Capítulo 4: La imaginación...

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Capítulo 4: La imaginación...

Toqué la puerta de su casa, nadie me respondió, la volví a tocar, tampoco. Seguí tocando, pero nada. Derepente, sentí la presencia de alguien atrás mío, me di la vuelta y ahí estaba él, mirándome con una sonrisa juguetona en sus labios. En menos de un segundo, puso su mano en mi espalda y me atrajo hacia él, acortando la poca distancia que nos separaba, y sin pensarlo dos veces me besó, apasionadamente, sin fronteras, yo respondí a su beso encantada, con una mano tomé su cuello y con la otra le revolvía el cabello, el me apretó con más fuerza, y su beso se volvía cada vez más fuerte, más potente, más.... Abrí los ojos, estaba perdida, nunca había tenido un sueño tan vívido como ese, no podía creer que mi imaginación podía ser tan real. Me levanté de la cama, era muy temprano, tenía los nervios a flor de piel, porque aunque apenas había hablado con este chico, y, ni si quiera sabía su nombre, me encantaba, y hasta había soñado con él.

Tomé de mi armario un vestido azul, me puse unas medias negras, unas botas con taco, y un abrigo negro. Me pinté un poco, me recogí el pelo a un lado y estaba lista, me miré al espejo y sonreí. Me devolvió la sonrisa una chica de 17 años, ni alta ni baja, pelo castaño y ojos azules, era guapa, o por lo menos eso era lo que me decían.

Tomé la bolsa con la ropa de mi chico y salí de la residencia, llegué a la fuente y volví a caminar el tramo hasta su casa, solo que esta vez era sin su cálida compañía. Toqué la puerta, y, a diferencia de mi sueño, me abrieron enseguida. Pero no era él, era otro chico, de unos 19 años, rubio y pálido. No parecía sorprendido por verme, lo que era extraño, ya que yo no lo había visto jamás. "Hola"-le dije-"Soy Gean, vengo a dejarle esto a alguien que vive acá, ¿se lo puedes dar t.."- pero antes de que terminara la frase me agarró del bazo y me encerró en una habitación, la de Mi chico. -"Eh! Déjame salir"-"¿Qué haces?"- No entendía nada, ¿Por qué me encerraba aquí? ¿Por qué no me contestaba? ¿ Y por qué no fue mi salvador el que me abrió la puerta? Golpeé la puerta sin parar mientras gritaba que me dejase salir, ya me estaba asustando.. No entendía nada, qué pasaba si realmente era un violador y me encerraba aquí para después tenerme más a la mano, o si era un asesino, y me mataba y luego cortaba en pedacitos, o peor, primero me cortaba en pedacitos y esperaba a que me muriera desangrada... Pero no, él era bueno, tenía que serlo. Me cansé de pegarle a la puerta, así que me senté sobre la cama y tomé el libro que había en la mesita: "Crónicas de la dragonlance". Así que no sólo era súper ultra guapo, si no que leía, me encantan los chicos que leen, no se por qué, pero suma puntos. Empecé a hojear el libro y me encantó, parecía muy interesante, de aventura, como me gustan a mi. Ya había llegado a la página 32 cuando se abrió la puerta de golpe, y ahí estaba él, con su cabello igual de desordenado, sus ojos igual de penetrantes y su boca igual de besable, o quizás más aún. Lo miré con cara de enojo, aunque no puedo negar que mi guata dio un vuelvo como de una montaña rusa. Él se encogió de hombros, parecía igual de perplejo que yo. "Hey, ¿Qué haces aquí?"- me preguntó - "Lo mismo me pregunto yo"- le dije - "Vine a devolverte la ropa y me abrió la puerta un tío que parece estar mal de la cabeza, porque me ha encerrado aquí sin dar explicaciones, llevo más de 15 minutos sin poder salir"- Y para mi asombro, se empezó a reír, a carcajadas, sin poder parar. "Eh! De qué te ríes, que no es gracioso!"- le dije, aunque después de un tiempo me entró la risa tonta a mi también y nos reímos los dos, sin poder parar. "Pero de qué te ríes tanto, no que no era gracioso?"- me dice, dejándome perpleja, ya que al parecer el ya había parado de reírse y yo seguía riéndome sola, como imbécil. Menuda impresión le estaba dando al chico que podría ser el amor de mi vida. "Nada, que me has contagiado la risa, ¿de qué te reías tú?"- le pregunté, mirando hacia otro lado, ya que mi cara se había puesto fucsia. "Es que resulta ser que el tío que está mal de la cabeza es mi amigo, y está bastante más cuerdo que yo. Supongo que como ayer le conté sobre ti, quiso darnos un empujoncito a su manera, el problema es que sus maneras son medias..." - ".... ¿Idiotas? ¿Estúpidas?..." - Le terminé la oración. Pero pese al enojo que estaba demostrando, por dentro saltaba de emoción, si le había hablado a su amigo sobre mi, era porque algo le pasaba conmigo ¿No?.

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¿Qué creen que pasará? ¿Gean seguirá enojada con él o se empezará a acercar?

Gracias a todos los que comentan y votan, realmente me inspiran ;)

Tras sus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora