Bully con V de Venganza (boyxboy)

E de Encuentro cercano del tercer tipo

4. Escuchar a los demás

Escuchar es una forma increíble de aumentar la oxitocina. Todo el mundo quiere sentirse reconocido. A todos nos gusta saber que somos comprendidos, aceptados, validados... Es otro componente esencial en nuestros vínculos cotidianos.

Por ello, nunca está de más recordar el gran poder de la escucha activa y de esa mirada que atiende, acoge y mira sin juzgar. No practiques la multitarea cuando alguien requiera tu atención. Ofrécete a la persona que te está hablando con total apertura; el esfuerzo siempre vale la pena.

Cedric P.O.V

-¿Así que tu papá te cacho abrazado a Pablo?- pregunta Nico mientras mastica un chocolate que le traje de los que le compré a Pablo.

-Básicamente abrazando a un hombre mayor, no sabe qué es Pablo- digo limpiándole la boca con una servilleta.

-¿Y que le dijiste?- pregunta.

-Pues...tuve que aflojar la boca, obviamente omitiendo que es Pablo pero negando que es un señor- digo suspirando cansadamente.

-¿Y te creyó?- dice tragando el contenido de su boca.

-Algo así, no fue fácil pero, mi mamá fue de mucha ayuda- digo apoyando mi cabeza en mi pupitre. -Decirle que estoy saliendo con un chico fue la mejor decisión que pude tomar- respondo. -Mi papá cree que el chico de ayer se ve demasiado grande para mi pero al menos lo pude convencer de que tiene mi edad- digo

-¿Y no se puso loco?- pregunta Nico incrédulo.

-Ya conoces a mi papá- digo rodando los ojos. -Me dijo que de ahora en adelante el me llevaría a todos lados, que no podría salir de noche, que queda prohibido que ese muchacho se aparezca en mi casa a altas horas de la noche y sin supervisión, que quiere conocerlo y hablar con el a solas- digo exhausto.

-La tienes difícil- dice. -Y ahora que Pablo no está en la escuela y está atravesando esta situación tan difícil es mejor parar con tu plan- comenta. -Por lo que me dices, siento que ya no lo odias tanto-

-Es verdad- afirmo. -No lo odio, pero aún no se como me siento con respecto a el- aporreó mi cabeza con el pupitre. -Por ahora dejare ese asunto en paz, así puedo decirle a mi papá que el chico misterioso terminó conmigo- digo guiñando un ojo. Soy un genio.

La maestra entra al salón interrumpiendo nuestra platica. No se si podré dejar a Pablo en paz, estoy muy invertido en esta situación, ya se volvió algo muy personal que en vez de liberarme me aprisiona más. ¿Qué será de nosotros Pablo?

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Estoy tan nervioso, el estrés no me ha dejado dormir bien últimamente. Ya no se que es lo que quiero. Por una parte me gustaría seguir el plan, pero por otra parte, quiero terminar con todo esto y volver a como era antes, yo odiando a Pablo, el odiándome. Todo en equilibrio.

No este embrollo de emociones, de sentimientos, la culpa y sentirme tonto. Pablo tiene razón, estoy enfermo. No puedo sentir empatía ni cariño por alguien que me ha hecho daño. No soy masoquista. Quizá solo un poco.

-¿Cedric todo esta bien?- pregunta mamá. Estamos sentados los tres en la mesa, comiendo. La conversación que mantenía con mi padre se detiene.

-Si, mamá- respondo enfocando mi atención a lo que ocurre a mi al rededor.

-No has tocado tu comida- dice viéndome con preocupación. Yo solo he estado jugando con mi tenedor.

-¿Ese...muchacho te hizo algo?- pregunta mi padre.

-No- respondo acomodándome en mi silla. -Es solo que estoy preocupado por un amigo, es todo- suspiro y me pongo a comer. Mi mamá no parece convencida pero lo deja en paz.