Capitulo 12: ¿Crees en el amor?

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  • Dedicado a Mali Ilic
                                    

Capitulo 12: ¿Crees en el amor?

El Queensberry Hotel se encontraba en el centro de Bath, en 5 minutos ya stábamos ahí. Theo había hecho el check-in antes, así que subimos a <<nuestra>> habitación enseguida. Me estaba muriendo de frío, el efecto del chocolate caliente ya se estaba terminando, tenía la piel de gallina, y mi ropa empapada no era de mucha ayuda... Antes de entrar a nuestro cuarto entré en pánico, ¿Sería una sola cama para los dos? ¿Serían dos camas? Y si fuesen dos camas, ¿significaría que no le gusto o que me está dando privacidad? Mis miedos se esfumaron cuando Theo abrió la puerta. Una linda habitación con DOS camas me estaba esperando. Miré a Theo, se veía algo avergonzado, seguramente él había pensado mucho lo de las camas y había llegado a la conclusión de que camas separadas era lo mejor ¿O no lo era? O quizás ni siquiera lo había pensado... Quizás solo me veía como su amiga... ¿O me veía como alguien importante? Sí, claramente me veía como alguien más, si no, ¿Qué era lo que me iba a decir en el bote? Quién sabe, a lo mejor me iba a decir que estaba enamorado de alguien y quería consejos amorosos o quizás me iba a confesar que era gay... ¿Gay? ¡No!, ¿¡cómo va a ser gay!? ¡Si nos besamos! Y sí que besa bien...

Dejé mis cosas sobre la cama que estaba más cerca de la ventana, tenía una vista fenomenal, podía ver todo Bath desde ahí. Abrí la ventana e inhalé el aire, el conocido aroma a mar invadió mi cuerpo, haciendo que un sentimiento extraño se posara en la boca de mi estómago. Ese olor me traía recuerdos, nostalgia, felicidad... Me acordé de los veranos que pasábamos en la playa con mi familia, cuando yo era pequeña, antes de que muriera mi abuela, íbamos todos los primos a buscar agua de mar, la poníamos en baldes de plástico y corríamos a mojarla. Ella hacía como que se enojaba y nos perseguía hasta que nos veíamos obligados a meternos al agua, era el único lugar en el que estábamos a salvo, ella odiaba meterse al mar...

Theo me abrazó por atrás y apoyó su barbilla en mi hombro.

-"¿En qué piensas?"- me preguntó-"Te ves triste".

No le contesté, mi abuela había sido muy importante para mí, el día que murió todo mi mundo se vino abajo. Me dolía hablar de ella, pero quería contárselo, él había sido sincero con lo de su hermana, se merecía mi confianza.

-"Pensaba en mi abuela"- le dije- "El olor a mar me acuerda a ella".

Theo se quedó callado, así que yo seguí hablando:

-"Tenía una casita en la playa, en Argentina, íbamos siempre para allá, era su lugar favorito porque le acordaba a mi abuelo. Un día se fue a dormir temprano, después de haber visitado a mi abuelo en el cementerio, dijo que se sentía mal. Al día siguiente no despertó. Me gusta creer que fue a pedirle a mi abuelo que se la llevara con él, y él la pasó a buscar y se fueron juntos... No sé a dónde, pero sí sé que siempre van a estar juntos, eran el uno para el otro."-

Una lágrima corrió por mi mejilla cuando terminé de decir esto, no quería llorar, así que me la sequé rápidamente con la manga de mi chaleco. Theo hizo como que no se daba cuenta. No quería seguir hablando del tema, así que le di un beso en la mejilla, tomé mi bolso y fui al baño a ducharme y cambiarme de ropa, se me había olvidado el frío que tenía. Me miré al espejo, estaba horrorosa, tenía los labios morados, la cara muy blanca y el pelo hecho una maraña. Si es que le seguía gustando a Theo con esta pinta era porque realmente le gustaba. Prendí el grifo del agua caliente y una vez que estuvo hirviendo me metí a la bañera. Sentí como cada músculo de mi cuerpo se relajaba ante el contacto del calor. Estaba demasiado tensa por todo lo que había pasado a lo largo del día, mi cuerpo agradecía estos minutos de relajación.

Tras sus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora