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Casa de YamaguchiNarrador omnisciente
En la casa de Tadashi, las cosas no mejoraban. Pero quizás eso estaba a punto de cambiar.
Los amigos se habían roto el cerebro pensando en propuestas, desechando una tras otra. Pedida con las porristas, una pedida musical, regalos en el casillero, llenar su habitación con globos.
Pero nada parecía ser lo suficientemente adecuado. Yachi estaba cansada de tanto pensar, Kageyama se había terminado dos bolsas de papas él solo, por la ansiedad. Y Yams seguía recostado, buscando en su celular alguna idea o golpe de inspiración.
—¡Argh! ¿Saben qué? esto es ridículo. Estupishima y Hinata vendrán en unos veinte minutos. Debemos pensar en algo. YA.
—No es tan fácil, Tobio.
Yamaguchi suspiró. —Kageyama tiene razón. Bueno...— se sentó frente a él. — Tiempos desesperados requieren medidas desesperadas. Tienes que hablarnos.
—¿Qué? ¿Hablarles de qué?
Yachi también se sentó y se acercó más a ellos, creía saber a dónde quería llegar su amigo peliverde.
—Mira, sabemos que te gusta Hinata. Pero...— se giró a ver a Yachi para buscar apoyo. — Realmente, no sabemos por qué te gusta.
—¿Ah? — aquello salió más brusco de lo que Kags había querido.
—¡No lo digo por él! — el pecoso suspiró. —No eres muy hablador y para nosotros, es un misterio lo que sientes. Así que... estaba pensando que quizás... sí hablas un poco sobre él, las ideas fluyan.
Kageyama seguía muy confundido.
Yachi le dio la razón. — En realidad... no es mala idea. — se giró hacia el pelinegro. —Bueno hermanito, habla.
—¿Q-qué? Esperen... ¿¡quieren que hable sobre Hinata, delante de ustedes!?
—¿¡Y CÓMO TE VAMOS A AYUDAR ENTONCES, TONTO!?—Yachi le proporcionó un golpe en la cabeza.
—¡Auch! — Kags se sobaba la cabeza mientras Yams reía fuerte. —Mierda Toka, eso dolió. Es que... pero... me da vergüenza.
La pareja de amigos rodó los ojos y ante su comentario.
—Bueno, bueno. Hagamos una cosa. Tú vas a girarte y nos darás la espalda. Así... tu no nos verás, y nosotros tampoco a ti. Y podrás hablar sin tener vergüenza. — culminó Yams, tratando de hacerle sentir más cómodo.
Yachi asintió sonriendo.
Kageyama se mordió el labio inferior por los nervios y terminó aceptando. — Muy bien, espero que esto funcione.
Acto seguido, Tobio Kageyama se dio media vuelta. Ya no veía ningún rostro, solo el gran cuarto vacío de Yams. Tamborileó sus dedos sobre sus piernas por los nervios. No sabía si estaba listo.
—Cuando quieras, amigo. —dijo Tadashi, esperando con atención.
Kageyama cerró sus ojos y trató de mantener su mente en blanco. Fue entonces, que, en toda aquella oscuridad, una pequeña luz naranja iluminó su cabeza. De inmediato, apareció el rostro sonriente de Hinata mirándolo fijamente. Y no pudo evitar esbozar una tímida sonrisa.
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The prom: Una noche bajo Paris
FanficEs la última semana de clases y Hinata Shōyō está emocionado por cursar su segundo año de preparatoria junto a sus mejores amigos. Pero un baile de fin de curso pondrá sus opciones y las de su grupo, de cabeza. ¿Hinata podrá tener correctas las pri...