Jooheon bebía cerveza directamente del barril mientras era vitoreado por sus compañeros de piso y amigos de estos. Los exámenes habían terminado y estaban de celebración: al fin vacaciones. Por fin tendría tiempo para esos proyectos que había ido posponiendo, para visitar a su madre y para pasar tiempo de calidad con sus seres queridos. Changkyun lo miraba divertido. Se le hacía un poco extraño no tener que madrugar al día siguiente, pero no tardaría en acostumbrarse a la buena vida. La casa estaba repleta de personas, la mayoría desconocidas para él, pero se sentía genuinamente cómodo. Los compañeros de su novio eran divertidos y siempre lo integraban. No es que fuera de extrañar, pues aún antes de ser pareja se pasaban el día juntos como los mejores amigos que eran. El pelinegro se acercó a él con una sonrisa encantadora.
-¿Te lo estás pasando bien, bonito?
No le dio tiempo a contestar cuando una bandeja fue expuesta ante ambos.
-¿Queréis?- preguntó Gunhee- Son brownies psicodélicos. Receta de la casa.
La pareja se miró con duda, pero el menor se encogió de hombros y tomó un trozo.
-Estamos de vacaciones- dijo devorándose el pedazo.
Jooheon lo miró boquiabierto.
-¿Qué lleva eso?- cuestionó señalando el dulce.
-Setas Pandora, para un viaje filosófico y social. Prueba uno y acompaña a Changkyun en su experiencia. No tienes de qué preocuparte, si te sientan mal solo tienes que comer algo y se te pasarán los efectos.
Jooheon se dejó llevar. Era la primera vez que iba a consumir psicoactivos, pero un cosquilleo en el estómago le anunciaba que sería algo divertido.
-Estás loco.
-Será divertido- contestó Changkyun con indiferencia.
No supo exactamente cuánto tiempo había pasado desde que comió el dulce cuando el mayor comenzó a tener sensaciones extrañas: las distancias eran distintas a cómo las recordaba, los colores más brillantes y la música Hip-Hop parecía sacudir su pecho. Changkyun se balanceaba con los ojos cerrados, dejándose envolver por la música y el ruido ambiente.
-Vamos a mi habitación.
El menor abrió los ojos y trató de enfocarle, dedicándole una sonrisa. Tomó al pelinegro de la mano y se sintió como acariciar terciopelo. Una vez seguros, Jooheon se dejó caer en la cama.
-No te asustes, babe.
-Son demasiados estímulos.
-¿Quieres que vaya a por algo de comer?
-No, sólo quiero tumbarme aquí contigo.
El mayor movía sus manos frente a su rostro, fascinado por la estela de colores que dejaban de rastro con cada movimiento. El de cabellos claros sintió ternura al verle, por lo que depositó un beso en uno de sus hoyuelos, haciéndole reír.
-Tu piel es taaan suave- volvió a besar su rostro- Es como si fuera algodón de azúcar.
Jooheon lo miró con los ojos brillantes. Aunque en el salón se había sentido sobreestimulado, estar tranquilamente con el menor en la cama le resultaba agradable. Acarició el cabello de este, dejando que sus dedos se enredaran con los mechones castaños.
-Eres tan hermoso que pareces un dios. Me encanta tu nariz- depositó un pequeño beso sobre esta.
El pelinegro no dejaba de observar boquiabierto a su novio, sus manos y labios viajando por todo su cuerpo. A Changkyun le encantaba la situación, se sentía vibrar con cada caricia recibida. Parecía mentira que hubo un tiempo en que se sentía poca cosa comparado con el mayor, y todo producto de las inseguridades que otras personas le habían creado.
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30 Days of Smut (JooKyun)
RomantizmChangkyun y Jooheon habían sido los mejores amigos por años pero, tras cuatro meses de incesantes coqueteos, comienzan a salir. Sin embargo, por culpa de la universidad apenas tienen tiempo para tener intimidad de pareja. Aunque eso cambiará con la...