I. 01 de Agosto de 2003

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Desde hace unos meses estaba lidiando con malestares, pero estos se habían agravado sin explicación y ahora me tenían tirado en la cama, sin poderme valer por mi mismo y aferrandome a la vida y a la idea de que el sentirlo a mi lado ayudaría.
Desde que caí en cama le pedí a mi madre lo fuera a ver a la universidad para decirle lo necesitaba y después de tanto rogar, hoy había accedido hacerle una visita por la tarde.
- Crees que venga?- le preguntaba insistente a mi madre.
- Lo hará querido, lo hará...
- Qué te dijo?Cómo reaccionó? cuentamelo por favor - preguntaba a mi madre con voz aunque débil pero insistente.
- Conversamos un momento de tu condición y me dijo que vendría en cuanto pudiera safarse de sus obligaciones en la universidad - note un tono de decepción en la voz de mi madre, que no supe como descifrar, me dio miedo preguntar más y me concrete a sonreir con las pocas ganas que me quedaban.
- Hijo, sabes que tu recuperación depende de ti, verdad?no debes de esperar de alguien más esa fuerza que sólo tu debes darte, no me gustaría sufrieras más -
Mientras me decia esto, tomaba mi mano con mucho amor y sus ojos se llenaban de lágrimas, aunque no las derramo, así era mi madre, desde que enferme se ha mostrado ante mí como una roca, pero no dudo que cuando yo no la veo llora por mí.
Eran las dos de la tarde y mientras esperaba su llegada, recordaba como habia floresido nuestro amor.
Fue el primer dia de clases en la universidad en Agosto de 2001, estaba tratando de ordenar mi horario enfrente de las oficinas de administración del campus, cuando senti su presencia al lado mío, era alto, apiñonado, con un cuerpo uff muy bien torneado y esos pircings se le veían tan sexis. Mientras yo me perdía en su mirada, me dirigio la palabra.
- Hola, tomaras la clase de danza contemporanea?-
- Siiii, esta ubicada en el edificio 2 por si también te interesa -
- Gracias, eres muy amable - haciendo una pequeña reverencia se fue como había llegado, en silencio.
Eso basto para mi inexperto corazón, en ese momento lo había flechado cupido.
Cuando llegue a la clase de danza mi sorpresa fue enorme al enterarme, que él sería mi maestro todo el trimestre.
Se llama Jongkook y es un bailarin muy famoso, llego a Corea hace unos días exclusivamente para dar clases en la universidad...
Todo paso tan rápido, entre las clases y las horas de práctica, pasabamos mucho tiempo juntos, que no supe en que momento me enamore de él.
Nuestro acercamiento se fue dando poco a poco, pero al poco tiempo ya soliamos conversar horas y horas de nosotros, nuestros planes, sueños, del amor por la danza y aunque nunca le decia que lo quería, con mis detalles y actitudes se que lo sabía.
En una de las prácticas, todos mis compañeros se fueron antes y entonces aprovechamos para sentarnos en el piso, tomando como respaldo la pared de espejos que ahi habia.
- Crees que podamos ir al cine uno de estos días - le comenté, lo note se quedo pensativo, talvez no era buena idea.
- Que te parece si mejor el fin de semana te invito a mi casa, habrá una pequeña reunión de amigos y me gustaría estuvieras conmigo -
Esto me dejo muy sorprendido, bueno, bueno más que eso, sentí como si me hubieran llevado al cielo de ida y de regreso...
- Estaría genial - conteste sin disimular mi entusiasmo.
Se que al asistir a esa reunión con sus amigos, era un paso más en nuestra relación, pensaba que nos estabamos acercando aún más.
El día de la reunión, me espero en el parque cerca de su casa, me dijo que para que no me sintiera fuera de lugar al llegar solo, eso me parecio tan tierno.
Llegamos a su casa y pude notar varios autos aparcados afuera, podia decir que muy actuales todos y yo llegando en transporte, sacudi la cabeza saque esa idea de mi cabeza y no quise pensar en eso. Y al ingresar a la casa, me quede sorprendido, era realmente hermosa, no lujosa, pero si acogedora. La sala de estar era de un tono gris con detalles en marrón, hacia contraste con las pinturas que colgaban de las paredes aperladas. Eran obras un tanto extrañas, pero una que llamo mi atención fue un árbol de cerezo que estaba floreciendo y como si hubiera sido atacado por el viento, caían como gotas de agua cada una de sus flores. Había dos jovenes tomando una bebida cerca de la cocina y una joven hermosa sentada en el sofa.
- Voy a preparar unas bebidas, toma asiento donde gustes y en un momento regreso - me dijo, mientras me daba un toque muy sutil en la espalda.
Camine al sillón frente a donde estaba la mujer hermosa que antes habia visto, sonreía con mucha confianza e inmediatamente entablo conversación conmigo.
- Estoy segura que tu eres Jimin o me equivoco ?-
- Perdón, como sabes mi nombre?
- mmm verás Jk es mi amigo desde hace muchos años y desde que empezo a dar clases en la universidad tu siempre has sido parte de nuestra conversación. Que si Jimin baila espectacular, que si lo invita a comer, que si lo protege del frio...todo, todo lo que haces yo lo sé porque el me lo cuenta -
Me quede muy sorprendido, no podía creerlo, se que nos llevabamos bien, pero Jk era reservado y nunca hablara con sus amigos de mí.
- Y sabes creo que también tienes que saber que él es muy respetuoso de las normas de la universidad y que tampoco nunca haría algo que te dañara.
- Pero por que sería eso, no me dañaría su cercanía de ninguna manera -
- no me refiero a eso, sino que el no quiere traerte problemas en tus clases , dice que eres el mejor.
- Al contrario tenerlo cerca me ha ayudado a ser más seguro a confiar en mi.
- Te lo diré sin rodeos, me ha dicho que eres lo mejor que le ha pasado y que por ti se quedaria con gusto en Corea por siempre -
Estaba interesado en mí, no lo podía creer, la emoción me embriagaba cual droga y no supe que decir, solo senti mis redondetes cachetes estaban que estallaban de calor.
Esa tarde la pase muy bien, aunque hubiera estado perfecto que por lo menos el mostrara más interes por mí, pues me hablaba y trataba como a cualquiera de sus amigos ahi presentes, lo cual realmente me confundia, talvez su amiga estaba equivocada.

Solo una vez másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora