Capítulo 7: El tesoro

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Capítulo 7: El tesoro

Llegamos a su casa, eran las 3:00 de la tarde, mis clases empezaban a las 5:00, aún tenía tiempo. Me senté en el sillón y Theo se fue a la cocina, volvió con una bandeja con té y scones. Me ofreció una taza, la tomé y sonreí al oler el Earl Grey, mi té favorito. Eso era algo que me encantaba de los ingleses, que tomaran té en todo momento. Tomé mi cámara de fotos y le saqué una foto a Theo, que se veía muy lindo tomando té en una taza azul con corazones. Él me miró un poco asustado. "¿Y eso qué fue?".

"Perdón, es que neceito hacer un trabajo para el colegio con fotos del Londres auténtico"-hice comillas con mis dedos cuando le dije lo del Londres auténtico-"Y no se, se me ocurrió que tu podrías servir". Le mostré la foto que le había tomado. Él me miró sorprendido "Hey, sacas fotos buenísimas!".

"Es que tú eres buen modelo"-le dije-"Y si te molesta que le de tus fotos a mi colegio, no importa, la borro y busco otra cosa".

"No, no me molesta para nada, sácame todas las que quieras".

"Lamento informarte que me tomo las cosas muy literalmente"-le dije, amenazadora , y luego empecé un bombardeo de fotos y flashes. Él se rió y empezó a posar y poner caras graciosas, lo que me hizo reír a mi también, después me quitó la cámara y me empezó a fotografiar a mi. Yo me metí en el papel y empecé a modelar como si estuviese en la pasarela. Pero en un momento me tropecé con la pata de una silla y me caí sobre él, botándonos al suelo. Y así quedamos, él abajo mío y yo sobre él. Me miró a los ojos y yo lo miré a él, mil mariposas revolotearon en mi estómago. Él me dio un tierno beso en los labios y nos quedamos así, besándonos en el suelo, uno sobre otro. Empezamos a girar, ahora yo estaba abajo, luego giramos de nuevo. Estuvimos así mucho rato, girando y pegándonos con todos los muebles que se interponían en nuestro juego, lo que nos hacía reír entre besos.

Un ruido despegó nuestros labios. Se había abierto la puerta, y el rubio que nos había encerrado estaba ahí, mirándonos entre asombrado y divertido. "Perdón, si interrumpo algo me voy"-dijo, mordiéndose el labio para aguantar la risa.

Yo me paré enseguida, muerta de la vergüenza, mi cara estaba rojísima. "No, no interrumpes nada"-le dije, mirando el suelo para que no se diera cuenta del color de mi cara. "Yo... ya me voy.."-dije, apenada de tener que irme, pero no aguantando más la situación. ¡Nos había visto revolcándonos por el suelo!.

Tomé mi chaqueta y mi cámara y salí. Eran las 4:15 ¡habíamos estado besándonos más de una hora! Y a mi se me había pasado volando. Lo bueno era que todavía tenía 45 minutos para volver a la residencia, incluso alcanzaba a comer algo, porque mi barriga rugía de hambre. Me fui de allí, ya iba por la fuente cuando unos gritos me hicieron darme la vuelta. "¡Gean! ¡Gean!"'- era él, Theo, que corría desesperadamente. Una vez que me alcanzó me dio un beso, me sonrió y se fue. Yo quedé en shock, ¿había corrido desde su casa sólo para darme un beso?¿Eso demostraba que yo no le gustaba y él sólo me quería para.. "ESO"?.

Me di cuenta de que tenía algo en la boca, me lo saqué y era una hoja de papel, tan doblada que quedaba del porte de una uña. Lo desdoblé con cuidado para no romperlo, ya que estaba medio mojado por la saliva. Era una nota, decía : "Gean, perdón por el idiota de mi amigo, es un imbécil. Pero eso no es lo que quería decirte, hoy, a las 8:00, en la fuente que nos conocimos va a haber una sorpresa para ti. Un beso, Theo".

No podía ser más tierno, el beso que me había dado era para darme la notita. Una tonta sonrisa se me dibujó en la cara, y caminé a la residencia todavía con la sonrisa en los labios.

Luego de comer una ensalada de tallarines y un brownie, fui a la clase de inglés, esta vez me tocó sentarme al lado de una chica que me dijo que se llamaba Marie. Me pareció muy simpática y alegre, creo que podría caerme muy bien. La clase fue muy entretenida ya que, en parejas, teníamos que inventar una historia, partía yo, podía decir sólo dos palabras y luego Marie continuaba la historia diciendo 2 más y así sucesivamente. Al final, nuestra historia se trató de una vaca morada que comía berenjenas en el aeropuerto...

Tras sus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora