Y TE SACARÁN LOS OJOS

191 23 0
                                    

Aunque intentaba mostrarse tranquilo la verdad es que no podía, el golpe que le había dado Shoto lo enfureció demasiado. Quería golpearlo hasta hacerlo puré con sus puños, pero sabía que no podía echar a perder tantos años de manipulación a la basura.

Por lo que salió de la mansión en busca de su moto y alejarse de ahí antes de que la rabia lo consumiera eh hiciera algo estúpido.

Lo bueno es que sabía dónde podía ir para desestresarse, además de que era el momento justo para mover una pieza fundamental en su juego de ajedrez.

Por lo que una vez en su moto, se subió y apretó el botón que hizo que el motor rugiera con fuerza. Inhaló hondo antes de acelerar y buscar a ese hijo de puta que lo ayudaría en su deseo de jugar.
.
.
.
.
.
.

Las luces así como el sonido estaban a todo lo que daban, las mujeres bailaban entre si o entre varios hombres que segados por la lujuria y alcohol, no dejaban de manosear a toda mujer que se dejara.

Incluso otros ya estaban en las mesas VIP manoseando a una que otra mujer hermosa y candente, al menos ese era el caso de Dabi, quien no dejaba de manosear y besar con deseo a una despampanante mujer rubia.

Izuku sonrió al encontrar a Dabi tan confiado en aquel antro, por la manera en la que este estaba, era fácil matarlo ya sea envenenado con algún licor o simplemente con una pistola de larga distancia. Con tanta gente en el lugar nadie podría dar con él, pero la verdad hacer eso era muy aburrido.

Por lo que prefirió mezclarse entre la gente y esperar el momento dónde Dabi estuviera solo para abordarlo.

El azabache al tener noticias de que en la mansión dónde vivía su estúpido hermano menor había sido arrasada por tanto tiroteo, se alegro demasiado, tanto que no dudo en bajar al antro y ponerse a beber.

Sabía que su hermano contaba con muy pocos hombres para protegerlo, y con lo que hizo, lo más probable es que ahora solo había a lo mucho 10 personas cuidandolo.

Por eso no se preocupaba para nada, ya que él contaba con más de 100 personas en aquel antro bajo su mando que no dudarían en matar lo que fuera que lo acechara o pusiera en peligro.

Así que confiado y excitado, no dudo en jalarse a una despampanante rubia para cogersela y vaya que lo disfrutaría. Por lo que se levantó de su cómodo y elegante sofá y camino directo a su despacho, llevándose consigo a esa rubia que no dudaba en seguirlo.

Al tomar el elevador, Dabi no dudo en besar a esa mujer con tanto deseo y pasión que los guardias que iban con él, solo podían desviar el rostro a un lado en un intento de no ver eso.

Las puertas se abrieron y Dabi salió a toda prisa con su amante en turno, directo a su oficina. Los guarda espaldas estaban por entrar con su jefe, pero este los detuvo siquiera antes de abrir la puerta.

—Olvidenlo jodidos degenerados, ustedes se quedan aquí y yo voy para adentro —. Los guardias sabían que necio era su jefe cuando estaba ebrio y excitado, por lo que no pelearon con él, solo asintieron y se quedaron cuidando esa puerta principal.

Dabi abrió su oficina y dejo que la mujer entrara primero, después él, pero solo pasaron segundos antes que los dos estuvieran jadeando y cogiendo de una manera obscena y grotesca. Dónde el sonido de dos cuerpos chocar entre si, inundaba la habitación.

Dos o tres rondas de sexo duro fue lo que aguanto aquel escritorio, así como el sofá y una silla que adornaba la oficina. Una vez la lujuria y el alcohol bajo del sistema de Dabi, este se calmo y logro pensar con claridad.

La rubia se acomodo la ropa y sabiendo que debía haber después, le dió un beso a Dabi en la mejilla y salió de ahí sin decir nada. Algo que casi todas las amantes del azabache sabían y hacían antes de irse.

CORAZÓN DE HIELO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora