Changkyun pasaba distraídamente de emisora. El pelinegro comenzaba a impacientarse, lo estaba distrayendo de la carretera, pero no quería ser impertinente. Tomó una gran bocanada de aire antes de hablar:
-Bonito, ¿puedes decidirte por una emisora o activar el bluetooth? Me estoy desconcentrando.
El menor lo miró casi desorientado; llevaba tanto rato buscando la canción perfecta que se había olvidado del mundo.
-Perdona, no me había dado cuenta.
El conductor suspiró. A veces no sabía cómo decirle las cosas a su novio porque se lo tomaba como un ataque personal.
-Sabes que me resulta adorable verte concentrado en una tarea, pero necesito que decidas lo que quieres escuchar porque me distraigo.
Changkyun apagó la radio y giró su cuerpo para mirar por la ventana. Se sentía dolido, y tonto por sentirse así: Jooheon llevaba razón, pero se sentía como un regaño. Tenía un nudo en la garganta, por lo que trató de enfocarse en el paisaje en vez de pensar.
Al pelinegro no le pasó desapercibido el cambio de actitud. Cuando el menor se sentía atacado se encerraba en sí mismo, dejando una atmósfera pesada. Observó los carteles de la carretera y tomó un desvío a un mirador. Necesitaba hablar con él, no podía simplemente llegar a casa de su madre con Changkyun triste. Y seguía sin poder concentrarse en la carretera.
-¿Por qué te has desviado?- cuestionó, girándose para encararlo.
Jooheon puso el freno, apagó el coche y se quitó el cinturón.
-Me apetecía dar una vuelta en la naturaleza contigo, siempre estamos encerrados en casa.
Maldijo su boca al ver como el menor se sentía de nuevo recriminado. No lo estaba haciendo, no era su intención en ninguno de los casos.
El menor salió del coche y caminó unos metros hasta que se detuvo en seco. Giró sobre sus propios talones y le clavó una mirada tan profunda que Jooheon se sorprendió.
-¿Te parezco aburrido o pesado?
El pelinegro trató de acercarse pero recibió una mirada de advertencia. Ya sabía que cuando se enfadaba necesitaba espacio.
-¿Cómo puedes pensar algo así, bonito? ¡Te adoro! Pero no puedes tomarte cada cosa que te diga a lo personal. Solo quería estar con mi novio en la naturaleza e improvisar un picnic antes de llegar a Daegu. Y lo de la radio ha sido una tontería.
Changkyun cerró los ojos y tomó tres respiraciones. Sabía que estaba exagerando, conocía a Jooheon y no dudaba de sus intenciones. Pero los miedos y la maldita ansiedad aparecían en el momento menos esperado, jodiéndolo todo. En esos meses de relación se había esforzado en ser abierto con sus sentimientos y, aunque en ese momento no le apetecía sentirse vulnerable y mucho menos que no respetaran su espacio personal, decidió intentarlo.
-Lo siento, no sé por qué soy así- tomó aire, realmente le estaba costando- A veces se me hace difícil. Siento como que soy una molestia para la gente que quiero, y es una mierda y es injusto, porque sé que está todo en mi mente, y siempre lo acabo fastidiando, y...
Al ver cómo se empezaba a ahogar por la ansiedad, caminó rápido para ir hacia él y abrazarle. Lo que no se esperaba es que Changkyun comenzara a llorar desconsolado, como un niño pequeño. Lo abrazó fuerte, le acarició el pelo y le dio besos por la carita hasta que se sintió más relajado. Con los pulgares le limpió las lágrimas, aunque en su rostro se intuía el rastro salino.
-¿Mejor?- el menor asintió. Con ambas manos agarró su cara para que lo mirase- Changkyun, no estoy juzgando como te sientes. No estoy enfadado contigo ni quería hacerte sentir mal.
ESTÁS LEYENDO
30 Days of Smut (JooKyun)
RomanceChangkyun y Jooheon habían sido los mejores amigos por años pero, tras cuatro meses de incesantes coqueteos, comienzan a salir. Sin embargo, por culpa de la universidad apenas tienen tiempo para tener intimidad de pareja. Aunque eso cambiará con la...