Bully con V de Venganza (boyxboy)

B de Blanco y pegajoso

Camino con toda la confianza del mundo a la entrada de la escuela, es el primer día y después de un largo verano en donde me dedique a ejercitar mi cuerpo y construir la confianza en mi mismo, estaba listo para lo que sea que este ciclo escolar lanzara en mi contra.

-fíjate nerd- una bebida de dudosa precedencia y con una consistencia más espesa que la miel fue derramada en mi cabeza. Di un largo suspiro y me recupere  inmediatamente de la sorpresa para voltear hacia donde provenía la voz. Ahí en toda su gloria se encontraba mi peor enemigo, un ser que despreciaba y pudiera , lo eliminaría de la faz de la tierra. Pablo, el ejemplo perfecto de que la buena apariencia y la inteligencia no van de la mano.

No tuve otra opción que tratar de quitar lo que fuera esa sustancia de mis ojos para poder apreciar bien el rostro de mi atacante. Pablo, mi Bully de personal desde que entramos a la preparatoria, no se sabe a ciencia cierta por qué es así. Antes de cruzar a esta nueva escuela éramos los mejores amigos que pudiera haber en la faz de la tierra, pero al parecer el hecho de que fueran dos polos opuestos en la mayoría de los sentidos imaginables logró rompernos.

Somos totalmente distintos, Pablo un apasionado al deporte y ejercicio, con poco entusiasmo para la escuela, pero con más animo para cualquier plan que incluyera pasarla bien. Y luego estoy yo, un apasionado a la escuela, con un iq lo suficientemente alto para que mi familia y amigos me consideren un nerd y con la  suficiente sensatez de comportarme demasiado bien.

Dos gotas totalmente distintas, pero aún así lo hacíamos  funcionar, el uno complementaba al otro, ying y yang.

Sin más remedio me  dispuse a insultarlo en mi mente, ahí podía sacar toda su frustración y decir todo lo que en la vida real no podía. Me dirigí a mi casillero y saqué la camiseta de repuesto que siempre guardaba desde que empezaron a ocurrir los episodios donde mi cuerpo se veía cubierto de distintas sustancias. Era un volado con Pablo, un día podía estar remojado en alguna bebida y al día siguiente siendo empujado nada amablemente hacia alguna superficie.

Una vez en el baño, me cambié y me dirigí a la primera clase del día. Iba retrasado por 5 minutos, nada bueno en tu primer día de clase.

-¿Dónde estabas?- Nicolás me miraba como si estuviera demente. -Tienes suerte que el maestro no ha entrado al salón, sabes que está loco y no deja entrar a nadie después de él-

-tranquilo baby ya estoy aquí, el imbecil de Pablo me dio un baño de bienvenida- dije mientras me acomodaba para sacar los libros de la clase.

-¿Con que te baño esta vez?, todavía tienes restos de cosa blanca en tu cabeza- Nicolás extendió su mano para quitar restos de la bebida de mi cabello. - iughhhh que es esto?! Esta  blanco y pegajoso-

-cállate bobo, ¿quieres que los demás te escuchen?, no se que es, no me dio tiempo de preguntarle qué era-

- No te pongas de mala leche conmigo, solo trato de ayudarte, estupido - Nicolás rodó los ojos susurrando la última parte.

-te escuché-

Nicolás era un chico que conocí en el primer día de clase cuando recién entré a la preparatoria, compartimos gusto por las buenas notas y los comentarios sarcásticos y mágicamente al día siguiente ya éramos mejores amigos.

El profesor ingresó al aula de clases con su típicos comentarios pasivo agresivos que no toleraría faltas de respeto hacia su persona impuntualidad, y otras tantas cosas que ni siquiera puse atención.

Estaba tan enojado y concentrado en todo lo que pude haber dicho cuando Pablo me atacó que no puse atención al resto de la clase. Fingía hacerlo posando mi mirada sobre la pizarra e intentando no hacer contacto visual directo con el Maestro.