Capítulo 14: Un poco de nada

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Hola, primero que nada les quería contar que desde ahora la historia va a estar contada en presente y no pasado. No sé por qué, pero me aburrió esto de escribir cosas que pasaron, puede que no se den ni cuenta, pero sólo quería avisarles a las que sí lo van a notar. Ojalá que les guste!

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Capítulo 14: Un poco de nada

El destino... ¿Qué es? ¿Existe realmente? Quizás es como lo creían los antiguos romanos: no se puede luchar contra el destino, está todo escrito y haga lo que uno haga, pasará lo que el destino decida. Quizás uno sí puede cambiar el destino, y el destino pasaría a ser una suma de simples decisiones, esas elecciones que lo cambian todo. El problema es que uno nunca sabe lo que va a pasar si es que elige tal o cual cosa. Uno nunca va a saber que hubiera pasado si es que en vez de salir tarde, hubiera salido temprano... Quizás no se hubiera quedado pegado en el tráfico, o quizás habría llegado a tiempo a una reunión... Es que cosas tan simples y pequeñas pueden cambiar la vida entera.

Y eso estoy pensando en este momento, mientras por tercera vez, alguien golpea la puerta, interrumpiéndonos.

Nos miramos y yo no puedo evitar soltar una risita, claramente hoy no es el día para esto, y pese a que me muero de ganas de estar con él de esa forma, me alegro de que nos interrumpieran. Antes teníamos que concretar la relación, no puedo "estar" con cualquier persona, aunque Theo claramente no es cualquier chico...

Me levanto de la cama y camino lentamente hacia la puerta, mientras me abotono rápidamente la blusa rosa. La abro, y ante mi sorpresa, me topo con los verdes ojos de la señora Montgomery.

-"Hola"- le digo, tendiéndole la mano. Ella me mira suspicaz, seguramente no esperaba verme aquí, pero de todas formas me devuelve el saludo, e incluso me sonríe. Algo intimidada la dejo entrar al cuarto. Theo se levanta de la cama en un dos por tres, él tampoco esperaba verla aquí otra vez.

-"Theo, tenemos que hablar"- dice ella, poniendo énfasis en la parte de "Theo". Capto la indirecta y me voy de la habitación, dejándolos solos. Decido que lo mejor es no escuchar bajo la puerta, claramente es muy probable que vuelva a llegar a la conclusión equivocada, así que bajo a la recepción. Me siento en el sofá que da a la ventana, tiene una vista fenomenal. Al lado mío hay un chico de unos 19 o 20 años. Bastante guapo. Está hablando por teléfono, parece enfadado. Me gana la curiosidad y me concentro en escuchar lo que está diciendo.

-"No mamá, no voy a volver hasta dentro de unos meses, ¡no insistas más! Voy a estar con Marie te guste o no."- Que coincidencia, se llamaba Marie, igual que mi amiga. Se escucha una pausa mientras le contestan por el otro lado del teléfono. Luego sigue:

-"No! Ella no va a volver con su madre, nos vamos a quedar aquí, juntos"- Su historia me parece conocida... Pongo más atención:

-"Ya sé que es menor de edad, pero cumple 18 en unas semanas, va a ser libre, va a poder hacer lo que quiera."-

-"Mamá, digas lo que digas no voy a cambiar de opinión, adiós"-

Luego colgó el teléfono y dio un largo suspiro, me miró, extrañado de mi curiosa mirada.

-"Hola"- le digo, por decir algo

-"Hola"- me contesta, entrecerrando los ojos.

-"Me llamo Gean"-

-"Yo soy Tom"-

Me atraganto con la goma de mascar que estoy mordiendo. ¡Tom! Es el novio de Marie, tiene que serlo. Pero... No, no puede ser, ¿Marie no viene de Brasil?

-"¿Hablas portugués?"- La pregunta sale de mi boca antes de alcanzar a procesar lo que estoy diciendo.

