanzu: -Mellea, cuanto tiempo linda- dijo llegando, tomando de la cintura a la mujer
Mellea se sobresalto, pero luego volvió a su actitud normal, pegándose a Sanzu, mientras Takahiro solo miraba.
Su relación con Sanzu era sinceramente, confusa, ¿Eran amantes, pareja, o solo se revolcaban para satisfacerse el uno al otro?, no lo sabia con certeza, y de nada serbia la actitud tan complicada del pelirosa, que le susurro algo a la mujer, que sonrió, para luego despedirse de ambos eh irse.
A penas se fue, Sanzu lo tomo de la mano y lo arrastro a una habitación, al cerrar la puerta lo acóralo contra la puerta.
Sanzu: -¿Se puede saber porque estabas con ella?- dijo molesto
Takahiro enarco una ceja, esto era nuevo en Sanzu.
Takahiro: -solo hablábamos-
Sanzu: -¿Crees que soy tonto? ella estaba a nada de traerte para acá- dijo con el seño fruncido
Takahiro: -¿Te han dicho que te vez lindo enojado?- dijo, la verdad si se veía lindo enojado, parecía un cachorro molesto
Sanzu: -cállate idiota, no es momento para eso- dijo con un leve rubor en sus mejillas
Takahiro: -si te sirve de algo, no iba a aceptar tener sexo con ella, solo la soportaba para poder hacer un trato con su hermano- dijo, iba a ser sincero
Sanzu: -¿Que clase de trato?-
Takahiro: -es para poder abrirme en el mercado de órganos en Europa, Mellea es su consentida, por lo que solo la soportaba para poder firmar el trato-
Pudo ver como Sanzu se relajaba ante eso, lo tomo de la cintura y lo atrajo hacia él, sorprendiendo al de marcas.
Sanzu: -espera, ¿Qué crees que haces?-
Takahiro: -¿Estas celoso porque ella estaba conmigo?- quiso saber
Sanzu: -no, esa zorra no me importan, lo que me importa era que- se quedo callado al darse cuenta a tiempo de lo que iba a soltar
Takahiro: -¿Que cosa Sanzu? vamos, dilo- dijo mientras comenzaba a bajar una de sus manos
Sanzu se puso nervioso, cosa que le gusto a Takahiro, saber que él podía ponerse de esa forma solo por ser tocado por él le encantaba.
Takahiro: -Sanzu, quiero que lo digas, ya me estoy cansando de solo tener sexo- dijo, la verdad ya no le estaba gustando -quiero algo más-
Sanzu: -¿Algo más?- dijo tímido poniendo sus manos en el pecho de Takahiro
Se nos vino el Sanzu tímido señores, me encanta Sanzu uke.
Takahiro: -si, quiero estar en algo contigo- eso dejo sorprendido a Sanzu -pero si no quieres, lo acepto, ¿Qué dices?- quiso saber
Sanzu se quedo callado, sin saber que decir, Takahiro al ver eso suspiro, para luego soltar al pelirosa, se dio la vuelta, listo para irse, pero lo detuvieron.
Era Sanzu que le tomo la mano.
Takahiro: -¿Sanzu?- dijo volteándose para verlo
Sanzu: -bien, intentémoslo- dijo con la cabeza gacha -pero te abierto, soy posesivo y no te dejare irte de mi lado- le advirtió viéndolo ahora a los ojos
Takahiro solo sonrió, para tomarlo de nuevo por la cintura, mientras Sanzu lo abrazaba por el cuello.
Vio la cama de la habitación y sonrió, no le vendría mal usarla.
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Nuestro pintor [Hermanos Haitani x Oc male] [Completada]
RomanceRan y Rindo Haitani, aparte de altos mandos de una de las mafias más poderosas de Japón, eran amantes de la pintura y pintores aficionados, ¿Cómo fue que terminaron así? nadie sabe. Un día les llegaba una invitación a una exposición de arte exclusiv...