'¿Un beso por un trago?'
Los antros tienden a tener a algo que los caracterice, ya sea una mascota, una bebida, o incluso un bartender, pero en el caso del antro "mr. And mrs. Eis" era una cosa particular, máscaras, antifaz y disfraces se permitían por todo el año, y no se le permitían la entrada a quienes no trajeran con el lo pedido. En caso de no saber la tradición del lugar, en la entrada te daban un antifaz, sencillo de color blanco liso pero cumplía con las normas.
Dentro del antro había doble altura, todo es de blanco, desde los sofás, puffs, mesas o barras, hasta el mismo piso y paredes, con aire acondicionado todo el año sin excepción, siendo algo frío, la novedad del momento y los cócteles que daban eran tan únicos del lugar que se hizo famoso entre los jóvenes y uno que otro borracho.
Sin embargo el muchacho que miraba desde la zona imperial del lugar no era ni un borracho ni un joven, al menos no por edad ni comportamiento, solo la apariencia lo hacía ver como un muchacho.
La zona imperial es un área en el segundo nivel que dejaba ver al primero, y portaba una Bartender especial, y asientos contados, pocos tenían acceso a el.
Y en una alta mesa con una silla del mismo vuelo está el, el joven no tan joven, tenía un antifaz negro liso, haciendo visible sus ojos negros junto a su nariz griega, sus labios delgados, se le veía pálido, y su pelo castaño claro con un lunar de canas a la mitad del pelo, dándole un toque especial a este individuo, el cual era obvio que no podía pasar desapercibido.
Se encontraba perdido en su celular, en la espera de un mensaje impaciente, odiaba salir a ese lugar en especial pero no tuvo elección, su mejor amiga lo jalo como pudo para que estuviera presente. Y como si de un milagro se tratará, llegó ese tan esperado mensaje, no era lo que esperaba el hombre ⟩⟩Es gab ein Problem mit etwas, ich komme zu spät, Entschuldigung, Eis, nimm etwas, das im Haus herumläuft [surgio un problema con algo, llegaré tarde, perdón hielo, toma algo que corre por la casa]⟨⟨
Genial, tenía que esperar otra media hora más, y no planeaba tomar más, no estaba en sus planes joder sus riñones con tanto alcohol. Bebió de un solo trago su laguna azul.
La música, las voces, todo se hacía más y más ruidoso para el, hasta que de la entrada del primer nivel se escuchó un grupo animado de personas, todas venían alegres, eran dos mujeres y tres hombres, la mayoría morenos y de ojos oscuros, una de las chicas fue con el encargado de la música y pusieron una pieza más movida.
La música se intensificaba, pero luego dos de los hombres tomaron un micrófono que consiguieron de la nada, o posiblemente le habían coqueteado a una de las encargadas del sonido, uno de ellos fue el que se veía más alegre y coqueto con todas las mujeres que se le cruzarán.
Mucho ruido para ese hombre de mechón blanco.
[...]
Minutos antes de esa llamativa y espectacular entrada, a unas cuadras del antro venían hablando un grupo de amigos, hablaban español a pesar que estuvieran en Londres, Inglaterra.
El segundo más alto de ellos se robaba suspiros de las transeúntes con su sonrisa conquistadora, tenía un pelo corto rapado de abajo y pintado de un rojo oscuro que en la oscuridad se podía confundir fácilmente con negro, sus ojos eran otro encanto, eran de un tono miel, y en ese lugar del mundo en específico su piel morena era todo una novedad, pero lo que coronaba todo eso era un collar de oro que portaba un dije extraño, era de una tortuga que en su caparazón había una piedra preciosa de cuarzo.
Veía una señorita pasar y con ella se iban sus ojos, hasta que de un sape lo sacaron de sus pensamientos -¡weon te estoy hablando!, Que no se te vayan los ojos por una falda sapo culiao- regreso a ver a quien le hablo, un chileno de pelo castaño, y ojos negros, ligeramente menos alto que el -¿qué wey?, No sería la primera vez que te dejo por una falda- dijo sarcástico, sin embargo la señorita más alta de ellos que venía caminando a su lado le dió otro sape -vos sabés cómo es Chile y que es tan pelotudo que se toma las cosas literal-
ESTÁS LEYENDO
Del río
RomanceUna noche como cualquiera, una cara bonita y una bebida en juego ¡Un beso no se le niega a nadie! Hasta que de das cuenta que besaste a quien menos debías. [Rusmex]