-"Sí, de hecho vengo de Brasil, pero estaba hablando con mi madre, a ella le gusta practicar el inglés conmigo"- como que piensa lo que está diciendo y dice:

-"¿Y por qué te estoy contando todo esto?"-

-"Creo que conozco a tu novia, Marie ¿no? Está conmigo en la residencia de Londres. Él me mira enfadado, se levanta y se va. Que tipo más raro, espero que no sea el novio de Marie. Luego de un rato de espera en el sofá, llega la madre de Theo, tomada del brazo de él. Parecen felices, relajados, sin rencores ni malentendidos de por medio. La madre de Theo se acerca, se despide y se va a su casa. Yo y mi chico de los ojos verdes volvemos a la habitación y empacamos. ¡Nos vamos a Oxford!

Abro la puerta del copiloto y me pongo el cinturón enseguida. Theo se sienta en su lugar y prende el motor. Nos espera un viaje bastante largo..

Nunca me ha gustado mucho andar en auto, me mareo, me siento mal, se me cansa la espalda, pero ahora me siento peor que nunca, creo que en cualquier minuto voy a vomitar.

-"Theo, por favor para el auto"- Él, al ver mi cara verde de mareo se detiene lo antes posible, me bajo corriendo y vomito. Me siento un poco mejor, por lo que me vuelvo a subir al auto, Theo luce preocupado.

-"¿Estás bien?"-

-"No lo se, creo que el almuerzo de hoy me mató el estómago"-

-"Claro, debe ser la falta de costumbre de comer carne, mejor te llevo a tu residencia, para que te mejores, parece que te pegó realmente mal nena"-

-"No, no quiero dejarte sólo"-

-"No te preocupes por mi, en realidad solo quería estar contigo, pero puedo hablar con mi hermano sin problemas"- dice esto mientras me sonríe tiernamente. Le sonrío de vuelta y cierro la puerta del auto.

-"Vamos entonces, unos días de reposo en cama no le vienen mal a nadie"-

Creo que dormí el resto del camino. Ahora estoy en mi habitación, acurrucada en la cama transpirando. Seguramente tengo fiebre. Siento el ardor de mis ojos mientras se van cerrando lentamente. Cuando despierto ya es de noche, no sé si sigue siendo hoy o ya es mañana, lo que en realidad sería hoy... El tiempo y sus confusas horas... Tomo mi celular y veo la fecha. Ya es mañana, son las 2:43 de la madrugada, y milagrosamente me siento muy bien, y hasta tengo hambre. Me levanto de la cama y bajo al comedor, un chico asombrosamente alto se sienta en mi mesa mientras le echo avena a un bowl.

-"Hola"- Su voz es mas grave de lo que creía

-"Hola"- Le digo con voz ronca, después de tanto tiempo sin hablar. Nos quedamos los dos en silencio, siento la incomodidad en el aire, pero no tengo ganas de romper el hielo, acabo de resucitar de una intoxicación por culpa del pastel de carne ¡Me merezco un respiro! Al parecer él no aguanta más y dice:

-"¿Quieres venir conmigo y unos amigos al karaoke?"-

-"¿Karaoke?"- Creo que me estoy volviendo tonta, no podría haberle dicho algo un poco más... No se, ¿inteligente? Como por ejemplo: "No gracias, estoy recién saliendo de una dura enfermedad, sí, una desagradable reacción alérgica al pastel de carne ¿nunca te ha pasado? Lamento no poder acompañarlos... Ah, y por cierto, creo que estoy saliendo con un chico, se llama Theo, aunque no se si quiera seguir estando conmigo después de verme vomitando de esa manera... Pero creo que debías saberlo antes de creer que estoy soltera y dispuesta". No, definitivamente fue mejor mi monocorde respuesta, de hecho, el chico sin nombre me estaba respondiendo desde hace rato y no me había dado cuenta.

-"...entonces sólo somos tú, Gwen, Ross y yo, El bar queda a unos 10 minutos a pie desde acá"-

-"Ahh... Yo.. No puedo, gracias"-

-"¿Por qué no?"- Me pregunta, parece decepcionado.

-"Por que va a salir conmigo"- Contesta una voz, una voz que salió de la nada, y que no logro reconocer. Me doy la vuelta, y ante mi sorpresa me encuentro con él, con él y sus fríos ojos marrones.

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Perdón, perdón, perdón y 1.000.0000.0000.000 perdones!!!! No se que más decir...

Tras sus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora