Llego el día de la reunión, la cual claramente era lujosa, Tsubasa se puso un suéter negro con cuello de tortuga, que era tallado a su cuerpo dejando ver su delgada silueta, con un collar de oro que sobresalía, un saco blanco que lo dejo abierto para dejar ver el suéter, un reloj de plata, unos pantalones del mismo color del saco, con un cinturón de cuero marón con hebilla de oro que estaba oculto por el súeter, y zapatos negros. Peino su cabello lo mejor que pudo y se puso algo de perfume.
Ran opto por un suéter de cuello de tortuga negra como Tsubasa, solo que sin un collar, con un traje gris oscuro con botones de plata, Rindo por otro lado tenia un traje negro con un camisa blanca y corbata negra, a los dos les sentaba muy bien, el perfume que se pusieron era delicioso sin duda.
Bajaron y se subiera una limosina con el resto de los de Boten, al llegar al lugar era un alto edificio ubicado en la zona rica de Tokio, fuero a la plata más alta, donde ya habían muchas personas del bajo mundo, entre las personas vio a Takahiro y Sanzu.
Tsubasa se fue con Takahiro, mientras Sanzu se fue con Mikey para dar inicio a la reunión, aunque era más una fiesta para hacer negocios, una vez estuvo con su amigo vio a los otros altos ejecutivos de la mafia de Takahiro, los cuales se alegraron de ver al pintor de nuevo, es que le caí muy bien el chico.
Y así la fiesta/reunión comenzó.
Había mujeres para atender a los invitados como meseros, Tsubasa estaba sentado en unos sillones con sus amigos ejecutivos de la mafia de Takahiro, a su lado estaba su amigo, en ningún momento los Haitani o Sanzu se acercaron, no le tomo importancia, pero fue cuando al pintor le vino una duda.
Tsubasa: -oye, Takahiro- le llamo
Takahiro: -¿Uh?-
Tsubasa: -¿Ya tienes algo con Sanzu?- pregunto bajito, solo Takahiro pudo escuchar
Takahiro: -es complicado la verdad- dijo igual de bajo para que solo Tsubasa entendiera -en ocasiones actúa como si no fuéramos nada, y en otras me pide mimos y se pone cariñoso, en otras solo quiere sexo y ya- dijo suspirando al final y tomando de su copa -¿Y tu con los Haitani?-
Tsubasa: -ya acepte salir con ellos- dijo tranquila tomando se su copa tambien -aun me sorprende que los hayas aprobado-
Takahiro: -bueno, tal vez entiendo en parte como es de complicado tener pareja en este mundo- dijo mirando de reojo a Sanzu que estaba al lado de Mikey
Tsubasa: -ya veo- dijo mirando a los Haitani que estaban hablando con unos hombres
Hablaron un poco más hasta que una elegante mujer le hablo a Takahiro y los dos se fueron, Tsubasa pensó que hablarían de negocios, se quedo solo tomando se su copa, hasta que...
???: -disculpe, ¿Es usted el pintor Tsubasa Kajiwara?- dijo alguien de repente
Tsubasa levanto la mirada, encontrando con un apuesto hombre de cabellos rubios y mirada verdosa, por su forma de hablar pudo notar que era ruso, se le hacia conocido.
Tsubasa: -así es, soy yo- dijo dando una leven sonrisa y parándose del sillón -¿Y usted es?-
???: -Dimitri Pávlov- dijo extendiendo su mano y Tsubasa la estrecho -supongo que no me recuerda, ¿No?- dijo con una sonrisa
Tsubasa: -deme un momento- dijo y se puso a recordar -ya se, fue hace unos años, en Milán, usted compro una de mis pinturas a un precio elevado en mi opinión-
¿Cómo iba a olvidarlo? compro una de sus pinturas en una subasta de caridad que izo en Milán, casi se desmayo al ver la cantidad de dinero, la subasta era para darle de comer a niños pobres en Haití, la comida comprada con el dinero que dio Dimitri alimento a niños por 6 meses seguidos.
Dimitri: -fue un precio insuficiente para una pintura tan hermosa en mi opinión- dijo con una sonrisa
Tsubasa: -si usted lo ve así, no tengo problema- dijo ocultando su vergüenza por lo que dijo el rubio
Hablaron un poco más y el ruso le convenció para ir a hablar al balcón que había en la gran habitación, al principio Tsubasa se negaría, pero cuando Dimitri le hablo sobre hacer un pedido de pinturas, acepto y salieron.
Todo siendo visto por un par de ojos violetas recelosos.
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Nuestro pintor [Hermanos Haitani x Oc male] [Completada]
RomansaRan y Rindo Haitani, aparte de altos mandos de una de las mafias más poderosas de Japón, eran amantes de la pintura y pintores aficionados, ¿Cómo fue que terminaron así? nadie sabe. Un día les llegaba una invitación a una exposición de arte exclusiv...