The prom: Una noche bajo Paris

2. Martes (parte 1)

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Universidad Fukurodani

Narrador omnisciente

—Y luego le dije "¿Cómo está el citrato que impulsa mi ciclo de Krebs?" Y... no me contestó, pero se veía bastante lindo, llevaba el pelo suelto y no en un bollo, aunque también me gusta así. — dijo Tetsurō Kuroo mientras caminaba a paso rápido, soñando despierto con su vecino rubio de al frente. Su mejor amigo siempre iba con una sonrisa, pero aquel embrollo científico le había dejado confundido.

—Si... no entendí muy bien lo que dijiste, peeeero, entiendo lo que sientes aquí adentro. — Kōtarō Bokuto señaló el corazón del contrario. —Así me siento yo por mi amado Keiji, quizás algún día deberíamos presentarlos.

—Claro, Akaashi me cae bastante bien. Seguro que ya se conocen, él también va a la secundaria Karasuno, ¿no?

El peli gris asintió eufórico. La pareja de amigos entró a un café del campus y tomaron turnos para pedir su orden. Kuroo pidió un café americano grande y dos galletas con trozos de chocolate amargo. Bokuto ordenó un juego verde que casi nadie tomaba porque era bastante horrible, y unas barras de proteína de avena.

Ambos se sentaron en la mesa de siempre, atrayendo muchas miradas de varias chicas y chicos universitarios, pues ambos eran muy atractivos visualmente. Además de ser conocidos por todos.

—Oye Kuroo ¿ya sabes que usarás para el baile? — Dijo Bokuto dándole un mordisco a su barra de proteína.

Kuroo abrió su laptop sobre la mesita para seguir con su informe, necesitaba completarlo para una de sus clases, él estudiaba negocios internacionales. Le dio una mordida a su galleta, manchándose la comisura de los labios con chocolate amargo. —¿Huh? ¿Qué baile? ¿Alguna fraternidad hará algo?

—No tontito, el baile de este fin de semana, el que se hará en Karasuno por la graduación de los de tercer año. Keiji me contó ayer que organizarán un baile en donde estudian, nos quedamos hasta tarde viendo outfits para ese día.

Kuroo escupió su café, manchando su pantalón nuevo. En parte, por lo caliente que estaba y por aquella sorpresa repentina.

—¡Kuroo! ¿estás bien?

—¡Bou! ¿no lo ves? ¡es la oportunidad perfecta para impresionar a mi Ken-ken! Lo invitaré al baile.

El fuerte peli gris esbozó una enorme sonrisa. —¡Geniaaaal! tendremos una doble cita, Keiji y yo podríamos ayudarte a planear la pedida.

Kuroo empezó a limpiarse con servilletas y rio ligeramente. —Nono amigo, esto es algo que debo hacer solo, como un hombre. Ya lo tengo todo resuelto. — terminó se murmurar con una sonrisa maliciosa.

Bokuto se encogió de hombros y reviso su celular, pero un grito al ver la pantalla. —¡Mierda! ¡no hice mis informes para mi clase! ¡Te veo luego Kuroo! Debo correr.

Y ambos se despidieron mientras Kuroo pensaba en su plan. Aquella misma tarde, Kenma caería rendido a sus brazos.

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