S de Sed de Venganza

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Soy un nerd.

Amo la escuela, amo venir a estudiar, a aprender, me siento cómodo aquí, aquí está la gente que quiero. O debería decir amaba. No quiero estar aquí, no quiero entrar, me aterra pensar en lo que va a pasar apenas me baje del coche.

-¿No piensas entrar?- cuestiona mi padre en un tono muy bajo, evitando todo el rastro de fastidio en su voz. Supongo que se siente culpable por lo de anoche. No le contesto, pero el mensaje me ha llegado muy claro. Me bajo del auto y no miro atrás, camino hacia la puerta, escucho los murmullos de las personas, me señalan, escucho algunos apodos. ¿Qué, nunca han chupado un pene?

Yo tampoco.

Bajo la cabeza, me dirijo con prisa al salón de clase, no me fijo por donde camino solo quiero llegar a mi asiento y hundirme en mi mesa. Choco contra algo o más bien alguien, levantó la vista, Geru el amigo de Pablo. Me mira con malicia y lo miro empujarme con rudeza.

-¿Que, quieres que me baje los pantalones?- comenta en burla, las risas no tardan en surgir y siento mi cara arder del coraje y la vergüenza.

-No creo que quieras mostrarnos tu pequeño pene peralta- oh Nico! Mi salvador.

-Cierra la boca puto nerd- lo señala con el dedo y se acerca mucho a su cara para intimidarlo, yo solo me quedo callado escondido detrás de Nicolás. Mi amigo se acerca para cerrar la distancia entre ellos y comenzar lo que podría ser una pelea.

-Ya, ya, Geru- Gabriel otro amigo de Pablo, el más sensato al parecer. -Déjalos en Paz- se interpone entre Nico y Geru.

-¿Que pasa aquí?- el prefecto aparece rompiendo cualquier indicio de pelea y todos huyen a sus diferentes destinos. Nico toma mi mano y me arrastra a la salida, estoy muy consternado para oponerme a faltar a la escuela. Corremos por las calles mano en mano, conozco esta ruta, vamos a su casa.

Se que a esta hora no debe de haber nadie, así que no me sorprende el silencio que nos recibe al abrir la puerta de la vivienda. Subo las escaleras con rumbo a la única habitación qué hay en la planta alta, la mamá de Nico duerme abajo con su padrastro, supongo que es una bendición. ¿Quién quiere escuchar a su mamá teniendo sexo?

Me tumbo en la cama apenas la tengo a mi alcance, cierro mis ojos y siento unas lágrimas escurrir por mis mejillas. Siento la cama hundirse a mi costado pero el silencio sigue reinando.

-Mi papá tiene razón-digo rompiendo el silencio.

-¿En qué?- pregunta Nico muy bajo como si temiera alterarme.

No paro de llorar, es imposible a este punto, ¿cuántas más lágrimas puedo tener?, nunca en mi vida me había sentido tan humillado, tan avergonzado de ser quien soy, lo odio tanto.

No se ni en qué momento llegue a casa, pero ya estoy en la puerta, calculo que son más de la una de la mañana así que todos deben estar dormidos. No quiero que me vean así, solo quiero desaparecer.

Entro y todo se encuentra oscuro, voy a la cocina y me sirvo un vaso de agua, debo reponer los líquidos que perdí. Veo mi reflejo en el espejo de la cocina, me veo horrible, parezco un adicto que pasó por una sobredosis y regreso a la vida. No más maquillaje para mi.

Me volteo para irme a mi habitación y seguir llorando. Me sobresalto al ver a mi papá parado en la entrada de la cocina.

-¿Te desperté?- pregunto evitando mirarlo a los ojos.

-No estaba durmiendo, te estaba esperando-

Bully con V de Venganza (boyxboy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora