Day 26: Bondage

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El como habían acabado en una casa tradicional coreana a las afueras de Seúl era gracias a Minhyuk. Este, que pretendía estudiar el máster de sexología, les había hablado de un retiro que se daría a finales de mes en el que se haría un recorrido teórico y práctico por la sexualidad en oriente. El viernes había sido una iniciación al tantra, pero a lo que realmente había ido la pareja era al taller del sábado dedicado al arte del Shibari. En cada sala se impartía un taller diferente dependiendo del nivel de los asistentes. Minhyuk se encontraba en la sala de Introducción al Shibari, mientras que el dúo se hallaba en la sala para personas iniciadas ya que el pelinegro tenía experiencia en el Kinbaku. 

Changkyun sentía un nudo en la boca del estómago, especialmente cuando el mayor reservó una habitación por dos horas para poder poner en práctica ese antiguo método de tortura y actual práctica erótica. Se sentía nervioso aunque decidido: estaba dispuesto a someterse a Jooheon. Ya habían hablado de las prácticas que ambos querían hacer en la cama, así como los límites de cada uno. Su palabra de seguridad seguía siendo "zanahoria" tal y como improvisó aquel día en que el pelinegro lo condujo al mundo del BDSM por primera vez. Así que ahí estaba el de cabellos violeta, con un kimono negro y la excitación recorriendo sus venas, inspeccionando con detalle la habitación. Esta estaba decorada con cañas de bambú y papel de flores y garzas en la pared, además de un cuadro enorme que evocaba una época lejana en el tiempo. Había una pequeña fuente que se retroalimentaba, un cono de incienso y música del periodo Edo amenizando el ambiente.

Jooheon hablaba concentrado con el profesor, sus manos sosteniendo una cuerda de fibra natural, escuchando las indicaciones que este le daba. No era su primera vez practicando Shibari, pero si la primera en la que lo haría con el cuerpo de su pareja suspendido, así que quería asegurarse de seguir al pie de la letra cada directriz que se le dictaba. El Kotori o Shibari en suspensión requería de una técnica específica para que la persona atada no sufriese daños, aunque tenía unas tijeras a mano por si la situación se complicaba. El maestro le pidió que le llamara en caso de necesitar ayuda con alguna técnica, pues lo primordial era la seguridad de Changkyun. Se despidieron con una reverencia y la puerta corredera fue cerrada.

La pareja se observó en silencio: tenían por delante dos horas en privado para llevar a cabo sus fantasías. Ninguno se sentía preparado para comenzar, así que el menor sugirió tomarse un té antes. Jooheon echó hacia atrás su kimono rojo para poder sentarse en la mesa baja mientras que el de cabellos violeta le servía la bebida en una taza con motivos tradicionales.

- ¿Estás seguro de querer hacerlo? Aún estamos a tiempo de cancelar la reserva de la sala.

Changkyun tomó asiento a su lado y bebió del té negro.

- Honey, lo hemos hablado y sabes que tenía ganas de probarlo. Además, confío en ti y quiero demostrarte que estoy preparado para prácticas más fuertes.

- Sabes que vas a acabar atado en el aire a mi plena disposición, ¿verdad?- su voz sonó gruesa debido a la excitación de la sola imagen mental.

- Ya te dejé claro qué si y qué no estoy dispuesto a hacer. Sé que no vas a poner en riesgo mi integridad física, mental o sexual así que, me entrego a ti.

El pelinegro se inclinó para poder besarlo y sus bocas se encontraron en una suave danza de labios y lenguas.

- Bonito, eres increíble- sus ojos brillaron de pura emoción- No sabes cuanto aprecio que quieras hacer esto conmigo.

- No lo digas como si fuera un sacrificio, sabes que me encanta probar cosas nuevas. Y será un placer estar a tu merced- comentó con un guiño coqueto.

Aunque el mayor estaba tan nervioso como el de cabellos violeta, en su posición no debía mostrar duda, pues tenía que trasmitirle seguridad para que este pudiese relajarse. Se incorporó con gesto solemne y le tendió la mano.

30 Days of Smut (JooKyun)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora